lunes, 28 de julio de 2025

Reflexiones preelectorales

Esto lo dije hace unos años, pero, con algunas modificaciones, viene bien a cuento ahora. Ya sé que copiar es plagio, pero no creo que yo mismo me demande por ello. 

REFLEXIONES PREELECTORALES

Cuando veo los ingentes recursos que, durante las campañas electorales, se invierten en panfletos, banners, pasacalles, spots televisivos y radiales, murales, actos, etc, con que nos abruman antes de la elecciones, no puedo menos que preguntarme de dónde salen tales recursos… Como esta cuestión queda siempre sin respuesta, mientras medito acerca de ello, me hago otra pregunta: ¿Quién está tan interesado en ganar esa presidencia, esa gobernación, intendencia o escaño parlamentario? Alguien debe tener poderosas razones para financiar semejante dispendio. La conclusión que saco es que el resultado de las elecciones es muuuuuuucho más importante para los candidatos (y para quienes los financian) que para el común de los ciudadanos de a pie que los votamos.

Otra gran pregunta es: ¿A quién le creo? Si pudiera creerle a todos, tendría que votarlos a casi todos, habida cuenta de sus hermosos discursos, promesas, plataformas, planes y proyectos. El problema es que no les creo a todos. 

Y se viene la otra preguntita: ¿Por qué le creo al candidato A y no al B? No siempre se tiene una respuesta, porque no solemos votar con el cerebro, sino por emociones o conveniencias.

Por otra parte, sabemos que las medicinas que realmente curan no suelen tener buen sabor. Ante los problemas que, inevitablemente afronta una sociedad, hay que tomar medidas que no suelen ser gratas. Los ajustes vienen luego de que se desajustó, pero nadie se queja del que desajusta, porque se está en medio de la fiesta . Cuando hay que poner las cosas en su lugar, quien lo hace no es bien visto. Como dijo un expresidente nuestro: «Si hubiese dicho lo que iba a hacer, no me votaba nadie». 

Paradójicamente, dicha sentencia no se ha cumplido con el actual presidente, ya que dijo más o menos todo lo que iba a hacer (que no eran propuestas muy atractivas en el corto plazo) y sin embargo lo votaron.

Si vemos la evidente decadencia, tanto en lo económico, social y educativo que sufrimos desde la recuperación de la democracia, para no ir más atrás, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que todos los gobiernos que se sucedieron aportaron algo a esa decadencias en mayor o menor medida. 

¿Será que alguna vez deberemos votar con un poco más de cerebro y menos de corazón?



2 comentarios:

Charles dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Charles dijo...

Mirta nos dijo
Quien está interesado en ganar? Supongo que todos , especialmente porque el poder es muy atractivo.Para que?creo que mejor no enumerar..
A quien creer? Personalmente, a nadie.Todos hablan muy bien,pero nada más.
Llegado este punto ,mi dilema es:voy a votar o no voy? Y si voy : a quien voto? Porque ni siquiera hay un candidato menos malo.Y que es preferible: no ir?,votar en blanco,?impugnar? O votar a alguien que tendrá solamente unos pocos votos?
Dilema shakespeariano: voto o no voto?

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