martes, 23 de junio de 2020

Para pensar

Pienso si vale la pena pensar cuando hay tantos pensadores que pensaron cosas tan bien pensadas que da para pensar en ello sin tener que pensar demasiado… ¿Pensarán que mis pensamientos son poco pensados?

Juan José Sebreli en su libro Crítica de las ideas políticas argentinas, dice a propósito de Sarmiento:
«Podía despreciar a las masas ignaras, pero dedicaba todos sus esfuerzos a educarlas. Su contrapartida era Rosas, quien adulaba a las masas pero cerraba escuelas para mantenerlas en su estado de ignorancia, sumisas y fáciles de manipular.
»Hacia mediados del siglo XX esta actitud se revirtió, y un nacionalismo provinciano y retrógrado procuró aislarnos del mundo, al que se vería como una amenaza, originando un nuevo tipo de intelectualidad para quien la figura de Sarmiento sería un anatema»,
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Los mecanismos del despojo. De Roberto Roth
«Una mentira, repetida cien veces, se convierte en realidad. Es cierto. Pero la misma realidad, ocultada otras tantas, no desaparece. Los pueblos se encuentran, tarde o temprano, con la realidad que eludieron y la mentira que aceptaron».
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Alexis Tocqueville
«Hay en el corazón humano un gusto depravado por la igualdad que lleva a los débiles a querer rebajar a los fuertes a su nivel y que conduce a los hombres a preferir la igualdad en la servidumbre a la desigualdad en la libertad».
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J. L. Borges, en «Diálogos Borges Sabato coordinado por Orlando Barone
Acerca de la Biblia:
«¡Es la máxima creación de la literatura fantástica! Lo que imaginaron Wells, Kafka o Poe no es nada comparado con lo que imaginó la teología. La idea de un ser perfecto, omnipotente, todopoderoso es realmente fantástica. [...] Creo en la teología como literatura fantástica. Es la perfección del género».
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Metastasio: (citado por M. Aguinis en Elogio de la culpa)
«Que os cause horror la culpa, no el castigo».
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Jean-François Revel:
«El objetivo del tercermundismo es acusar y si fuera posible destruir las sociedades desarrolladas, no desarrollar las atrasadas».
Otra
«La certeza de ser de izquierdas descansa en un criterio muy simple, al alcance de cualquier retrasado mental: ser, en todas las circunstancias, de oficio, pase lo que pase y se trate de lo que se trate, antiamericano».
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Confucio
«Nuestra mayor gloria no está en nunca caer, sino en levantarnos cada vez que caemos».

«El hombre que mueve montañas comienza cargando piedras pequeñas».

«Cuando crece el odio, piensa en las consecuencias».

«El que conoce todas las respuestas no ha hecho todas las preguntas».

«Respétate a ti mismo y otros te respetarán».

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Martin Luther King
«No soy negro, soy Hombre».
«Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia».
«Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto».
«Tu verdad aumentará en la medida que sepas escuchar la verdad de los otros».
«Da el primer paso con fe. No tienes por qué ver toda la escalera. Basta con que subas el primer peldaño».
«Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas».

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Miguel Servet,

En sus  Obras completas, hablando de la Justicia, dice:

«... ni con estos ni con aquellos estoy de acuerdo en todos los puntos, ni tampoco en desacuerdo. Me parece que todos tienen parte de verdad y parte de error y que cada uno ve el error del otro, mas nadie el suyo... Fácil sería decidir todas las cuestiones si a todos les estuviera permitido hablar pacíficamente en la iglesia contendiendo en deseo de profetizar».

En una valiente muestra de amor por la verdad, cuando dice: «ni con estos ni con aquellos», se está refiriendo a los católicos y a los protestantes. Terminó condenado por ambos, solo que uno solo de esos bandos (los calvinistas) pudieron llevarlo a la hoguera; no pudieron realizar el milagro de quemarlo dos veces.

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Abel Posse en «El largo atardecer del caminante»:

«… porque en un imperio que nace, la libertad y la justicia son siempre planes para el futuro».

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Pérez Reverte
«…esa arma, por aquel entonces, era prácticamente el símbolo de los muchos pueblos que aún creían poder ganar la libertad a tiro limpio. Ignorantes, dicho sea de paso, que las libertades se ganan a tiro limpio y se pierden después del último tiro cuando los revolucionarios toman el palacio presidencial…».
Otra cita que me hace acordar al Instituto para el Revisionismo Histórico, dirigido y ejecutado por “neohistoriadores”,
Nunca se ha manipulado tanto y tan impunemente [la historia] como ahora, bajo el pretexto de borrar antiguas manipulaciones. [...] Los libros se destruyen, se esconden y se reescriben, según las necesidades de momento. [...] La táctica no es nueva. Los apóstoles de la intolerancia, los grandes manipuladores de los pueblos y las banderas, suelen recurrir a este eficaz sistema: el nazismo con la cultura europea o el nacionalismo serbio en los Balcanes, para no ir más lejos. La Historia, la que se escribe con mayúscula, ha sido siempre el principal objetivo, porque es el más molesto y lúcido testigo. [...] Por eso me inspiran tanto recelo y tanto desprecio esos aprendices de brujo, esos historiadores subvencionados y mercenarios que se venden, por treinta monedas de palta, a los caciques locales que les llenan el pesebre.
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Benito Pérez Galdós, que vivió a caballo de los siglos XIX y XX, escribió:
«La falta de educación es para el pobre una desventaja mayor que la pobreza».
Parece que no hemos aprendido nada…
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Federico García Lorca:
«Yo soy español integral y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más, yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista, abstracta, por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula, pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de todos. Desde luego no creo en la frontera política».
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Carlos Alberto Montaner en Libertad: la clave de la prosperidad :
«La hazaña heroica no es necesaria para forjar una gran nación. Y quien lo dude debe visitar Canadá o Noruega. Acaso el heroísmo real y profundo de los pueblos no esté en las gestas revolucionarias, en los himnos y en las barricadas, sino en el trabajo callado pero fructífero de millones de seres anónimos, en el responsable acatamiento de las leyes, en la prudencia y en la decisión de respetar el bien común, tanto como el propio».
«A fin de cuentas parece haber una adecuación casi milimétrica entre desarrollo y democracia liberal, pues, como es indiscutible, las veinte naciones más prósperas y felices del planeta, acosadas por decenas de millones de aspirantes a inmigrar a ellas desde todos los rincones de la tierra, son veinte democracias liberales en las que se conjugan con razonable armonía el Estado de derecho y la economía de mercado».
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Bertrand Russel
«Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas»;
«La buena vida es una vida inspirada por el amor y guiada por el conocimiento».

