martes, 23 de junio de 2020

Para pensar

Pienso si vale la pena pensar cuando hay tantos pensadores que pensaron cosas tan bien pensadas que da para pensar en ello sin tener que pensar demasiado… ¿Pensarán que mis pensamientos son poco pensados?

Juan José Sebreli en su libro Crítica de las ideas políticas argentinas, dice a propósito de Sarmiento:
«Podía despreciar a las masas ignaras, pero dedicaba todos sus esfuerzos a educarlas. Su contrapartida era Rosas, quien adulaba a las masas pero cerraba escuelas para mantenerlas en su estado de ignorancia, sumisas y fáciles de manipular.
»Hacia mediados del siglo XX esta actitud se revirtió, y un nacionalismo provinciano y retrógrado procuró aislarnos del mundo, al que se vería como una amenaza, originando un nuevo tipo de intelectualidad para quien la figura de Sarmiento sería un anatema»,
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Los mecanismos del despojo. De Roberto Roth
«Una mentira, repetida cien veces, se convierte en realidad. Es cierto. Pero la misma realidad, ocultada otras tantas, no desaparece. Los pueblos se encuentran, tarde o temprano, con la realidad que eludieron y la mentira que aceptaron».
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Alexis Tocqueville
«Hay en el corazón humano un gusto depravado por la igualdad que lleva a los débiles a querer rebajar a los fuertes a su nivel y que conduce a los hombres a preferir la igualdad en la servidumbre a la desigualdad en la libertad».
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J. L. Borges, en «Diálogos Borges Sabato coordinado por Orlando Barone
Acerca de la Biblia:
«¡Es la máxima creación de la literatura fantástica! Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imaginó la teología. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica. [...] Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género».
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Metastasio: (citado por M. Aguinis en Elogio de la culpa)
«Que os cause horror la culpa, no el castigo».
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Jean-François Revel:
«El objetivo del tercermundismo es acusar y si fuera posible destruir las sociedades desarrolladas, no desarrollar las atrasadas».
Otra
«La certeza de ser de izquierdas descansa en un criterio muy simple, al alcance de cualquier retrasado mental: ser, en todas las circunstancias, de oficio, pase lo que pase y se trate de lo que se trate, antiamericano».
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Confucio
«Nuestra mayor gloria no está en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caemos».

«El hombre que mueve montañas comienza cargando piedras pequeñas».

«Cuando crece el odio, piensa en las consecuencias».

«El que conoce todas las respuestas no ha hecho todas las preguntas».

«Respétate a ti mismo y otros te respetarán».

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Martin Luther King
«No soy negro, soy Hombre».
«Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia».
«Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto».
«Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros».
«Da el primer paso con fe. No tienes por qué ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño».
«Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas».

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Miguel Servet,

En sus  Obras completas, hablando de la Justicia, dice:

«... ni con estos ni con aquellos estoy de acuerdo en todos los puntos, ni tampoco en desacuerdo. Me parece que todos tienen parte de verdad y parte de error y que cada uno ve el error del otro, mas nadie el suyo... Fácil sería decidir todas las cuestiones si a todos les estuviera permitido hablar pacíficamente en la iglesia contendiendo en deseo de profetizar».

En una valiente muestra de amor por la verdad, cuando dice: «ni con estos ni con aquellos», se está refiriendo a los católicos y a los protestantes. Terminó condenado por ambos, solo que uno solo de esos bandos (los calvinistas) pudieron llevarlo a la hoguera; no pudieron realizar el milagro de quemarlo dos veces.

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Abel Posse en «El largo atardecer del caminante»:

«… porque en un imperio que nace, la libertad y la justicia son siempre planes para el futuro».

