Los montoneros y otras agrupaciones terroristas nunca tuvieron vocación democrática ni estuvo en sus planes el cuidado de la república. Por el contrario, su accionar siempre estuvo dirigido a destruirla y jamás pasó por su cabeza consultar al famoso pueblo al que decían defender. ¿Eran muy distintos de los militares a los que se enfrentaron? Ambos lucharon por hacerse con el poder, “para el bien del país”; pero solo un bando lo logró.
Estos muchachos “idealistas” en los 70 lo intentaron por medio de la lucha armada. En tiempos más recientes lo intentaron con medios más sofisticados, más refinados y menos peligrosos (para ellos, desde luego).
Por muy buenas que puedan haber sido las intenciones que los animaron (a algunos de ellos), no cabe duda alguna que sus métodos fueron aviesos. Su idea era la de destruir, valiéndose de cualquier medio, la democracia burguesa, tal su calificación, para instalar luego una “revolución” que traería, mesiánicamente, la felicidad y prosperidad al pueblo; ¿o buscarían solo su propia felicidad?
Tras ser derrotados en el terreno que ellos eligieron (con métodos tanto o más aviesos), y luego de transcurrir unas décadas, volvieron con bríos renovados y parecidos objetivos. Solo cambiaron algunos medios. Ahora, la destrucción del estado, la intentaron desde adentro, avasallando cuanta institución de la democracia estorbara sus planes. Y, así como antes se enriquecieron mediante los secuestros extorsivos, ahora lo hicieron por la corrupción, los retornos, los contratos con empresas amigas y los buenos sueldos, todo ello al amparo de una justicia parcial, ausente o distraída.
En esta etapa parece que esa amenaza estaría controlada; ¿será así? ¿Cómo terminará esta vez la historia? Me aterra el solo pensar que pudiera regresar esa realidad de pesadilla.
1 comentario:
Mirta nos dijo:
Totalmente de acuerdo. como de costumbre muy interesante. Gracias.
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