domingo, 14 de junio de 2020

La heredera


Ficción por Marta Tomihisa

Mi tía abuela ha muerto, soy su única heredera…
Hace un par de días recibí la notificación, acabo de llegar a la ciudad de Tandil para conocer su testamento.
Se llamaba Paula, era la hermana menor de mi abuela materna. Durante mi infancia, cuando veníamos de visita a esta casa ella siempre estaba aquí, recibiéndonos con su adorable sonrisa. Era una mujer apacible, observadora y también muy sociable, diferente a todas las personas de esta familia, tan callados que atemorizaban con su presencia. Curiosa y autodidacta, en tiempos en que las mujeres no estudiaban y se dedicaban a quehaceres domésticos o a tareas como la costura y el bordado.
Ella no hacía ninguna de estas cosas, mi madre me contó que le encantaba escuchar música y leer. Además, solía escribir todos los días en un diario que guardaba celosamente en su mesa de luz. Debo haber heredado también sus genes, pues yo amo la lectura con pasión.
Murió soltera y meditabunda, a pesar de haber deseado tanto viajar y conocer el mundo, nunca se movió de esta vivienda ni de su barrio. En la vieja casona que ahora tengo frente a mí fue hallada muerta, sentada en su sillón favorito, junto a la ventana. El terreno en el cual está ubicada la propiedad es enorme, la casa también, pues albergaba una familia numerosa. En el jardín, a la derecha del sendero está la glorieta cubierta de glicinas azules, un par de bancos de madera deteriorados por el tiempo, aún permanecen como testigos silenciosos de los sucesos acontecidos.
Paula se sentaba en este lugar a leer, yo lo recuerdo, me aferraba del brazo y me invitaba a ubicarme junto a ella. Amaba la poesía, leía a Gustavo Becquer, Rubén Darío, a tantos otros que escribían sobre amores contrariados y corazones heridos.
Yo la escuchaba pacientemente pues cuando concluía su lectura, metía la mano en alguno de sus bolsillos y me obsequiaba un caramelo. La golosina siempre tenía un leve aroma a naftalina, pero a mí me encantaban, sobre todo por la expresión de complicidad de su mirada mientras repetía:
–No le digamos nada a mamá…
En la entrada había un auto estacionado; supuse que se trataba del abogado que me había citado para informarme del trámite.
Sin darme tiempo a utilizar el llamador, Elisa, la fiel ama de llaves, me abrió la puerta. La mujer era sordomuda y había nacido en esta casa, me habían contado que era hija natural de una criada, que había muerto en el parto…
Con su habitual amabilidad, me invitó a seguirla al comedor, en donde un hombre mayor me recibió con una sonrisa, muy complacido por mi puntualidad.
En efecto, era el abogado de la familia.
Dijo con entusiasmo:
–Así que Ud. es la heredera…
Sobre la mesa, había desplegado algunos papeles y carpetas. Recibí enseguida la agradable noticia de que además de esta casa, había heredado un departamento en la ciudad de Mar del Plata, cuya existencia desconocía. Pero esa vivienda estaba actualmente alquilada, Paula recibía una renta mensual por ella, que ahora también heredaría.
El testamento redactado unos años antes, tenía un anexo en el que agregaron la vivienda en la que estábamos reunidos. Ella era la menor de la familia, sus hermanos ya habían muerto.
Dentro de un sobre en el que figuraba mi nombre, había una pequeña misiva escrita de su puño y letra:
Le pido como única condición a Martina, mi sobrina nieta, que viva en esta casa durante un mes y lea mis diarios.”
No me esperaba semejante cláusula, pero aunque todo aquello era para mí muy extraño, sentí que el espíritu de Paula, travieso y divertido estaba rondando por aquí, ansiosa de tenerme entre estas paredes plagadas de recuerdos.
Yo vivía en un departamento en Belgrano, había ejercido como docente y estaba jubilada desde hace un año y además era viuda. Solo tenía un hijo, casado ya, que residía en el exterior; no me iba a incomodar demasiado quedarme un mes aquí, cumpliendo el deseo póstumo de alguien por quien sentía un verdadero cariño.
Lo que me atemorizaba un poco era permanecer sola, en una mansión tan imponente como esta, a menos que Elisa me acompañase esos días. Por suerte la mujer que había vivido toda la vida en este lugar, accedió enseguida. Pensé entonces en lo doloroso que debía ser, siendo diez años mayor que yo, encarar el porvenir sola con su incapacidad. Era obvio que junto a esas propiedades la había heredado también a ella y no tenía la menor idea de dónde la ubicaría cuando esta casa se vendiera.
Por supuesto, no estaba en mis planes, venir a vivir aquí…
Volví a mi departamento, para buscar más ropa y organizar la inesperada mudanza. Cargué mi auto con todas las cosas que supuse me serían útiles, además traje un equipo de música que me había obsequiado mi hijo e informé a mis amistades sobre estas insólitas vacaciones que me proponía a cumplir.
Elisa me recibió con su calidez acostumbrada, nos llevábamos muy bien y la comunicación era fluida, porque yo había aprendido su lenguaje de gestos en las innumerables veces en las que había visitado esta casa. Era una mujer alta y bella, con una expresión tierna y familiar en sus ojos, los rostros que uno ve desde niño se vuelven tan cotidianos… Ella me había preparado el dormitorio en el que dormía Paula, al lado de la habitación de la abuela. Durante el día, fui hasta el pueblo a comprar algunos alimentos y cosas que necesitaba para mi estadía.
El lugar era pintoresco y tranquilo aunque al llegar el atardecer sentí cierta nostalgia, sobre todo al entrar al dormitorio de mi tía abuela.
Me senté en su cama y abrí el cajón de su mesa de luz, en donde habían dos diarios. Uno de tapa rosada, con figuritas de corazones pegadas y otro más sobrio, de cuero marrón…
------------------------------------------------------------------------------------Año 1942
30 de noviembre:
Hoy, siendo el último día de clase de la escuela primaria comienzo a escribir este diario. El año que viene empiezo la secundaria, cuando termine estudiaré en la universidad para ser profesora de castellano.
¡Estoy emocionada!
20 de diciembre:
Me encantan los preparativos para la Navidad, por lo menos vamos con papá a hacer compras al pueblo y todos están contentos. Hace mucho calor aquí, pensar que en Europa todo esta cubierto de nieve, algún día conoceré las grandes ciudades, o al menos algunas…
18 de febrero:
Las vacaciones son interminables, nos aburrimos escuchando a mamá que pretende hacernos bordar un mantel. ¡Ni loca!
Yo prefiero sentarme en el jardín, a leer un buen libro.
13 de marzo:
Primera semana de clases.
Mis compañeras de aula, solo hablan de cosas aburridas que hicieron durante las vacaciones. Comparto el banco con una chica, que aprendió a cocinar una torta de chocolate con la receta que le dio su abuela. Piensa que esto es divertido y ni siquiera conoce a Alfonsina Storni. ¡Qué burra!
