La trampa populista. De Enrique Szewach.
Aguda disección de las entrañas del populismo con ideas que uno intuye pero que están aquí bien explicadas. Vale la pena extenderse sobre algunos conceptos.
Algunas citas:
Desconocer las formas básicas de la convivencia política establecidas en normas constitucionales y legarles y actuar de espaldas al respeto a las formas, nos ha generado algo mucho peor: miles de muertos, mucha violencia, mucho odio.
Otra:
Cuando las instituciones se vuelven limitantes de la discrecionalidad, ante cualquier problema, la política argentina, al menos a través de sus representantes mayoritarios, no duda en acabar con las instituciones, en borrar con el codo lo que se escribió con la mano.
Otra, algo extensa, pero muy didáctica acerca de la estatización de las AFJP:
Siempre contando con la complicidad explícita o implícita del resto del populismo local, el populismo kirchnerista encontró la "solución". La forma de inventar un fondo anticíclico de la nada fue expropiar los fondos de pensión que administraban las AFJP y terminar con el régimen de 14 años del sistema de capitalización de los aportes jubilatorios. Esta expropiación le permitió reducir, de un día para el otro, la deuda pública en poder del sector privado en unos 150 mil millones de pesos y, a la vez, convertir en un impuesto, en ingresos del fisco, los aproximadamente 12.000 millones de pesos anuales que, hasta ese momento, eran "ahorro" de aportantes a las AFJP y que se convirtieron en un impuesto para financiar el gasto público presente contra la promesa de recibir una jubilación en el futuro. Es decir, se redujo la deuda pública explícita en los bonos que poseían los futuros jubilados a través de las administradoras de fondos de pensión, pero se incrementó la deuda pública implícita con el nuevo compromiso del Estado de pagar una jubilación a los nuevos contribuyentes al sistema público de reparto. [...]
Lo curioso, o no tanto, es que esta expropiación no generó un conflicto de magnitud, como lo había sido el intento de fines del 2001 y principios del 2002 de "acorralar" primero y de pesificar después los depósitos bancarios. No generó demasiadas protestas, porque las cuentas personales de los fondos de pensión, ya sea por mala difusión o por poca información, o por la larga tradición "cortoplacista" ya comentada, siempre fueron vistas como un intangible. Se vieron como una dudosa promesa futura, más que como una concreta realidad, de manera que la expropiación de dichas cuentas y su pase al Estado no fue percibida por la mayoría de la sociedad como un ataque directo a su bolsillo.
Algo similar ocurre con la transformación del "ahorro mensual" que significaba el aporte a una AFJP, por un "impuesto" contra la promesa futura de una jubilación. Aquí tampoco fue afectado el bolsillo de corto plazo. Es el mismo dinero el que nos sacan hoy como impuesto, que el que nos sacaban ayer como aporte. Nuestro ingreso disponible no ha variado.
El recurso de la expropiación de las AFJP como alternativa a un fondo anticíclico que no existía, o a un incremento conflictivo de los impuestos, para financiar la suba del gasto público en un contexto recesivo resultó, entonces, una elección poco conflictiva comparada con el intento de la 125 y, además, apoyada por un amplio espectro político que, independientemente del método, se opuso siempre a la existencia de un sistema de capitalización en las jubilaciones, al no entender que la demografía y los cambios en la expectativa de vida impiden que se sostenga un sistema de reparto razonable en el tiempo. Pero el populismo, como vimos, maximiza el corto plazo y prefiere tener otro grupo cautivo, como los jubilados, apropiarse de esos fondos para repartirlos ahora y después se verá.
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La Templanza. De María Dueñas.
Otra estupenda novela de esta autora a la que habrá que tener muy en cuenta. Ambientada en México, Cuba y España de mediados del siglo XIX, nos cuenta las aventuras y desventuras de un exitoso minero español, radicado en México, que, por cuestiones inesperadas pierde la casi totalidad de su fortuna. En garras de un usurero, a quien acude empeñando lo poco que le queda, tiene que correr una carrera contra reloj, para poder devolver el dinero prestado. Esa carrera loca lo lleva a Cuba, donde en una afortunada noche de apuestas insólitas, se hace con propiedades de gran valor en España, a donde va en busca de vender todo para saldar sus deudas. Lo que allí ocurre está fuera de toda previsión del lector, pero la acción que maneja la escritora con soltura, transcurre entre previsibles amores, dramas familiares, estafas, imposturas y otros condimentos que hacen la lectura sumamente atractiva. Es notable el conocimiento de Dueñas de los usos y costumbres de esos lugares, en aquellas épocas, así como también los entresijos de la minería mexicana, el comercio de La Habana y la industria del vino en Jerez, España
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Eminencia. De Morris West.
La trama de desenvuelve ágilmente a través de los embrollos de la política vaticana, las secuelas de la Guerra Sucia de Argentina, las pasiones personales y sentimentales del protagonista (un cardenal con alto rango en el Vaticano) y un enredo de corte policial con un ayuda de cámara del papa que, a su fallecimiento, roba ciertos documentos con los que obtiene buenos réditos vendiéndolos a la prensa. Se cuentan pormenores de lo que es y cómo se desenvuelve la elección del nuevo papa con un lujo de detalles que, en mi ignorancia, no sé si son ficción o corresponden a la verdad. Lo curioso es que en la ficción ocurren cosas que luego pasaron en forma parecida en la realidad.
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Celín. De Benito Pérez Galdós.
