jueves, 11 de abril de 2024

Las limitaciones al poder

 

Este comentario lo escribí antes de las elecciones, por eso hablo del "próximo gobierno". Hoy, debería decir "el  gobierno que recién comienza".


Salvador de Madariaga, en su formidable novela histórica que comienza con El corazón de piedra verde y sigue con otros títulos, puso en boca de alguno de sus personajes: 

Si eres rey, no puedes ser traidor y se eres traidor, no puedes ser rey.

Se trataba del un lugarteniente de Pizarro, que lo alentaba a que se subleve contra el rey de España; después de todo, la conquista del Perú no era mérito del rey. Si la sublevación triunfaba, sería rey y por lo tanto no sería traidor. Por el contrario, si fracasaba, no sería rey y sí sería traidor (y le costaría la cabeza).

Este es un bonito ejemplo de lo que significa detentar el poder absoluto. El monarca absoluto no debe rendir cuentas ante nadie de sus conductas y decisiones. Está por encima de la ley, tal como lo estaba el Caudillo en la España franquista y tantos otros ejemplos. Es quien decide por sí lo que es legal y lo que no, el que ejecuta las políticas del estado y administra la justicia.

Cuando se impone la idea de la división y la limitación de poderes es justamente para no quedar sujetos al azar de que nos toque un rey bueno, sabio y generoso con sus súbditos, virtudes estas que, si son escasas, lo son mucho más todas juntas en una sola persona y suelen esfumarse apenas el que las posee se encuentra con todo ese poder.

Los caudillos suelen creerse iluminados, y no dudarán por tanto en someter a los otros poderes públicos, y estaremos ante una situación parecida a la monarquía absoluta que tanto le costó superar a la humanidad. El caudillo puede dar giros de 180 grados y, mientras mantenga su liderazgo, no será traidor. Pero lo será al día siguiente de perder el ascendiente sobre las masas populares. Por algo fue que a Mussolini lo colgaron cabeza abajo.

Se dice que hubo una conspiración para matar a Nerón y se pretendía proclamar a Séneca como emperador, habida cuenta de sus indiscutibles cualidades morales. Séneca rechazó el ofrecimiento de ponerse al frente de la conjura; intentando convencerlo, argumentaban que, con él, no habría abusos de autoridad, a lo que el sabio respondió:

¿Estás seguro? ¿Quién puede saber lo que se oculta en las profundidades del alma? Ni Júpiter es capaz de soportar el poder absoluto. A la larga, me convertiría yo también en un tirano. ¿Quién se atrevería a corregirme si me equivoco? ¿Quién no dejaría de adularme, por más bellaco que fuera? Si aceptase la oferta me convertiría en tirano por el solo hecho de aceptarla. Hay que crear sistemas políticos justos; creer que es el hombre y no el sistema, lo que determina la justicia es un absurdo. Los antiguos lo sabían; ¡ni por un mes se puede otorgar tanto poder a una persona!.

Las anteriores son citas de la interesante novela histórica El maestro del emperador de Pedro Gálvez.

Por esas cuestiones es que espero que el próximo gobierno no tenga un líder absoluto; que, en cambio, se trabaje en equipo; que las políticas de mediano y largo plazo sean consensuadas con el mayor número posible de fuerzas políticas y, sobre todo, que se recupere el valor y el vigor de los organismos de control de la gestión y en general todas las instituciones de la República, tan devaluadas últimamente. Por el contrario, pensar que nada debe acordarse con la oposición; considerarla intrínsecamente perversa, descaminada o vendida a oscuros intereses y conjuras por el solo hecho de ser oposición, forma parte de esa concepción absolutista del poder, que tanto daño hizo y sigue haciendo.



2 comentarios:

Charles dijo...

Antonio nos dijo:
Gracias Charly!

Charles dijo...

Mirta nos dijo:
Que más puedo añadir que no haya dicho antes? Muchas gracias por recordarnos que el poder siempre debe ser limitado porque como dice es dicho de sabiduría popular "el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente."

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