10 de abril:
¿Cómo se me pudo ocurrir, que siendo una escuela de mujeres iba a ser entretenida? Al único hombre que vemos es al cura en la misa, está viejo y corto de vista. Yo casi me duermo en la capilla. No escribo más, porque no tengo cosas para contar.
10 de mayo:
Estamos preparando un festejo para el cumpleaños de la madre superiora, no hay nada menos divertido que organizar la fiesta de una monja…
22 de julio:
Es muy triste el invierno, oscurece demasiado temprano y no te dejan salir ni a la vereda, igual no me animo.
19 de septiembre:
Hoy lloré toda la mañana, estaba a punto de bañarme cuando descubrí la mancha de sangre en mi bombacha. Creí que me había pasado lo mismo que al tío el año pasado, cuando le dio un ataque de presión y sangraba su nariz. Pero resulta que esto es normal, mamá me explicó que solo les pasa a las mujeres todos los meses de la vida, hasta que se vuelven viejas…
¡Qué horror!
16 de noviembre:
Mi cuerpo está cambiando, tengo pechos más grandes y vello por todos lados, hasta debajo de las axilas…Preferiría ser hombre, aunque a ellos también les pasan cosas en el cuerpo!
Bueno, hoy tenemos visitas, vienen unos amigos de papá.
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En el transcurso de esa semana ya había leído el primer diario, comprendí que esta era una chica con gran personalidad, no iba a necesitar nada más para entretenerme.
Allí estaba su vida, narrada con detalles íntimos a los que me asomaba atrevidamente, ya que era esto lo que Paula deseaba.
Por otro lado la convivencia con Elisa era placentera, solíamos comer juntas y recordar situaciones del pasado que ella conservaba entre sus recuerdos más preciados. Sentía un amor incondicional hacia mi tía abuela y un gran respeto por toda la familia, la cual siempre la había tratado como un miembro más. Tuve una sensación de inquietud, por su futuro incierto.
Todas las tardes luego de la merienda, leía con avidez la crónica de la vida apasionada de aquella adolescente que no se sometía a las reglas establecidas, que se atrevía a todo, día tras día…
A punto de festejar sus quince años, escribió:
4 de julio:
Dentro de un mes cumplo años, mis padres quieren festejarlo con una gran fiesta. Estoy aprendiendo a bailar el vals, tengo un gran maestro, Anselmo, un amigo de papá que viene a jugar al ajedrez con él y se ha ofrecido a enseñarme. Es un caballero, además tan alto y buen mozo…
20 de agosto:
Cada vez que Anselmo me toma entre sus brazos siento un temblor en todo el cuerpo, no lo puedo evitar. Yo sé que él tiene casi cuarenta años y está casado, pero es tan divertido… ¡Me gustaría que esos momentos en los que estoy con él, sean eternos!
20 de septiembre:
Fue una fiesta maravillosa, voy a recordarla durante toda mi vida.
Anselmo me dio un beso estando en la glorieta, yo sentí como si me estallaran fuegos artificiales en todo el cuerpo. No puedo dejar de pensar en lo que siento, todo ha cambiado para mí, solo quiero estar con él…
18 de octubre:
Salgo a la calle con cualquier pretexto para encontrarme con Anselmo, solo me interesa verlo a él. No se lo he contado a nadie…
No tengo ganas de estudiar, mis calificaciones son bajas.
14 de noviembre:
En un par de semanas más terminan las clases. Me alivia que así sea, me aburro demasiado. En enero nos vamos de vacaciones a Mar del Plata, estoy feliz porque Anselmo también va a ir (con su mujer por supuesto).
Pero al menos lo veré…
20 de diciembre:
Estamos con los preparativos para la cena de Navidad.
Sin embargo yo estoy preocupada, mi salud no anda bien, cualquier comida me revuelve el estómago. Hace un mes que no menstrúo, no me atrevo a contárselo a mamá.
10 de enero:
Cuando Anselmo y yo nos quedamos solos en la playa, le conté lo que me estaba pasando. Se puso pálido, dijo que debíamos hablar seriamente de lo que íbamos a hacer con nuestras vidas.
Aquí en Mar del Plata, tiene un departamento de cuando estaba soltero, nos podemos encontrar allí.
30 de enero:
Mi vida es un verdadero desastre, creo que me lo merezco…
Estoy embarazada, solo me queda esperar que se produzca un milagro pues cuando mis padres se enteren me van a matar…
El viernes volvemos a Tandil.
Anselmo se va a quedar unos días más, me prometió hablar con su mujer…
20 de febrero:
Ya no me quedan lágrimas…¡Dios me ha abandonado!
Anselmo se mató en la ruta, junto a su esposa...
Mis padres ya saben que estoy embarazada, no me permiten salir de casa…
Solo deseo tener fuerzas para afrontar lo que me espera, cuando nazca mi hijo...
15 de abril:
Ni siquiera salgo de este cuarto, mis padres no me dirigen la palabra.
Apenas veo a mis hermanos, tampoco voy a la escuela.
Mi estómago crece como un globo, me siento como si cayera por un precipicio interminable…
14 de junio:
Dentro de unos meses va a nacer mi hijo, nunca me ha visto el médico, no he salido jamás de esta casa. Estoy muy asustada, casi no puedo dormir.
Sé que merezco un gran castigo, solo temo por mi bebé…
10 de julio:
Mi vida transcurre entre estas cuatro paredes, solo espero dar a luz y reencontrarme con este ser que llevo en mí, para darle todo mi cariño…
20 de agosto:
Durante la tarde sentí un dolor agudo, pero no me asiste ningún médico. Mi madre llora a mi lado, mi padre jamás viene a verme…Estoy recluida en mi habitación, ni siquiera me consuela leer…Tampoco tengo ánimo de escribir…
20 de octubre:
Una partera ha venido a asistirme, mi madre lloró apretando mi mano, sin decir una palabra.
Finalmente mi hija ha nacido! Todavía me siento agotada, ahora solo quiero dormir…
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La inesperada revelación de este suceso me impactó de tal manera, que me costó un gran esfuerzo retomar la lectura de estas inesperadas confesiones.
Muchas hojas de este diario habían quedado en blanco, lo redactado después fue escrito al año siguiente, Paula dijo:
20 de abril:
Mi hija esta en mi regazo, es una niña bella y muy silenciosa…
La disfruto inmensamente, aunque me siento sola y mis padres me ignoran…
10 de julio:
Un pediatra sospecha que mi hija, tiene un problema de audición…
Mientras viva, siempre seré su protección…
Elisa querida, solo deseo que estemos juntas para amarnos y acompañarnos, hasta el fin de nuestras vidas…
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Cerré el diario y lo guardé nuevamente donde lo había hallado…
Temblando, me puse de pie, en la cocina Elisa ignorante de mi descubrimiento preparaba la merienda. Cuando vio mi rostro cubierto de lágrimas, se acercó muy preocupada a consolarme, yo no pude decirle nada…
Solo me atreví a abrazarla contra mi pecho, para que supiese que ella era la única heredera y esta casa sería para siempre su hogar…