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Pérez Reverte
«…esa arma, por aquel entonces, era prácticamente el símbolo de los muchos pueblos que aún creían poder ganar la libertad a tiro limpio. Ignorantes, dicho sea de paso, que las libertades se ganan a tiro limpio y se pierden después del último tiro cuando los revolucionarios toman el palacio presidencial…».
Otra cita que me hace acordar al Instituto para el Revisionismo Histórico, dirigido y ejecutado por “neohistoriadores”,
Nunca se ha manipulado tanto y tan impunemente [la historia] como ahora, bajo el pretexto de borrar antiguas manipulaciones. [...] Los libros se destruyen, se esconden y se reescriben, según las necesidades de momento. [...] La táctica no es nueva. Los apóstoles de la intolerancia, los grandes manipuladores de los pueblos y las banderas, suelen recurrir a este eficaz sistema: el nazismo con la cultura europea o el nacionalismo serbio en los Balcanes, para no ir más lejos. La Historia, la que se escribe con mayúscula, ha sido siempre el principal objetivo, porque es el más molesto y lúcido testigo. [...] Por eso me inspiran tanto recelo y tanto desprecio esos aprendices de brujo, esos historiadores subvencionados y mercenarios que se venden, por treinta monedas de palta, a los caciques locales que les llenan el pesebre.
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Benito Pérez Galdós, que vivió a caballo de los siglos XIX y XX, escribió:
«La falta de educación es para el pobre una desventaja mayor que la pobreza».
Parece que no hemos aprendido nada…
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Federico García Lorca:
«Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política».
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Carlos Alberto Montaner en Libertad: la clave de la prosperidad :
«La hazaña heroica no es necesaria para forjar una gran nación. Y quien lo dude debe visitar Canadá o Noruega. Acaso el heroísmo real y profundo de los pueblos no esté en las gestas revolucionarias, en los himnos y en las barricadas, sino en el trabajo callado pero fructífero de millones de seres anónimos, en el responsable acatamiento de las leyes, en la prudencia y en la decisión de respetar el bien común, tanto como el propio».
«A fin de cuentas parece haber una adecuación casi milimétrica entre desarrollo y democracia liberal, pues, como es indiscutible, las veinte naciones más prósperas y felices del planeta, acosadas por decenas de millones de aspirantes a inmigrar a ellas desde todos los rincones de la tierra, son veinte democracias liberales en las que se conjugan con razonable armonía el Estado de derecho y la economía de mercado».
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Bertrand Russel
«Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas»;
«La buena vida es una vida inspirada por el amor y guiada por el conocimiento».