Breve fantasía acerca del sueño de una muchacha. Interesantísima forma de contar la historia, en la que el narrador, parece basar todo el relato en los escritos de otro narrador (algo parecido al Quijote), supuestamente muy versado en esta historia. Incluso, a veces, inserta comentarios del tipo de: “En esto, Gaspar Diez de Turris (el segundo supuesto narrador) no es muy explícito”. Cosas maravillosas que ocurren en el relato (como la “movilidad” de la ciudad y de su fantástico río), nunca llegamos a saber si ocurren en el sueño de la niña o si forman parte de la realidad contada por Diez de Turris. No deja de estar presente le ironía de BPG al contar que se anunciaba como si fuese una romería, los fastos que habría en la ciudad a propósito de ajusticiamientos y corridas de toros. Transcribo:
Espléndidos Autos de fe en Turris, los días 2 y 5 de brumario. Sesenta víctimas a la parrilla. Toros el 3, de la ganadería de Polvoranca. Congreso de la Sociedad de la Continencia. Juegos Florales. Torneo. Veladas con manifiesto en el Ateneo. Regatas. Iluminaciones y Tinieblas, Gran Rosario de la Aurora, con antorchas, por las principales calles, etc, etc.
También, en otro párrafo, hace mención a que estaban todavía en el cadalso los ajusticiados «por ser salteadores de caminos o periodistas que criticaron al gobierno».
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El padrino. De Mario Puzo.
Gran libro sobre el que se hizo esa magnífica película. Su lectura es apasionante y nos va llevando por los tortuosos mecanismos de las organizaciones mafiosas, con detalles y características de sus personajes que, el cine, por su propio lenguaje, no podría describir con tal grado de detalle. Incluso nos cuenta un poco la historia, poco conocida, del origen de la Mafia en Sicilia, como una organización, delictuosa claro está, formada por gente humilde del pueblo para protegerse de los poderosos a los que siempre la ley favorecía. Esta organización, poco a poco, fue transformándose en lo que terminó siendo: protectora de sus propios intereses. Magnífica la caracterización de los personajes, con sus debilidades, fortalezas, mezquindades y también grandezas.
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Crónicas africanas. De Fernando Duclos.
Interesantes crónicas de viaje de un joven argentino que recorre algo así como catorce países de África, con su mochila al hombro. Para un grado de cultura como el mío (no quiero hacer generalizaciones), todo el continente, al sur del Sahara es una confusión de nombres de países que no se pueden ubicar en el mapa, y cuyas costumbres, etnias, religiones, suelen estar muy estereotipadas gracias a algunas fotos y videos de turistas que nos muestran “guerreros” Masai haciendo danzas rituales o mujeres con una criatura enancada en sus caderas y sus pechos al descubierto. Todo muy pintoresco pero poco realista. En el relato vemos cuán distintas costumbres, idiomas y religiones puede haber entre países muy cercanos entre sí. No todo son leones y elefantes en el atractivo del misterioso continente.
En un arranque de inmodestia, me siento tentado a compartir algo que yo escribí acerca de la fascinación del África en mis fantasías infantiles.
…Mis lecturas finalmente alcanzaron la historia del Hombre desde sus orígenes, y esos orígenes llevan inexorablemente al continente de mis sueños. Por ello creo que al África no se va; al África se vuelve. ¿Volveré algún día?
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Martín Aldama. De Félix Luna.
En su faceta de historiador, FL demuestra siempre la calidad de su prosa y lo atinado de sus observaciones, con la mayor objetividad que se pueda pretender de un historiador. Aquí, en cambio, nos regala una novela ambientada en los años previos y posteriores a la Revolución de Mayo; desde las Invasiones Inglesas hasta la muerte de Belgrano.
Elige como narrador de la novela a un joven porteño que, siendo muy joven, adhiere a los ejércitos en formación de la época con el objeto inmediato de repeler dichas invasiones y el superior motivo de la independencia y la formación de una Nación. Este “porteñito” escribe sus memorias que terminan conformando la novela. Aquí FL demuestra que por ninguna razón sería capaz de abandonar su esencia de historiador y nos relata pormenorizadamente los sucesos de esos convulsos años vistos desde adentro, contándonos lo que las historias formales no suelen contar, como ser la vida de los soldados en el día a día, sus angustias y sus privaciones sin cuento. También la existencia de esclavos que, por ser nuestra estructura económica y productiva tan distinta a la de los países tropicales, recibían un trato muchísimo más considerado y humano, si cabe la expresión para quien no posee su libertad. Los pormenores e intereses que se tejían y destejían en esos tan revueltos años son relatados con cierto detalle.
Exalta, como pocas veces he leído, la personalidad del General Belgrano, visto desde la intimidad y dejándonos ver, sin contarlo, la grandeza y desinterés personal en toda su carrera.
Esto es una lección de historia sin dejar de ser una novela en toda regla.
Y todo eso sin dejar de citar a Samaniego, a Calderón de la Barca o a Lope de Vega, en atinados párrafos que vienen a cuento de lo que está sucediendo. Todos ello recitados por un personaje muy erudito de oídas, pero certero en el recitado.
Soliloquio de Segismundo de “La vida es sueño” de Calderón de la Barca.
Soneto de Lope de Vega: “Quiere, aborrece, trata bien, maltrata…”
Samaniego: Subió una mona a un nogal/y cogiendo una nuez verde…
Incluso se permite una ironía cuando dice: “No nos une el amor, sino el espanto”. A lo que el narrador le pregunta a quién pertenece esa sentencia y él responde: “Ese verso no se escribió todavía…”