domingo, 7 de junio de 2020

Entrenamiento

Relato por Marta Tomihisa

Lo veía solamente los martes y jueves.

Esos días iba con mi tío Jorge, al club Platense en donde se entrenaba para correr los 100 metros llanos, en un equipo local.

Yo lo acompañaba, porque era divertido ir a un club y no hacer nada.

Me gustaba mucho presenciar las distintas actividades, que allí se desarrollaban. Después del entrenamiento esperaba a mi tío en la cafetería del club, mientras se duchaba.

Entonces, ese increíble y fascinante desconocido salía del vestuario y pasaba a mi lado, eludiendo las mesas y casi rozándome, despreocupado y seductor como siempre. Portando su bolso, con el pelo mojado y una expresión satisfecha en el rostro. Era un hombre alto, de tez bronceada, cabello oscuro y enrulado.

Nunca me miraba, sin embargo estaba segura de que él sabía que yo esperaba verlo pasar…

Un día, me hallaba sentada al borde de la cancha viendo el entrenamiento de mi tío, cuando él apareció portando una jabalina. Ese era el deporte que él practicaba, de inmediato comenzó esa actividad en la que realmente se lucía. Su destreza física era notable. Luego de entrenar durante un largo rato, vino a sentarse junto a nosotros en unos bancos que había al costado de la cancha, bajo la sombra de los árboles. Sacó una gaseosa de su mochila y me la ofreció con una sonrisa adorable, ante mi negativa guardó la botella y se paró de un salto, guiñándome un ojo mientras se encaminaba hacia los vestuarios.

