lunes, 21 de abril de 2025

Las letras están de luto

Hoy, la literatura mundial y en particular la latinoamericana, están de luto.

La partida de Mario Vargas Llosa, el genial peruano que nos dejó como testimonio páginas inolvidables, nos deja, a todos quienes supimos apreciar todo su talento, un sentimiento de orfandad al saber que ya no volverá a sorprendernos con la chispa de su talento para las ficciones, tanto en terribles testimonios de nuestra dolorosa realidad como en otras con un fino sentido del humor sin dejar de ser críticas y mordaces.

También nos deslumbró con su talento para el análisis de la realidad de nuestras sociedades que tan profundamente analizó en reiterados ensayos y columnas periodísticas. Uno podrá no estar de acuerdo con sus posiciones políticas, pero siempre habrá que reconocer en él una erudición y capacidad de análisis que son notables. 

Mucho se lo ha criticado por su giro copernicano respecto de sus convicciones políticas, llegando a decir de él que se entregó a los poderosos intereses de la economía mundial. Quienes así opinan, no vieron o no quisieron ver cuánto más cómodo se encuentra un intelectual que abraza las ideas de las izquierdas. Él mismo llegó a decir que para no traicionar esas ideas a las que llegó por análisis de las realidades, «hay que estar dispuesto a soportar el ‘baño de mugre’ con que lo obsequiarán sus adversarios»

El propio Mario, hablando con vehemencia en defensa de las ficciones, que nos permiten salirnos un poco de la pobre realidad que vivimos, de la única vida que nos tocó o que supimos construir, para vivir mil otras vidas, heroicas, miserables o maravillosas, hace una comparación de distintos tipos de ficciones.

Dice lo siguiente:

Hay unas ficciones que son malignas. Son las que no se presentan como ficciones, sino como verdades absolutas; por ejemplo, las ideologías. 

Creo que las ideologías son ficciones que nos hacen creer que son una lectura objetiva de la realidad e introducen en nosotros, no solo ideas falsas, sino, a veces, convicciones de tipo fanático y, en buena parte, las catástrofes que ha vivido la historia han resultado de esas visiones fanáticas que vienen de ficciones, que pueden ser religiosas, que pueden ser ideológicas y que no se presentan como lo que en realidad son: ficciones, creaciones artificiales, a veces de mentes extraordinariamente creativas y lúcidas.

Pero no es el caso de la poesía, del teatro, del arte en general, cuyas ficciones yo creo que son benignas y enriquecedoras porque sabemos que son ficciones y como tales se incorporan a nuestra vida.

Y, para contrastar con la tristeza que nos produce su desaparición, les dejo este enlace en el que, recordando su paso por la dirección de cine, se puede apreciar otro aspecto de su notable personalidad:

https://www.youtube.com/watch?v=eGuLcEztG_E

Adiós, Mario 



1 comentario:

Charles dijo...

Mirta nos dijo:
recuerdo que siempre comentaste sus obra con sumo entusiassmo.Debo reconocer que no lo he leido , en parte porque leo muy poco en castellano.y por otra parte porque antes de leer un libro le doy una mirada a las reseñas y nunca me ha entusiasmado.Parafraseando a Borges si un libro no te atrapa no ha sido escrito para ti.
Abrazo.

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