En Occidente hay una pasión en los medios intelectuales por criticar al capitalismo, a la burguesía, al hombre blanco e incluso a todo lo que provenga de la cultura occidental, pero nada se suele comentar acerca de las atrocidades que, todavía hoy, se cometen en buena parte del tercer mundo socialista.
La crítica a estos malos absolutos (Occidente con su liberalismo, su capitalismo, su burguesía, y su globalización) es una garantía de aceptación en los medios intelectuales .
Respecto de la globalización, brevemente podríamos recordar que, los pueblos primitivos que estuvieron aislados (el ejemplo paradigmático son los aborígenes australianos), son los que más estancamiento han padecido. Por el contrario, es en Oriente Medio, punto de contacto de tantas culturas (nexo principal de la «globalización» de entonces) donde surgió la escritura y las grandes civilizaciones de entonces.
Y, en esa costumbre tan arraigada de achacarle al Occidente capitalista (particularmente a USA) todos los males que hoy sufre el hombre de hoy, se omite en forma pertinaz todo lo positivo que esta civilización nos legó a la humanidad entera de la actualidad.
Me refiero a los antibióticos, eficaces herramientas para tratar con éxito la sífilis, la tuberculosis y el cólera o las vacunas, para controlar la polio y para erradicar la viruela; a la máquina de vapor y el motor eléctrico, con los que se alivió de pesadas tareas al hombre.
También le debemos el automóvil, el ferrocarril y la navegación aérea, la luz eléctrica y la radiotelefonía, la televisión y la computación, la Internet y la imprenta; logros estos a los que no solo no renuncian si no a los que la práctica totalidad de los seres humanos aspiran a tener acceso. Muchas de estas herramientas, creaciones de la Revolución Industrial, capitalista y occidental son las que utilizan esas almas nobles, para atacar al Occidente capitalista.
Nos dejó asimismo sus instituciones, como la protección del individuo frente a los atropellos del «príncipe» (en la acepción de Maquiavelo) merced a la división y limitación del poder y la legítima defensa en juicio, instituciones de las que hoy goza buena parte de la humanidad (o aspira a disfrutarlas). Y es en aquellos países donde estas instituciones funcionan donde mayores índices de prosperidad se registran.
Se recuerda con precisión el pasado colonial (condenable por cierto) del hombre blanco y capitalista, pero su flaca memoria no les permite ver que el afán de conquista forma parte de la naturaleza humana en todas las épocas y latitudes, desde los mongoles hasta los aztecas y los incas, para mencionar solo unos pocos que no son occidentales ni blancos. Tampoco recuerdan que, luego de la Segunda Guerra Mundial, fue la URRS quien se anexó innumerables países y enormes extensiones de territorio, en contraposición con las potencias occidentales que no hicieron nada parecido. Y, siempre con la memoria flaca, olvidan que la descolonización y su demonización crítica, también son obra de Occidente.
Algo parecido ocurre con la esclavitud; se achaca este flagelo al hombre blanco en recientes siglos y se olvida que fue la norma en todos los tiempos y rincones del mundo, al punto que muchas guerras se libraron para conseguir esclavos, cuando no víctimas para sacrificios rituales, mientras que la famosa Guerra de Secesión del los Estados Unidos, fue precisamente para abolirla. Y muchos de los que hoy se victimizan, no sin algo de razón, por hechos de hace medio milenio, eran particularmente crueles con sus capturados. Y fue Occidente quien primero ilegalizó la esclavitud, habiendo persistido legalmente hasta décadas recientes en países de otras culturas.
Y ni hablar de que también el concepto de DDHH tiene su origen en el Occidente y en su cultura liberal. Ahora parece que este concepto es patrimonio de las ideologías colectivizantes.
Está claro que no todos los logros de esta parte del mundo son positivos: también debemos a Occidente la bomba atómica y el marxismo…
Por todo lo anterior, es imprescindible librar la batalla cultural, sin la que la disputa en el terreno político está condenada a fracasar.
3 comentarios:
Mirta nos dijo<:Muy interesante! no. pero a alguien hay que echarle la culpa.
Elsa nos dijo: Gracias por este estupendo análisis. Félix Luna me parece que me va a gustar más que nada porque la historia me apasiona.
Charlie no dejes de mandar tus impresiones y comentarios.
Rodolfo nos dijo: A los que tengan unos minutos y quieran leer un poco de cosas interesantes, políticas y de las otras, les envío este resumen escrito por mi hermano Carlos.
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