Yo estaba paralizada por la emoción, no podía dejar de mirarlo, me fascinaba su presencia.

Finalmente luego de unos cuantos meses, mi tío dio por terminado su entrenamiento y dejamos de ir al club.

No pude verlo más. Entonces, no tuve más remedio que soñar con él e imaginar que lo encontraba en todos los sitios a donde iba.

Lo veía en el shopping, en el ómnibus que me llevaba a la escuela, entrando al aula y hasta en las fiestas de cumpleaños…

Pensaba en él cada uno de los días, en los que no pude verlo. Sujetos de la mano, avanzando despreocupados por un sendero multicolor.

Sin embargo, yo apenas sabía cómo sonaba su voz, desconocía su nombre y su vida…

El tiempo transcurrió, al año siguiente mi tío decidió volver a entrenar, para un evento que se realizaría en mi pueblo. Fuimos nuevamente al club, dos veces por semana. La euforia me embargaba.  Durante varias semanas, lo busqué ansiosamente pues imaginaba que él debía estar siempre allí, sin embargo no lo pude hallar. Aunque los meses transcurrieron vacíos y tediosos, nunca perdí la esperanza de volver a encontrarlo.

Un día, mi tío y yo estábamos tomando una merienda en la cafetería del club cuando él hizo su aparición, con ese aire tan seguro y lánguido que me encantaba. Pero no venía solo, una chica alta y hermosa como él, lo precedía.

Al pasar junto a nosotros nos reconoció, se acercó a saludarnos:

–¡Hola! ¿Cómo andan?…

Sonrió extendiendo su mano, que mi tío estrechó con entusiasmo.

–Soy Julián…Dijo sonriendo.

Mi tío que era un hombre muy sociable, de inmediato los invitó a sentarse, a compartir nuestra mesa. Los unía un saludable entusiasmo por el deporte.

Sin embargo, yo estaba desvastada ante esta situación, en ese mismo momento hubiera querido huir del lugar.

¡Tanto tiempo esperando este encuentro y él reaparecía acompañado!

Los hombres hablaron de sus entrenamientos, intercambiaron datos de su rendimiento físico. Parecían grandes amigos, charlando de sus logros.

Yo en cambio estaba callada, solo miraba a la chica sentada a su lado…

Ella permanecía con sus manos apoyadas en la mesa, exhibiendo una bella sonrisa en los labios. Admiré sus uñas pintadas, vi en su dedo meñique un anillo con dos corazones enlazados.

De pronto, me sorprendió que ella se lo sacara y extendiendo su mano me lo ofreciera…

–¿Lo querés?… Lo encontré en un chupetín sorpresa, es lindo, no?

Con mucha ternura, ella buscó mis dedos y me puso el anillo.

Entonces él iluminó su rostro, con una sonrisa de complicidad…

Me aferró la mano, en la que ya lucía el dorado anillo y exclamó en voz alta:

–Señorita, quiere casarse conmigo?

Los adultos rieron, ante mi expresión de sorpresa. Mis mejillas ardieron de emoción, no pude responder…

Mi corazón latía como un gorrión enjaulado, dentro del pecho.

Yo tenía tan solo diez años y contemplaba erguido frente a mí, absolutamente inalcanzable, al gran amor imposible de toda mi vida…

 

 

 

 

 