domingo, 14 de junio de 2020

La heredera


Ficción por Marta Tomihisa

Mi tía abuela ha muerto, soy su única heredera…
Hace un par de días recibí la notificación, acabo de llegar a la ciudad de Tandil para conocer su testamento.
Se llamaba Paula, era la hermana menor de mi abuela materna. Durante mi infancia, cuando veníamos de visita a esta casa ella siempre estaba aquí, recibiéndonos con su adorable sonrisa. Era una mujer apacible, observadora y también muy sociable, diferente a todas las personas de esta familia, tan callados que atemorizaban con su presencia. Curiosa y autodidacta, en tiempos en que las mujeres no estudiaban y se dedicaban a quehaceres domésticos o a tareas como la costura y el bordado.
Ella no hacía ninguna de estas cosas, mi madre me contó que le encantaba escuchar música y leer. Además, solía escribir todos los días en un diario que guardaba celosamente en su mesa de luz. Debo haber heredado también sus genes, pues yo amo la lectura con pasión.
Murió soltera y meditabunda, a pesar de haber deseado tanto viajar y conocer el mundo, nunca se movió de esta vivienda ni de su barrio. En la vieja casona que ahora tengo frente a mí fue hallada muerta, sentada en su sillón favorito, junto a la ventana. El terreno en el cual está ubicada la propiedad es enorme, la casa también, pues albergaba una familia numerosa. En el jardín, a la derecha del sendero está la glorieta cubierta de glicinas azules, un par de bancos de madera deteriorados por el tiempo, aún permanecen como testigos silenciosos de los sucesos acontecidos.
Paula se sentaba en este lugar a leer, yo lo recuerdo, me aferraba del brazo y me invitaba a ubicarme junto a ella. Amaba la poesía, leía a Gustavo Becquer, Rubén Darío, a tantos otros que escribían sobre amores contrariados y corazones heridos.
Yo la escuchaba pacientemente pues cuando concluía su lectura, metía la mano en alguno de sus bolsillos y me obsequiaba un caramelo. La golosina siempre tenía un leve aroma a naftalina, pero a mí me encantaban, sobre todo por la expresión de complicidad de su mirada mientras repetía:
–No le digamos nada a mamá…
En la entrada había un auto estacionado; supuse que se trataba del abogado que me había citado para informarme del trámite.
Sin darme tiempo a utilizar el llamador, Elisa, la fiel ama de llaves, me abrió la puerta. La mujer era sordomuda y había nacido en esta casa, me habían contado que era hija natural de una criada, que había muerto en el parto…
Con su habitual amabilidad, me invitó a seguirla al comedor, en donde un hombre mayor me recibió con una sonrisa, muy complacido por mi puntualidad.
En efecto, era el abogado de la familia.
Dijo con entusiasmo:
–Así que Ud. es la heredera…
Sobre la mesa, había desplegado algunos papeles y carpetas. Recibí enseguida la agradable noticia de que además de esta casa, había heredado un departamento en la ciudad de Mar del Plata, cuya existencia desconocía. Pero esa vivienda estaba actualmente alquilada, Paula recibía una renta mensual por ella, que ahora también heredaría.
El testamento redactado unos años antes, tenía un anexo en el que agregaron la vivienda en la que estábamos reunidos. Ella era la menor de la familia, sus hermanos ya habían muerto.
Dentro de un sobre en el que figuraba mi nombre, había una pequeña misiva escrita de su puño y letra:
Le pido como única condición a Martina, mi sobrina nieta, que viva en esta casa durante un mes y lea mis diarios.”
No me esperaba semejante cláusula, pero aunque todo aquello era para mí muy extraño, sentí que el espíritu de Paula, travieso y divertido estaba rondando por aquí, ansiosa de tenerme entre estas paredes plagadas de recuerdos.
Yo vivía en un departamento en Belgrano, había ejercido como docente y estaba jubilada desde hace un año y además era viuda. Solo tenía un hijo, casado ya, que residía en el exterior; no me iba a incomodar demasiado quedarme un mes aquí, cumpliendo el deseo póstumo de alguien por quien sentía un verdadero cariño.
Lo que me atemorizaba un poco era permanecer sola, en una mansión tan imponente como esta, a menos que Elisa me acompañase esos días. Por suerte la mujer que había vivido toda la vida en este lugar, accedió enseguida. Pensé entonces en lo doloroso que debía ser, siendo diez años mayor que yo, encarar el porvenir sola con su incapacidad. Era obvio que junto a esas propiedades la había heredado también a ella y no tenía la menor idea de dónde la ubicaría cuando esta casa se vendiera.
Por supuesto, no estaba en mis planes, venir a vivir aquí…
