Cuando uno lee, suele encontrar frases o conceptos notables.
En La posmoralidad, Miguel Wiñaski dice:
El populismo surge de la desigualdad, pero no la resuelve, la amplía. En principio y, sin embargo, parece consolidar una salida para los atrapados por la inequidad, por el solo poder de la varita mágica de la demagogia”.
La altura moral de las masas suele ser menor que la del individuo.
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Frases de Ayn Rand, en La virtud del egoísmo
El capitalismo no es un sistema del pasado, es el sistema del futuro, si es que la humanidad ha de tener futuro.
Ni la riqueza ni los empleos ni ningún valor humano existen en una cantidad dada, limitada y estática. Los beneficios deben producirse y la ganancia de uno no significa la pérdida de otro.
La mejor prueba de la superioridad del capitalismo son los dos ‘berlines’.
El socialismo es la creación de intelectuales arrogantes que pretenden saber mejor que los individuos lo que les conviene.
Hay dos clases de violadores de los derechos; los criminales y los gobiernos.
Cuando se declaran ‘derechos’ hay que preguntar para quién y a costa de quién.
El gobierno de USA fue instituido para proteger a los individuos de los criminales y la Constitución fue redactada para proteger a los hombres del gobierno.
Los Padres Fundadores de USA establecieron que la Constitución garantizaría el ‘derecho del individuo a la búsqueda de la felicidad’ y no a que otros se la proporcionen.
Cuando hay una gran sequía, los animales perecen y el hombre construye canales. Cuando hay inundaciones, los animales se ahogan y el hombre construye diques. Cuando ataca una jauría de lobos, los animales son devorados y los hombres dictan la Constitución de los EEUU.
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J. J. Sebreli en Tercermundismo. Mito burgués dice acerca de Sarmiento:
Si por ejemplo Castro pretende llamarse socialista por su muy loable lucha por la alfabetización de las masas, con el mismo criterio, un viejo burgués argentino como Sarmiento debería llamarse también socialista.
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En El crimen de la guerra, Juan Bautista Alberdi dice:
Uno de los motivos o de los pretextos más a la moda para las guerras de nuestro tiempo, es el interés o la necesidad de completarse territorialmente. [...] De todos los pretextos de la guerra es el más injusto y arbitrario. Él se da la mano con la desigualdad de fortunas, invocado por los socialistas como motivo para reconstruir la sociedad civil sobre la iniquidad de un nivel que suprima las variedades fecundas de la naturaleza humana.
Recordemos que cuando dice «nuestro tiempo» está hablando del siglo XIX. Parece que poco ha cambiado.
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En La novia del hereje, Vicente Fidel López dice:
Cuando uno es joven le son permitidos los ensueños; cuando deja de serlo, es feliz si puede recordarlos sin sonrojarse.
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Frase de Jean François Revel (no recuerdo de cuál de sus obras la tomé).
El club con más socios del mundo es el de los enemigos de los genocidios pasados. Sólo tiene el mismo número de miembros el club de los amigos de los genocidios en curso.
A su vez, en el prólogo que le hace a la obra de Carlos Rangel El tercermundismo, dice:
El objetivo del Tercermundismo es acusar y si fuese posible destruir las sociedades desarrolladas, no desarrollar las atrasadas.
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Y ya que hablamos de Carlos Rangel, de la obra citada rescato:
En el choque eterno entre el bien y el mal, el marxista, con solo serlo, está del lado de los ángeles.
Un marxista siempre tendrá razón, por el solo hecho de serlo, contra cualquier no marxista. Y un marxista en el poder, tendrá razón contra un marxista en la oposición. [...] porque el "Número Uno" es Primer Secretario, y, como tal, Supremo Sacerdote e intérprete irrefutable de la dialéctica histórica, de modo que "objetivamente" cualquier oposición a su poder personal se convierte efectivamente en un crimen contrarrevolucionario.
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Ludwig von Mises:
La concepción socialista es a la vez grandiosa y sencilla... De hecho, puede ser considerada como una de las más ambiciosas creaciones del espíritu... Algo tan valiente y atrevido que justificadamente ha logrado levantar la más excelsa admiración. Si queremos salvar nuestro planeta de la barbarie, lejos de ignorar desdeñosamente los argumentos socialistas, es preciso refutarlos.