sábado, 30 de mayo de 2020

La maravilla de leer

El combate perpetuo. De Marcos Aguinis
Extraordinaria narración de la novelesca vida de Guillermo Brown. Tan novelesca es su vida que, si fuese un relato de ficción, uno pensaría que el autor ha exagerado creando un personaje y unas aventuras poco creíbles.
Luego de inicuas injusticias, persecuciones, cárcel y hasta terribles enfermedades tropicales, una y mil veces se recupera y protagoniza notables hazañas. La indiferencia, la envidia y esa inveterada costumbre nuestra de no reconocer valores, salvo que se comparta dogmáticamente una ideología hizo que, más de una vez, fuera condenado al olvido.
Como no podía ser de otro modo, terminó sus días en una modestia tal que su viuda se vio obligada a vender todas sus propiedades, hasta sus anteojos personales. Entre otras notables virtudes, se destaca su hidalguía para con sus vencidos y con sus subordinados.
Si leyendo las últimas páginas, al lector se le escapa solamente un lagrimón y no más, es porque no supo apreciar lo indómito y desinteresado de su vida, así como tampoco fue capaz de reconocer la cálida pluma del autor, o la tersura de su prosa.
Un par de frases de G. B. que cita el autor:
«No me pesa haber sido útil a la patria de mis hijos»
«Considero superfluos los honores y la riqueza cuando bastan seis pies de tierra para descansar de tantas fatigas y dolores».
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La tiranía de la igualdad.  De Axel Kaiser
El autor desarrolla una auténtica defensa del liberalismo desde la óptica de la pretendida igualdad impuesta desde arriba. Y lo hace no solo con un desarrollo teórico en el que demuestra su erudición y su preparación, sino también con ejemplos concretos de donde se han aplicado las ideas que él sostiene o las contrarias. Y los resultados no pueden ser más elocuentes. Me limito a transcribir algunos párrafos.
«Lo que se puede y debe hacer ciertamente es ayudar a los que están peor para que estén mejor, pero eso no es buscar igualdad sino el progreso de aquellos rezagados sin importar qué tan bien le esté yendo a los demás. Esta diferencia es esencial, pues no es lo mismo querer que todos estén igual a que todos estén mejor. Lo primero se logra con la fuerza estatal que suprime la libertad, lo segundo requiere de la libertad para generar prosperidad y de apoyos específicos del Estado que pueden o no resultar en mayor igualdad».
«Hitler prometió “la creación de un Estado socialmente justo” que “continúe erradicando todas las barreras sociales”. No deja de ser asombroso y alarmante que con estos antecedentes tanta gente se empeñe aún en la idea de un Estado providente que controle las dimensiones más sensibles de la vida de las personas».
«La izquierda denuncia una lógica del estricto egoísmo en las personas cuando se trata del mercado, pero una vez que se trata del Estado cambian de lógica y asumen que los gobernantes y burócratas tendrán una tendencia a hacer el bien y posponer su propio interés por el de los demás. Por alguna misteriosa razón los consumidores, los empresarios y los trabajadores persiguen su propio interés en el mercado, pero si pasan al Estado milagrosamente se convierten en criaturas desinteresadas semiangelicales velando por el bien común. La verdad es al revés: si en el mercado todos ganamos cuando al otro le va bien y nuestra honestidad es parte de nuestro activo para ser exitosos, en el Estado, como funciona sobre la base de la coacción, no es necesario ni ser honesto, ni preocuparse por el interés del otro, ni menos por cómo se gasta el dinero ajeno. Y es que en el mercado el coste de las malas decisiones lo asume la persona que tomó la decisión, mientras que en el Estado lo asume el contribuyente».
Tiene, además, estupendas frases de Hitler y Mussolini que dejan completamente claro que, ambos, están ideológicamente más cerca de la izquierda marxista que del liberalismo, por más que sistemáticamente se los cataloga en “la derecha”. No por nada Nazi, es una abreviatura de Nacional SOCIALISMO.
Más que seguir transcribiendo párrafos, lo ideal sería leer el libro entero
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La verdad de las mentiras. De Mario Vargas Llosa
Se trata de una serie de ensayos en los que analiza distintas obras literarias que lo han motivado.
Es muy interesante poder ver distintos enfoques que a uno, al leer las obras se le han pasado por alto. No es de extrañar, teniendo en cuenta la experiencia y la erudición del autor.
Entre otras, analiza obras de Albert Camus, Thomas Mann, James Joyce, Hermann Hesse, Aldoux Huxley, George Orwell, Vladimir Nabokov y varios más, entre los que hay varios que son, para mí, perfectos desconocidos. Y uno se entusiasma por leer alguna de esas creaciones o de volver a leerlas, ahora con la perspectiva que nos da Mario Vargas Llosa. Desde luego que él ha dedicado libros enteros a Madame Bovary de Flaubert (una de sus novelas y autor más admirados), a Los miserables de Victor Hugo y seguramente otros que no conozco. Pero siempre uno saca algo positivo de sus lecturas, por más que, a ratos, sus conceptos son demasiado elevados para lo rudimentario de mis apreciaciones.
En una introducción previa a los comentarios bibliográficos, dice:
De lo que llevo dicho parecería desprenderse que la ficción es una fabulación gratuita, una prestidigitación sin trascendencia. Todo lo contrario: por delirante que sea, hunde sus raíces en la experiencia humana, de la que se nutre y a la que alimenta. Un tema recurrente en la historia de la ficción es el riesgo que entraña tomar lo que dicen las novelas al pie de la letra, creer que la vida es como ellas la describen. Los libros de caballerías queman el seso a Alonso Quijano y lo lanzan por los caminos a alancear molinos de viento, y la tragedia de Emma Bovary no ocurriría si el personaje de Flaubert no intentara parecerse a las heroínas de las novelas románticas que lee. Por creer que la realidad es como pretenden las ficciones, Alonso Quijano y Emma sufren terribles quebrantos. ¿Los condenamos por ello? No, sus historias nos conmueven y nos admiran: su empeño imposible de vivir la ficción nos parece personificar una actitud idealista que honra a la especie. Porque querer ser distinto de lo que se es ha sido la aspiración humana por excelencia. De ella resultó lo mejor y lo peor que registra la historia. De ella han nacido también las ficciones. [...] Sueño lúcido, fantasía encarnada, la ficción nos completa, a nosotros, seres mutilados a quienes les ha sido impuesta la atroz dicotomía de tener una sola vida y los apetitos y fantasías de desear mil. [...] La ficción es un sucedáneo transitorio de la vida. El regreso a la realidad es siempre un empobrecimiento brutal; la comprobación de que somos menos de lo que soñamos.