Volví a mi departamento, para buscar más ropa y organizar la inesperada mudanza. Cargué mi auto con todas las cosas que supuse me serían útiles, además traje un equipo de música que me había obsequiado mi hijo e informé a mis amistades sobre estas insólitas vacaciones que me proponía a cumplir.
Elisa me recibió con su calidez acostumbrada, nos llevábamos muy bien y la comunicación era fluida, porque yo había aprendido su lenguaje de gestos en las innumerables veces en las que había visitado esta casa. Era una mujer alta y bella, con una expresión tierna y familiar en sus ojos, los rostros que uno ve desde niño se vuelven tan cotidianos… Ella me había preparado el dormitorio en el que dormía Paula, al lado de la habitación de la abuela. Durante el día, fui hasta el pueblo a comprar algunos alimentos y cosas que necesitaba para mi estadía.
El lugar era pintoresco y tranquilo aunque al llegar el atardecer sentí cierta nostalgia, sobre todo al entrar al dormitorio de mi tía abuela.
Me senté en su cama y abrí el cajón de su mesa de luz, en donde habían dos diarios. Uno de tapa rosada, con figuritas de corazones pegadas y otro más sobrio, de cuero marrón…
------------------------------------------------------------------------------------Año 1942
30 de noviembre:
Hoy, siendo el último día de clase de la escuela primaria comienzo a escribir este diario. El año que viene empiezo la secundaria, cuando termine estudiaré en la universidad para ser profesora de castellano.
¡Estoy emocionada!
20 de diciembre:
Me encantan los preparativos para la Navidad, por lo menos vamos con papá a hacer compras al pueblo y todos están contentos. Hace mucho calor aquí, pensar que en Europa todo esta cubierto de nieve, algún día conoceré las grandes ciudades, o al menos algunas…
18 de febrero:
Las vacaciones son interminables, nos aburrimos escuchando a mamá que pretende hacernos bordar un mantel. ¡Ni loca!
Yo prefiero sentarme en el jardín, a leer un buen libro.
13 de marzo:
Primera semana de clases.
Mis compañeras de aula, solo hablan de cosas aburridas que hicieron durante las vacaciones. Comparto el banco con una chica, que aprendió a cocinar una torta de chocolate con la receta que le dio su abuela. Piensa que esto es divertido y ni siquiera conoce a Alfonsina Storni. ¡Qué burra!
10 de abril:
¿Cómo se me pudo ocurrir, que siendo una escuela de mujeres iba a ser entretenida? Al único hombre que vemos es al cura en la misa, está viejo y corto de vista. Yo casi me duermo en la capilla. No escribo más, porque no tengo cosas para contar.
10 de mayo:
Estamos preparando un festejo para el cumpleaños de la madre superiora, no hay nada menos divertido que organizar la fiesta de una monja…
22 de julio:
Es muy triste el invierno, oscurece demasiado temprano y no te dejan salir ni a la vereda, igual no me animo.
19 de septiembre:
Hoy lloré toda la mañana, estaba a punto de bañarme cuando descubrí la mancha de sangre en mi bombacha. Creí que me había pasado lo mismo que al tío el año pasado, cuando le dio un ataque de presión y sangraba su nariz. Pero resulta que esto es normal, mamá me explicó que solo les pasa a las mujeres todos los meses de la vida, hasta que se vuelven viejas…
¡Qué horror!
16 de noviembre:
Mi cuerpo está cambiando, tengo pechos más grandes y vello por todos lados, hasta debajo de las axilas…Preferiría ser hombre, aunque a ellos también les pasan cosas en el cuerpo!
Bueno, hoy tenemos visitas, vienen unos amigos de papá.
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En el transcurso de esa semana ya había leído el primer diario, comprendí que esta era una chica con gran personalidad, no iba a necesitar nada más para entretenerme.
Allí estaba su vida, narrada con detalles íntimos a los que me asomaba atrevidamente, ya que era esto lo que Paula deseaba.
Por otro lado la convivencia con Elisa era placentera, solíamos comer juntas y recordar situaciones del pasado que ella conservaba entre sus recuerdos más preciados. Sentía un amor incondicional hacia mi tía abuela y un gran respeto por toda la familia, la cual siempre la había tratado como un miembro más. Tuve una sensación de inquietud, por su futuro incierto.
Todas las tardes luego de la merienda, leía con avidez la crónica de la vida apasionada de aquella adolescente que no se sometía a las reglas establecidas, que se atrevía a todo, día tras día…
A punto de festejar sus quince años, escribió:
4 de julio:
