domingo, 6 de agosto de 2017

Siempre es bueno leer

Al terminar un libro, siento la necesidad de comentar esa lectura, pero no siempre se tiene a mano alguien que haya leído lo mismo y, en lo posible, en forma reciente. Aquí les dejo mis reflexiones sobre algunos de los títulos que me han interesado últimamente.

Breve historia de los argentinos.  De Félix Luna.
Excelente repaso por toda nuestra historia. Breve, pero no superficial. Nos hace un relato amable de los procesos que marcaron nuestro devenir. Si bien, tal como él mismo aclara, el historiador nunca puede ser del todo imparcial, es sin embargo de una honestidad y ecuanimidad dignas de encomio. Y no escatima elogios por aspectos de su gestión a quienes termina criticando por otros tantos desaciertos. Y lo hace tanto a los unitarios como a federales, a conservadores y radicales o a peronistas y “gorilas”. Es que la historia es así; no hay gobierno que no haya tenido algún acierto, por malo que sea su balance final y viceversa. Hasta lo más repudiable, tiene algún tipo de explicación o razón de haber existido. Termina con una reflexión (el libro fue escrito en 1993) que resulta de una terrible actualidad, cosa que no debería sorprendernos, dado que nuestros problemas son recurrentes: «Créanme, tenemos un buen país. [...] Lo único que nos falta, a los argentinos de estos finales del siglo XX, es merecerlo».
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Otra vez Lindbergh. De Joseph Reag.
Es muy interesante la vida del personaje, por lo que el relato, no puede dejar de leerse con entusiasmo. Vemos la increíble hazaña del protagonista, al cruzar el Atlántico por primera vez en avión, luego de que muchos murieran en el intento. Y con un avión que hoy nos daría pánico de solo pensar en recorrer unos pocos Km. La enorme popularidad que adquirió por la aventura, fue tal vez lo que lo expuso a la enorme tragedia del secuestro y posterior muerte de su hijo pequeño. También es aterrador ver con qué frágiles argumentos se llevó a la silla eléctrica al presunto secuestrador y asesino, con tal de aplacar la sed de justicia del populacho, que de otra manera no se puede calificar a quienes querían sangre a toda costa. Otro matiz interesante es ver de qué manera un premio (Un francés había prometido 25.000 dólares a quien realizara ese vuelo por primera vez) puede estimular la iniciativa e innovación.
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Vida de Atila. De Marcel Brion.
La búsqueda incesante de libros para la lectura, a veces nos depara momentos magníficos de exaltación. Esto me ocurrió con la lectura de este libro. El autor nos lleva de la mano tanto por las estepas del Asia como por los fértiles valles europeos de esa tardía Edad antigua. Y nos muestra facetas del “terrible Azote de Dios” que uno no imaginaba. Conocemos así, su sentido del heroísmo, lo desmesurado de sus propósitos para con su pueblo, con los criterios de la época, por supuesto, y una desmitificación del carácter sanguinario y destructivo de su personalidad. También recorremos los palacios de la decadente Roma, con sus intrigas, sus traiciones sus miedos y delirios de grandeza. Si toda la historia que hemos estudiado en el colegio nos la hubiesen contado de este modo, la tendríamos que haber amado sin reservas.
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El vuelo de la reina. De Tomás Eloy Martínez.
Impresionante novela que nos cuenta los entresijos de la corrupción en la política y los avatares de la redacción de un diario que pretende denunciar esos sucesos. Uno de los personajes centrales, Camargo, omnipotente director de un influyente matutino, acostumbrado a manejar a su antojo las conductas y voluntades de sus subordinados, choca con la imposibilidad de manejar los sentimientos de una periodista a quien ha ascendido en el diario que dirige, no solo por sus innegables condiciones en el oficio, sino también para tenerla consigo. Está tan fuera de su entendimiento que alguien pueda tener independencia, siquiera en algo tan íntimo como el amor, que no concibe un no a sus propuestas. Esto lo lleva a planear una venganza terrible que, finalmente lleva al final inesperado. O no tanto, pero igualmente novelesco. Primera obra que leo del autor: me sedujo y dejó con ganas de más.
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África. Harenes de piedra.  De Hernán Lanvers.
Muy entretenida novela de aventuras. Sorprende el comentario del autor antes de comenzar su relato: «Solo las partes más increíbles de este relato, están basadas en hechos que ocurrieron en la realidad». Al comenzar cada capítulo, pone partes de comentarios de periódicos reales (El País, de España, Clarín y La Nación de Argentina, entre otros), en los que se habla de la captura y tráfico de personas, que se venden en subastas públicas como esclavos para trabajos duros o como instrumentos de placer. Muchos varones son castrados para ser vendidos como eunucos a los harenes que –como sacados de algún cuento de Las mil y una noches– aún existen en países de oriente medio. Todo con conocimiento y protección de gobiernos africanos que, sin embargo, declaran que la esclavitud es ilegal y que no existe la trata. La trama cuenta la historia de unos muchachos que van de excursión a un parque natural y son capturados por los traficantes. A partir de allí los horrores que pasan mientras sus familiares mueven cielo y tierra para lograr rescatarlos. El autor, argentino, es médico cirujano y un amante de África (yo he leído anteriormente África: sangran los reyes, también un relato atrapante), que ha realizado múltiples viajes a ese continente, ha escalado en solitario el mítico Kilimanjaro y tiene gran conocimiento de usos, costumbres y culturas africanas. Al igual que en la obra que antes mencioné, haciendo gala de oficio de escritor, el autor deja, al final, situaciones irresueltas que dan pie a continuar leyéndolo.
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El engaño populista.  De Axel Kaiser y Gloria Álvarez.