A propósito de Animal farm de George Orwell, dice:
Lo que es sometido a revisión es la idea de que la única forma de progreso real es el finalismo revolucionario, la solución violenta, radical y única. Si hay un mensaje persuasivo en Animal Farm no es a favor de la pasividad y el escepticismo, sino más bien en contra de las soluciones utópicas irreales y a favor de las viables, concretas y pragmáticas. Fijarse objetivos inalcanzables es condenar de antemano al fracaso los esfuerzos de mejora social. El progreso sólo es imposible cuando la meta está fuera de las posibilidades reales del hombre. Por eso conviene ser menos soñadores, menos nostálgicos, menos ideológicos y más realistas a la hora de encarar los problemas sociales y tener conciencia clara de que entre todas las injusticias una de las más graves está no sólo en la explotación económica sino en la existencia del poder: por ello debe ser siempre controlado, debilitado, pues, si no es así, crecerá y desviará en beneficio propio los esfuerzos de todos. Animal Farm es un llamado de alerta contra la ingenuidad de creer que la única fuente de la injusticia es la explotación económica. En verdad, es múltiple y el progreso no sería real y posible si ella no es detectada y combatida simultáneamente en todos los hilos y recovecos de la urdimbre social.
Tiene, al terminar la recopilación, un fuerte alegato a favor de la literatura y los efectos benéficos que aporta, no solo a quien lee, sino, gracias a su enriquecimiento, a la comunidad a la que pertenece.
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El nuevo intelectual.  De Ayn Rand
 El libro consta de un ensayo breve, que da nombre a la obra, y de extractos de sus novelas en las que se pueden entender algunos de los conceptos de su obra filosófica. Es tan notable y tan profundo que mejor transcribo pasajes que resultaron salientes para mi siempre parcial criterio.
Gran defensora del capitalismo y de los logros de la sociedad norteamericana con su Constitución, nos ofrece párrafos como el siguiente:
Los Fundadores no fueron ni místicos pasivos que adoraban la muerte ni saqueadores que buscaban el poder en forma insensata; como grupo político, fueron un fenómeno sin precedentes en la historia: eran pensadores pero también hombres de acción. [...] rechazaron la teoría del sufrimiento como el destino metafísico del hombre, proclamaron el derecho a la búsqueda de la felicidad, y estaban decididos a establecer en la Tierra las condiciones requeridas para la existencia apropiada del hombre, por el poder de su intelecto “sin mediar otra ayuda”.  [...] La libertad intelectual no puede existir sin libertad política; la libertad política no puede existir sin libertad económica; el corolario es una mente libre y un mercado libre.
Y, hablando más concretamente del capitalismo:
El sistema social sin precedentes cuyos fundamentos fueron establecidos por los Fundadores, el sistema que instituyó los términos, el ejemplo y el patrón para el siglo XIX –y que se propagó por todos los países del mundo civilizado– fue el capitalismo. [...] El grado de libertad económica de cualquier país dado fue el grado exacto de su progreso. EUA, el más libre, logró ser el más avanzado. El capitalismo arrasó con la esclavitud en materia y en espíritu. Reemplazó al bárbaro y al hechicero, Al saqueador de riquezas y al vendedor de  revelaciones, por dos tipos nuevos de hombres, el productor de riquezas y el proveedor de conocimientos: el hombre de negocios y el intelectual. [...] Mediante la organización del esfuerzo humano en empresas productivas, crea empleo para hombres de incontables profesiones. Es el gran liberador que, en el breve lapso de un siglo y medio, ha liberado a los hombres de la esclavitud de sus necesidades físicas, los ha relevado de la carga pesada y terrible de una jornada laboral de dieciocho horas de trabajo manual para la mera subsistencia, ha puesto fin a las hambrunas, las pestes, el terror y la desesperación paralizante en la cual la mayor parte de los hombres había vivido durante todos los siglos precapitalistas, y en la cual la mayoría de ellos todavía vive en los países no capitalistas.
Cuando la autora habla de la Revolución Industrial y el nacimiento del capitalismo, dice que los intelectuales no fueron capaces de ver y transmitir lo eso significaba y que estaba ocurriendo delante de sus propias narices:
Los hombres que trabajaban en otras profesiones no fueron capaces de dar un paso atrás y observar. Si algunos veían que podían abandonar sus granjas por una probabilidad de trabajar en una fábrica, eso fue todo lo que supieron. Si sus niños tenían ahora la posibilidad de sobrevivir más allá de la edad de diez años (la mortalidad infantil había sido aproximadamente de un cincuenta por ciento en la era precapitalista), no pudieron identificar la causa. No podían decir por qué las hambrunas periódicas –que habían arrasado cada veinte años a la población "excedente" que las economías precapitalistas no podían alimentar– ahora habían llegado a su fin, así como las carnicerías de las guerras religiosas. [...] Los intelectuales eligieron no decírselo.
Los intelectuales, o su mayoría predominante, permanecieron siglos a la zaga de su época: todavía buscando el favor de los nobles protectores, algunos de ellos lamentándose por la "vulgaridad" de los emprendimientos comerciales, escarneciendo a aquellos cuya riqueza era "nueva” y, simultáneamente, culpando a estos fabricantes nuevos de riqueza por toda la pobreza heredada de los siglos en los que habían regido los dueños de la riqueza noblemente "no comercial”. Otros denunciaban a las máquinas como "inhumanas” y a las fábricas como una mancha en la belleza del campo (donde antes había horcas erigidas en los cruces de caminos). Otros demandaban un movimiento "de regreso a la naturaleza", a las artesanías, a la Edad Media. Y algunos atacaban a los científicos por indagar acerca de los "misterios" prohibidos e interferir con los designios de Dios.
La víctima de la injusticia más infame de los intelectuales fue el hombre de negocios.
