Luego de transcurridas algunas semanas de la muerte de Bonafini, podemos reflexionar acerca de lo profundo de la grieta que nos separa a los argentinos.
Si uno opina acerca de los métodos de la dictadura o de la guerrilla subversiva, si uno condena unos hechos, automáticamente lo tildan de defender al “bando” contrario. Esa realidad maniquea lleva necesariamente a no poder analizar nuestro presente con un auténtico sentido crítico.
Respecto de la Sra. Hebe, todo su honroso (y aún heroico pasado si se quiere) no la habilita para cometer toda la suerte de tropelías y atropellos que supo cometer.
¿O alguien puede negar que instaló un escupidero público para que, niños, salivaran sobre los retratos de periodistas críticos del gobierno de los K?
Fue ella misma quien, luego de saberse el desfalco de «Sueños compartidos» trató de manera absolutamente irrespetuosa a los damnificados que, con toda justicia protestaban, instándolos a que «vayan a reclamarle a Shocklender». Poca sensibilidad mostró en ese caso; los derechos de los perjudicados no parecían estar a la altura de sus insignes preocupaciones.
También fue ella quien instó a «tomar el palacio de tribunales» ante demoras o fallos desfavorables. Y, que yo sepa, fue la única que no se presentó a una citación judicial (a propósito del desfalco antes mencionado) sin ulteriores consecuencias.
Fue también quien dijo que se podrían probar las pistolas Táser en la pequeña hija de Macri.
Y también dijo que habría que retomar las armas que dejaron sus hijos. Pero eso no es incitación a la violencia para sus acólitos y aplaudidores irreflexivos. Pero, a propósito de este último exabrupto, cabe recordar que, la asociación que dirige, supone representar a TODAS las madres de desaparecidos y no solo a las de los guerrilleros que empuñaron esas armas.
Queda claro, entonces, que no resulta muy procedente homenajear a una persona tan contradictoria sin mencionar sus aspectos negativos.
Pero, ya sabemos cuáles son las conductas de los políticos que solemos elegir. Si a Sarmiento, se le niegan sus innegables méritos en la política educativa por algunas expresiones desafortunadas, ¿cómo no habrían de borrar todo lo negativo de quien quieren «procerificar»?
2 comentarios:
Lo único q puedo decir es q antes de su transformación en ese personaje tan compatible con algunos personajes políticos de la actualidad su papel durante la dictadura fue muy honroso.Porque se transformó en lo que se transformó es y será para siempre(para mí) un misterio y q creo que no vale la pena develar.
Aldo nos dijo: Has hecho una muy buena síntesis sobre lo que dejó esa abominable mujer, que vivió en el odio y la falta de códigos éticos que, dicen, supo transmitir a sus hijos que, dicen, viven cómodamente en el exilio disfrutando del dinero cobrado por su muerte y desaparición. Algún día alguien escribirá sobre su vida, ya me anoto con un ejemplar de ese libro.
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