Notable disección de este mal que aqueja a tantos países de nuestra región y de otras latitudes.
El libro se divide en capítulos que analizan sucesivamente las ideas que conforman la mentalidad populista; la forma como esas ideas penetraron y penetran en nuestras sociedades; y cómo rescatarnos de esa verdadera pesadilla que una y otra vez nos conduce a un sistemático fracaso.
Y en el último capítulo está lo verdaderamente original del libro; no se queda, como tantos otros, en el análisis de lo que es el populismo (importantísimo análisis que lo desarrolla con agudo criterio y atinadas citas) sino que hace una serie de propuestas de cómo combatir esa auténtica peste que nos sojuzga permanentemente.
Dice, por ejemplo: «No sirve de mucho ganar elecciones si no se logra un cambio de fondo en la mentalidad y cultura de un país porque, como hemos visto en América Latina mil veces, luego regresan los populistas de siempre y destruyen lo avanzado».
Me impresionó esta otra cita: 
«La batalla por la cultura y [...] por la consciencia de las personas es la clave de cualquier proyecto que pretenda ofrecer esperanza. La filosofía libertaria y republicana que ha permitido a Occidente salir adelante, incubada especialmente en el mundo anglosajón, es una que, salvando los matices que pueda presentar en las diversas culturas, en términos generales debe pasar a formar parte del sentido común».
Comentan los autores que, cierta vez, alguien, impresionado por la obra de Hayek, Camino de servidumbre, le comentó al autor que quería dedicarse a la política para tratar de llevar adelante esas ideas que había recogido de su obra. Hayek le contestó que «no perdiera su tiempo porque los políticos no eran líderes sino seguidores de las ideas que estaban de moda».
Le sugirió, en cambio que se dedique a «financiar a los intelectuales para que sus ideas se hicieran populares. Una vez que eso haya ocurrido -continuó el profesor austriaco- los políticos las van a seguir».
El texto es esclarecedor cuando analiza que la economía es contraintuitiva y da un ejemplo. ¿Quién se opondría a que se le aumenten los impuestos a los ricos para beneficiar a los pobres? Probablemente pocos, pero si uno analiza este tipo de políticas con mayor detenimiento, se llega a la conclusión de que mayor carga impositiva desalienta la inversión y ello lleva a menor empleo y mayor desocupación y baja de salarios…
Muchas más cosas y citas podría incluir en este resumen, como por ejemplo la similitud del pensamiento de fascistas y populistas, la genialidad de Alberdi, etc.
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Un largo camino a casa.  De Saroo Brerley.
La vida del autor es tan novelesca que, con solo contarla, ya se está en presencia de un auténtico Best seller.
Efectivamente, está contada con estilo sencillo pero profundo, y con mucho sentimiento. No parece posible que un niño de solo 5 años haya pasado por tan terribles circunstancias y pueda haber sobrevivido indemne. Un enorme reconocimiento muestra hacia sus dos familias, la de origen, en India y la de adopción, en Australia.
También nos pinta claramente las tremendas vicisitudes que se viven en un país acosado no solo por la pobreza, sino también por el hacinamiento.
Rescato el siguiente párrafo, que es un reconocimiento a la increíble capacidad del ser humano para mostrarnos su mejor costado en medio de la terrible tragedia que lo rodea.
«La India tiene más de mil millones de habitantes y hay muchos niños vagando por las calles sin que nadie cuide de ellos. Puede parecer un lugar caótico, incluso duro. Sin embargo allí, en Ganesh Talai (en todo el país, en realidad), que uno solo de esos niños perdidos hubiera logrado reencontrarse con su familia después de una larguísima separación podía llegar a suscitar una profunda emoción».
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Patria.  De Fernando Aramburu.
Mi amiga Bibi y mi admirado Mario Vargas Llosa me recomendaron la lectura de Patria, de Fernando Aramburu. Y les hice caso; lo compré y lo leí.
Hace mucho que no leía una novela con tanta voracidad. Hacía tiempo que no se me ocurría moderar esa voracidad conforme se iba acercando el final. Y esto por temor a que se acabe; por temor –como decía Mario Vargas Llosa– a ese estado de orfandad en que quedamos al terminar una obra magistral. Me angustiaba saber qué pasará con Arantxa. ¿Cómo seguirá la vida de Nerea o de Xabier? ¿Y la relación de Miren con Bittori? Todos personajes tan bien pintados por el autor, así como el ambiente que se vivía en esos violentos años del terror de ETA.
Los climas, las familias, las consignas de la época, todo tan bien resuelto por FA y con un estilo tan, pero tan personal, que uno se maravilla/angustia, se enternece o ríe/llora, según sea la situación narrada.
Somos los humanos parecidos en todas las latitudes. Las mismas pasiones nos sacuden y motivan a todos. Hay tantas similitudes con nuestros propios demonios, que uno no puede menos que sentirse atrapado en todo momento.
En la vida de Joxe Mari, el patriota/guerrillero o asesino desalmado, según quién lo juzgue, y en la evolución de sus ideas y pasiones, está condensada toda una generación de jóvenes que creyeron la perversa idea de que el fin justifica los medios; y el resultado invariablemente es la barbarie. Y la barbarie del enemigo, jamás puede justificar la propia, con el agregado de que esos mismos jóvenes, suelen ser víctimas de esas descabelladas ideas.
Les recomiendo esta lectura que está entre lo mejor que he leído en toda mi vida, aunque esta no sea un gran referencia. Y no suelo ser tan expansivo en mis calificativos.
Y si Bibi o Mario Vargas Llosa les recomiendan un libro, no dejen de leerlo; seguramente será una recomendación valiosa.


COMENTARIOS:


Mirta Cernich 

8/8/17


me gusto mucho el analisis de los libros  .Lo tuyo es de un insight muy profundo..Gracias.


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