[...] los intelectuales eran reacios a diferenciar entre el hombre de negocios y el bárbaro, entre el productor de riqueza y el saqueador. [...] Por lo tanto, no indagaban acerca de la procedencia de la riqueza o jamás se preguntaban qué la había hecho posible. [...] Tomaron como axioma, como un fundamento irreductible, que la riqueza sólo puede ser adquirida por la fuerza, y que una fortuna como tal es la prueba del saqueo, sin hacer ulteriores distinciones o averiguaciones necesarias.
Con la mirada todavía puesta en la Edad Media, mantenían este punto de vista en medio de un período en el cual una cantidad enorme de riqueza, jamás vista antes en el mundo, se mostraba a su alrededor. Si los hombres que habían producido esa riqueza eran ladrones, ¿a quién se la habían robado? Entre todas sus vergonzosas evasivas, la respuesta de los intelectuales fue: a aquellos que no la habían producido. [...]
Evadiendo la diferencia entre la producción y el pillaje, llamaron al hombre de negocios ladrón. [...] Evadiendo la diferencia entre la recompensa y el terror, lo llamaron explotador. Evadiendo la diferencia entre el comercio y la fuerza, lo llamaron tirano. El asunto más crucial que tuvieron que evadir fue la diferencia entre lo ganado y lo no ganado.
¿Y si hablamos del Pecado Original?
El nombre de este monstruoso absurdo es 'Pecado Original'. Un pecado sin tener opción es una bofetada a la moral y una insolente contradicción: algo que está fuera de la posibilidad de elección, está fuera del territorio de la moral. Si el hombre es malvado de nacimiento, no tiene voluntad ni poder para cambiar; y, si no tiene voluntad, no puede ser bueno ni malo: los robots son amorales. Considerar la naturaleza del hombre como su pecado es una burla a la naturaleza. Castigarlo por un crimen que cometió antes de nacer es una burla a la justicia. Considerarlo culpable en una cuestión en la que no existe la inocencia, es una burla a la razón. Destruir la moral, la justicia, la naturaleza y la razón por medio de un único concepto, es una hazaña del mal difícil de igualar.
Cuestiona al respecto la creencia de que el hombre nace con libre albedrío pero con “tendencia al mal” y al respecto dice:
El libre albedrío pero con una tendencia al mal es como un juego con dados “cargados”: obliga al hombre a esforzarse para jugar, asumir responsabilidades y pagar por el juego, pero la decisión está desequilibrada a favor de una opción que no puede evitar. Si esa “tendencia” es por su elección, no puede poseerla al nacer; si no la ha elegido, su albedrío no es libre. [...] Su mito declara que él comió el fruto del árbol del conocimiento, adquirió una mente y se convirtió en un ser racional. El conocimiento del bien y del mal lo convirtió en un ser moral. Fue sentenciado a ganarse el pan con el sudor de su frente: se convirtió en un ser productivo. Fue sentenciado a experimentar el deseo: adquirió la capacidad del goce sexual. Los males por los cuales se lo condena son la razón, la moral, la creatividad, la alegría; es decir, todos los valores cardinales de su existencia. No son sus vicios los que el mito de la caída del hombre  explica y condena; no son sus errores los que se exhiben como su culpa, sino la esencia de su naturaleza humana. Fuera lo que fuere, ese robot que existía sin mente, sin valores, sin trabajo y sin amor en el Jardín del Edén, no era un hombre.
[...] Le has enseñado que su cuerpo y su conciencia son enemigos enzarzados en una lucha mortal, dos antagonistas de naturalezas opuestas, reclamos contradictorios, necesidades incompatibles; que beneficiar a uno es perjudicar al otro; que su espíritu pertenece a un reino sobrenatural, pero su cuerpo es una prisión del mal que lo mantiene en cautiverio en esta Tierra; y que lo bueno es vencer al cuerpo, minarlo durante años de paciente lucha, cavando un camino hacia esa gloriosa salida que conduce a la libertad de la tumba.
Le han enseñado al hombre que es un inadaptado sin esperanzas compuesto por dos elementos, ambos símbolos de la muerte. Un cuerpo sin un espíritu es un cadáver, un espíritu sin un cuerpo es un fantasma; sin embargo esa es tu imagen de la naturaleza humana: el campo de batalla de un conflicto entre un cadáver y un fantasma [...]
Como producto de la división del hombre entre espíritu y cuerpo, hay dos clases de maestros de la Moral de la Muerte: los místicos del espíritu y los místicos del músculo, a los que llamas espiritualistas y materialistas; los que creen en la conciencia sin existencia y los que creen en la existencia sin conciencia. [...]
El bien, dicen los místicos del espíritu, es Dios, un ser cuya única definición es que está más allá de los poderes de comprensión del hombre; tal definición invalida la conciencia humana y anula sus conceptos de la existencia. El bien, dicen los místicos del músculo, es la Sociedad, una cosa a la que definen como un organismo que no posee forma física, un súper ser no corporizado en nadie en particular y en todos en general, en el cual participan todos excepto tú.  La mente del hombre, dicen los místicos del espíritu, debe estar subordinada a la voluntad de Dios. La mente del hombre, dicen los místicos del músculo, debe estar subordinada a la voluntad de la Sociedad. [...] El propósito de la vida del hombre, dicen ambos, es convertirse en un zombi abyecto al servicio de una intención que no conoce, por razones que no debe cuestionar. Su recompensa, dicen los místicos del espíritu, le será dada más allá de la tumba. Su recompensa, dicen los místicos del músculo, le será dada en la Tierra… a sus tataranietos.
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Testimonios. De Victoria Ocampo
Especial capacidad de la autora de contar con gracia e inteligencia anécdotas que, si no son bien escritas, carecerían de interés y significado. Su honestidad intelectual la lleva a hacer ácidas críticas a ciertos personajes (Borges, por ejemplo), sin que por ello disminuya su admiración por su obra. Hermoso el testimonio acerca de Martínez Estrada, donde desliza frases como:
«Podré disentir con usted, eso es todo. Hasta podré disentir violentamente. No es la primera vez que esto me ocurre con un amigo sin que por eso deje de ser su amiga». O esta otra: «…estoy de acuerdo en que nuestro país ha bajado su nivel. Su nueva ola de incultura, su pobreza espiritual (que no es lo mismo que pobreza de espíritu), su fácil aceptación del más o menos, se han convertido en rasgos nacionales».

Reflexiones preelectorales

Esto lo dije hace unos años, pero, con algunas modificaciones, viene bien a cuento ahora. Ya sé que copiar es plagio, pero no creo que yo mi...