Dentro de un mes cumplo años, mis padres quieren festejarlo con una gran fiesta. Estoy aprendiendo a bailar el vals, tengo un gran maestro, Anselmo, un amigo de papá que viene a jugar al ajedrez con él y se ha ofrecido a enseñarme. Es un caballero, además tan alto y buen mozo…
20 de agosto:
Cada vez que Anselmo me toma entre sus brazos siento un temblor en todo el cuerpo, no lo puedo evitar. Yo sé que él tiene casi cuarenta años y está casado, pero es tan divertido… ¡Me gustaría que esos momentos en los que estoy con él, sean eternos!
20 de septiembre:
Fue una fiesta maravillosa, voy a recordarla durante toda mi vida.
Anselmo me dio un beso estando en la glorieta, yo sentí como si me estallaran fuegos artificiales en todo el cuerpo. No puedo dejar de pensar en lo que siento, todo ha cambiado para mí, solo quiero estar con él…
18 de octubre:
Salgo a la calle con cualquier pretexto para encontrarme con Anselmo, solo me interesa verlo a él. No se lo he contado a nadie…
No tengo ganas de estudiar, mis calificaciones son bajas.
14 de noviembre:
En un par de semanas más terminan las clases. Me alivia que así sea, me aburro demasiado. En enero nos vamos de vacaciones a Mar del Plata, estoy feliz porque Anselmo también va a ir (con su mujer por supuesto).
Pero al menos lo veré…
20 de diciembre:
Estamos con los preparativos para la cena de Navidad.
Sin embargo yo estoy preocupada, mi salud no anda bien, cualquier comida me revuelve el estómago. Hace un mes que no menstrúo, no me atrevo a contárselo a mamá.
10 de enero:
Cuando Anselmo y yo nos quedamos solos en la playa, le conté lo que me estaba pasando. Se puso pálido, dijo que debíamos hablar seriamente de lo que íbamos a hacer con nuestras vidas.
Aquí en Mar del Plata, tiene un departamento de cuando estaba soltero, nos podemos encontrar allí.
30 de enero:
Mi vida es un verdadero desastre, creo que me lo merezco…
Estoy embarazada, solo me queda esperar que se produzca un milagro pues cuando mis padres se enteren me van a matar…
El viernes volvemos a Tandil.
Anselmo se va a quedar unos días más, me prometió hablar con su mujer…
20 de febrero:
Ya no me quedan lágrimas…¡Dios me ha abandonado!
Anselmo se mató en la ruta, junto a su esposa...
Mis padres ya saben que estoy embarazada, no me permiten salir de casa…
Solo deseo tener fuerzas para afrontar lo que me espera, cuando nazca mi hijo...
15 de abril:
Ni siquiera salgo de este cuarto, mis padres no me dirigen la palabra.
Apenas veo a mis hermanos, tampoco voy a la escuela.
Mi estómago crece como un globo, me siento como si cayera por un precipicio interminable…
14 de junio:
Dentro de unos meses va a nacer mi hijo, nunca me ha visto el médico, no he salido jamás de esta casa. Estoy muy asustada, casi no puedo dormir.
Sé que merezco un gran castigo, solo temo por mi bebé…
10 de julio:
Mi vida transcurre entre estas cuatro paredes, solo espero dar a luz y reencontrarme con este ser que llevo en mí, para darle todo mi cariño…
20 de agosto:
Durante la tarde sentí un dolor agudo, pero no me asiste ningún médico. Mi madre llora a mi lado, mi padre jamás viene a verme…Estoy recluida en mi habitación, ni siquiera me consuela leer…Tampoco tengo ánimo de escribir…
20 de octubre:
Una partera ha venido a asistirme, mi madre lloró apretando mi mano, sin decir una palabra.
Finalmente mi hija ha nacido! Todavía me siento agotada, ahora solo quiero dormir…
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La inesperada revelación de este suceso me impactó de tal manera, que me costó un gran esfuerzo retomar la lectura de estas inesperadas confesiones.
Muchas hojas de este diario habían quedado en blanco, lo redactado después fue escrito al año siguiente, Paula dijo:
20 de abril:
Mi hija esta en mi regazo, es una niña bella y muy silenciosa…
La disfruto inmensamente, aunque me siento sola y mis padres me ignoran…
10 de julio:
Un pediatra sospecha que mi hija, tiene un problema de audición…
Mientras viva, siempre seré su protección…
Elisa querida, solo deseo que estemos juntas para amarnos y acompañarnos, hasta el fin de nuestras vidas…
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Cerré el diario y lo guardé nuevamente donde lo había hallado…
Temblando, me puse de pie, en la cocina Elisa ignorante de mi descubrimiento preparaba la merienda. Cuando vio mi rostro cubierto de lágrimas, se acercó muy preocupada a consolarme, yo no pude decirle nada…
Solo me atreví a abrazarla contra mi pecho, para que supiese que ella era la única heredera y esta casa sería para siempre su hogar…


