En estos días se discute, acaloradamente casi siempre, acerca de estos temas. Veo que, con demasiada frecuencia, quienes sostienen estas creencias, lo hacen de un modo casi religioso y poco racional.
"Perspectiva de género" Creo firmemente que hay solo dos sexos. Con respecto al género, es un accidente gramatical que nuestro idioma reconoce solo dos: masculino y femenino (en alemán, por ejemplo, hay tres porque incluye al neutro).
Tengamos en cuenta que «la mesa» es sustantivo femenino y «el banco» es masculino, pero ni aquella tiene ovarios ni este tiene testículos así como tampoco están diseñados para reproducirse. Solo cuando se habla de seres animados, suele coincidir el género gramatical con el sexo («el» perro y «la» perra, «el» gato y «la» gata), pero no siempre (la jirafa macho y la jirafa hembra, la ballena, la foca y otros). Y estos sí que están diseñados para reproducirse.
Ciertas mentes perversas o extraviadas cambiaron la semántica de la palabra «género» asociándola con «sexo» persiguiendo fines trastornados y trasnochados que no confiesan. Y otras mentes, menguadas de caletre, creen ese invento.
Cuando se estudia la evolución de los seres vivos, vemos que los más elementales, bacterias por ejemplo, se reproducen por la simple división de la célula madre creando dos hijas genéticamente idénticas. El gran salto en la evolución (esto lo podemos explicar por la teoría de Darwin o si preferimos por una creación divina) fue la reproducción sexual que permite la maravillosa diversidad individual que hoy poseemos. Y los sexos son solo dos y nada más que dos.
El hombre puede encontrar, y de hecho encontró, otras finalidades en el acto sexual que las puramente reproductivas. Y ello por ser una criatura en la que la cultura influye sobre los instintos básicos mucho más que en otras especies animales. Algo parecido ocurre con los alimentos, que en su enorme variedad y complejidad, nos dan mucho más que nutrición. Pero, así como en esa variedad gastronómica siempre ingerimos alimentos, no hay dudas de que, en el sexo, lo natural, es la atracción heterosexual y no homosexual. Si un hombre se erotiza con otro hombre (y está en todo su derecho a practicar el sexo de la manera que le plazca) no deja por eso de ser hombre. Y todos los géneros (infinitos, parece) que estos trastornados inventan, no dejan de ser una ilusión o fantasía.
La «autopercepción» es otra patraña inconmensurable. Para autopercibirme de cualquier cosa, tengo que tener una idea de cómo es esa cosa. Por ejemplo, si me autopercibo canguro tengo que saber cómo es un canguro (miembros posteriores poderosos, tiene marsupia y se desplaza a saltos). Para autopercibirme mujer, tengo que saber que es un ser humano, que tiene ovarios, caderas más anchas, tiene desarrollo de las glándulas mamarias, distinta distribución del vello corporal y tiene órganos sexuales apropiados para la gestación. Si, siendo varón, no cuento con ninguna de esas características sino las contrarias, pero me autopercibo mujer, estoy tan enfermo como el anoréxico que está piel y huesos y se ve gordo.
El lenguaje «inclusivo» es otro invento que está en sintonía con lo anterior.
Está claro que el lenguaje no tiene dueños o, mejor dicho, tiene tantos dueños como hablantes hay. Y eso permite a quien se sirve de él a usarlo como mejor le parezca para comunicar sus ideas (ya sean geniales o triviales). Respecto del lenguaje inclusivo, me espantaría que se prohiba su uso, tanto como que se lo quiera imponer desde ciertas estructuras de poder, mediante decretos o leyes. Serán los hablantes, si mayoritariamente lo adoptan, quienes lo impondrán y los diccionarios lo incorporarán. Esto es así y no al revés, como suelen pretender que «La Academia debería incluir este o aquel vocablo».
Pero, aún quienes lo usan, suelen ignorar la lógica del lenguaje. Entiendo que la «E» supuestamente inclusiva es para los plurales que incluyen hombres y mujeres (“todes” en vez de «todos y todas» o el masculino abarcativo «todos»). Pero está fuera de toda lógica decir: «LEs personEs», como he oído a ciertos integrantes de estos estrafalarios «colectivos». Aquí están negando el género gramatical del vocablo "persona", que está totalmente alejado de toda connotación sexual. También oí quejarse a alguien de que se diga «El ser humanO» y no «humanA». Aquí desconocen la concordancia de género entre el adjetivo y el sustantivo, ya que el sustantivo "ser" es masculino. Si habláramos, en cambio, de «la especie», diríamos «humanA» con toda lógica.
1 comentario:
aunque concuerdo con que el uso de la "E" es una profunda tontería(si hubiera usado una palabra más fuerte habría sido muy "políticamente incorrecto")también debo reconocer que generico masculino siempre me molestó.Cambiar la terminación de "les sustantives" implica también cambiar los textos universales de la literatura?
Parece que las "grandes mentes" ya empezaron.No con el lenguaje inclusivo sino con el lenguaje aprobado por la comunidad del emblema multicolor.
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