miércoles, 4 de julio de 2018

LA VIRTUD DEL EGOÍSMO


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Hace unos meses comenté en este mismo blog (24/11/17) el libro de Ayn Rand donde, en una serie de conferencias de la autora y de Nathaniel Branden, desarrollan la idea que da título a la obra y a esta entrada del blog.
Como acostumbro hacer cuando leo un libro tan conceptuoso y rico en reflexiones, suelo volver a él para repasar algunos conceptos. Y también recurro a Internet, para leer otros comentarios acerca de la obra.
Y me topé con un artículo de hace dos años en Página/12 firmado por Norberto Galasso que me dejó patidifuso. Porque, aún sabiendo el sesgo del pasquín en cuestión, no dejaron de sorprenderme los niveles de ignorancia o tergiversación a que pueden llegar (son los mismos que pregonan la frase: “Clarín miente”).
En uno de sus primeros párrafos, el firmante habla de «José Pablo Feinmann y otros intelectuales prestigiosos de la Argentina». Poco prestigioso me merece quien afirmó, muy convencido, que los hombres que odian a Cristina, la odian porque la desean y no la pueden conquistar…
Y luego el columnista se dedica a denostar, con poco plausibles argumentos, la figura de Mauricio Macri y la obra de Ayn Rand que estamos comentando. Comienza sus diatribas dando a entender que podría ser sorprendente que el entonces candidato pudiera estar leyendo un libro. Y el libro que encontraron en manos de Macri era nada menos que La virtud del egoísmo.
Aún antes de saber de qué se trata el libro, ya hace conjeturas acerca los valores de la cooperación, de la familia y la amistad, como si el libro en cuestión negara estos valores y, aún si así fuese, está prejuzgando que el candidato lo lee con entusiasmo y que adhiere a tan deleznables conceptos como imagina que contiene el libro.
Suelta luego una serie de inconsistencias sugiriendo que “los gobiernos oligárquicos” se nutren de las teorías de la autora. Y llega al colmo de felicitarse porque 
  • «Tomé el libro y lo arrojé al medio de la calle. Y eso me reanimó, esa actitud –bárbara diría un Sarmientito– me justificó en mi posición en contra del PRO y de Cambiemos…».  

Tirar un libro porque no se concuerda con él es, efectivamente, una actitud bárbara como diría el Gran Sarmiento. En todo caso, lo que debería hacer es intentar rebatir los prolijos y racionales argumentos que la autora vuelca en este libro (que no es su obra más famosa, como sugiere el columnista).
Y, si va a posicionarse contra el PRO y Cambiemos, cuyo derecho a hacerlo es incuestionable, prudente sería que antes de escribir tantas sandeces juntas, utilizara argumentos un poco más inteligentes. Pero, si admira a J P Feinman y escribe en pasquines de esa categoría, no podemos pretender algo mejor.
Cito algunos conceptos del libro:


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“Al igual que cualquier otro valor, el amor no es una cantidad estática, disponible que puede ser dividida, sino una respuesta ilimitada y existente que debe ser ganada”.
“Ni la riqueza ni los empleos ni ningún valor humano existen en una cantidad dada, limitada y estática. Los beneficios deben producirse y la ganancia de uno no significa la pérdida de otro”.
“La mejor prueba de la superioridad del capitalismo son los dos ‘berlines’“.
“El socialismo es la creación de intelectuales arrogantes que pretenden saber mejor que los individuos lo que les conviene”.
“Hay dos clases de violadores de los derechos; los criminales y los gobiernos”.
“Cuando se declaran ‘derechos’ hay que preguntar para quién y a costa de quién”.
“El gobierno de USA fue instituido para proteger a los individuos de los criminales y la Constitución fue redactada para proteger a los hombres del gobierno”.
“Los Padres Fundadores de USA establecieron que la Constitución garantizaría el ‘derecho del individuo a la búsqueda de la felicidad’ y no a que otros se la proporcionen”.


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