domingo, 7 de junio de 2020

Entrenamiento

Relato por Marta Tomihisa

Lo veía solamente los martes y jueves.

Esos días iba con mi tío Jorge, al club Platense en donde se entrenaba para correr los 100 metros llanos, en un equipo local.

Yo lo acompañaba, porque era divertido ir a un club y no hacer nada.

Me gustaba mucho presenciar las distintas actividades, que allí se desarrollaban. Después del entrenamiento esperaba a mi tío en la cafetería del club, mientras se duchaba.

Entonces, ese increíble y fascinante desconocido salía del vestuario y pasaba a mi lado, eludiendo las mesas y casi rozándome, despreocupado y seductor como siempre. Portando su bolso, con el pelo mojado y una expresión satisfecha en el rostro. Era un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro y enrulado.

Nunca me miraba, sin embargo estaba segura de que él sabía que yo esperaba verlo pasar…

Un día, me hallaba sentada al borde de la cancha viendo el entrenamiento de mi tío, cuando él apareció portando una jabalina. Ese era el deporte que él practicaba, de inmediato comenzó esa actividad en la que realmente se lucía. Su destreza física era notable. Luego de entrenar durante un largo rato, vino a sentarse junto a nosotros en unos bancos que había al costado de la cancha, bajo la sombra de los árboles. Sacó una gaseosa de su mochila y me la ofreció con una sonrisa adorable, ante mi negativa guardó la botella y se paró de un salto, guiñándome un ojo mientras se encaminaba hacia los vestuarios.

Yo estaba paralizada por la emoción, no podía dejar de mirarlo, me fascinaba su presencia.

Finalmente luego de unos cuantos meses, mi tío dio por terminado su entrenamiento y dejamos de ir al club.

No pude verlo más. Entonces, no tuve más remedio que soñar con él e imaginar que lo encontraba en todos los sitios a donde iba.

Lo veía en el shopping, en el ómnibus que me llevaba a la escuela, entrando al aula y hasta en las fiestas de cumpleaños…

Pensaba en él cada uno de los días, en los que no pude verlo. Sujetos de la mano, avanzando despreocupados por un sendero multicolor.

Sin embargo, yo apenas sabía cómo sonaba su voz, desconocía su nombre y su vida…

El tiempo transcurrió, al año siguiente mi tío decidió volver a entrenar, para un evento que se realizaría en mi pueblo. Fuimos nuevamente al club, dos veces por semana. La euforia me embargaba.  Durante varias semanas, lo busqué ansiosamente pues imaginaba que él debía estar siempre allí, sin embargo no lo pude hallar. Aunque los meses transcurrieron vacíos y tediosos, nunca perdí la esperanza de volver a encontrarlo.

Un día, mi tío y yo estábamos tomando una merienda en la cafetería del club cuando él hizo su aparición, con ese aire tan seguro y lánguido que me encantaba. Pero no venía solo, una chica alta y hermosa como él, lo precedía.

Al pasar junto a nosotros nos reconoció, se acercó a saludarnos:

–¡Hola! ¿Cómo andan?…

Sonrió extendiendo su mano, que mi tío estrechó con entusiasmo.

–Soy Julián…Dijo sonriendo.

Mi tío que era un hombre muy sociable, de inmediato los invitó a sentarse, a compartir nuestra mesa. Los unía un saludable entusiasmo por el deporte.

Sin embargo, yo estaba desvastada ante esta situación, en ese mismo momento hubiera querido huir del lugar.

¡Tanto tiempo esperando este encuentro y él reaparecía acompañado!

Los hombres hablaron de sus entrenamientos, intercambiaron datos de su rendimiento físico. Parecían grandes amigos, charlando de sus logros.

Yo en cambio estaba callada, solo miraba a la chica sentada a su lado…

Ella permanecía con sus manos apoyadas en la mesa, exhibiendo una bella sonrisa en los labios. Admiré sus uñas pintadas, vi en su dedo meñique un anillo con dos corazones enlazados.

De pronto, me sorprendió que ella se lo sacara y extendiendo su mano me lo ofreciera…

–¿Lo querés?… Lo encontré en un chupetín sorpresa, es lindo, no?

Con mucha ternura, ella buscó mis dedos y me puso el anillo.

Entonces él iluminó su rostro, con una sonrisa de complicidad…

Me aferró la mano, en la que ya lucía el dorado anillo y exclamó en voz alta:

–Señorita, quiere casarse conmigo?

Los adultos rieron, ante mi expresión de sorpresa. Mis mejillas ardieron de emoción, no pude responder…

Mi corazón latía como un gorrión enjaulado, dentro del pecho.

Yo tenía tan solo diez años y contemplaba erguido frente a mí, absolutamente inalcanzable, al gran amor imposible de toda mi vida…

 

 

 

 

 

Los años 70

Los montoneros y otras agrupaciones terroristas nunca tuvieron vocación democrática ni estuvo en sus planes el cuidado de la república. Por ...