Hace mucho que pienso que los problemas estructurales de África, Oriente Medio y, en general, de todo el mundo subdesarrollado, no se resuelven con buenas intenciones sino con medidas concretas. Si bien es bueno que muchos países estén dispuestos a recibir exiliados, esa no es la clave para resolver el problema y, seguramente será la puerta de entrada a nuevos conflictos.
La ayuda económica directa a los países muy pobres, tampoco suele ser la solución, y no solo por aquello de que “antes que regalarles pescado, es mejor enseñarles a pescar”, sino porque la ayuda que pudieran recibir los gobiernos, en general será usada en beneficio de los jerarcas de turno, que tienen, sino la totalidad, al menos una buena cuota de responsabilidad de la indefensión y miseria de sus pueblos.
La intervención directa en aquellos países donde la corrupción y las persecuciones raciales, religiosas o políticas se hacen intolerables, tampoco parece ser la solución. Si vulneramos el principio de no intervención en países soberanos, aunque nos animen buenísimas intenciones, terminará, con toda probabilidad, en catástrofes peores que las que pretendíamos mitigar.
Recuerdo que la comunidad internacional actuó con mucho tino en el caso del Apartheid de Sudáfrica, aislando diplomática y económicamente a ese país, de modo de llevarlo, aún contra la voluntad e intereses de las clases dominantes, a resignar ese régimen anacrónico, despótico, sanguinario y cruel que durante tanto tiempo imperó en aquel país.
En aquellos países donde la democracia está solo dibujada cuando no ausente del todo tras una pantalla donde se esconden sus escamoteadores, ¿por qué no ensayar algo parecido? Y en África hay muchos países donde se ejercen prácticas políticas tanto o más crueles y discriminatorias aún que las del Apartheid sudafricano. Pero no mueven a la solidaridad internacional porque no son de «blancos contra negros» sino de negros entre sí de distinta tribus, lo que no le parece tan terrible a nuestra culposa conciencia occidental. También suelen ser regímenes de izquierdas y no capitalistas de derecha por lo que sería sacrílego actuar en su contra. ¿Será por eso que nadie se moviliza como se hizo con la cuestión sudafricana?
A propósito de estos temas, vale la pena ver este video, en el que se ve claramente que es la inversión productiva (capitalista) la que puede sacar de la miseria a los postergados del tercer mundo.
https://www.youtube.com/watch?v=ybzlsZwB1Cw
2 comentarios:
Mirta nos dijo: el problema del subdesarrollo y de las migraciones seguirá siendo un problema porque las naciones desarrolladas no "pueden"absorber a tantos inmigrantes.Una cosa es recibir inmigrantes profesionales y otra son los inmigrantes de regiones subdesarrolladas. Para que los nacionales de estas naciones no inmigren habria que trabajar para que no lo fueran y pudiesen permanecer donde estan sus raice. Y esto es francamente UNA UTOPIA.
Elsa nos dijo: Como siempre muy buenas observaciones.
Yo creo que el problema migratorio es un mal que tardará muchísimo tiempo en resolverse, si es que algún día los políticos entiendan que sin inmigrantes el
pais no funciona.
Quienes levantan las cosechas con 104f de calor? Quien limpia inodoros y cuida chicos? Quien hace los trabajos insalubres ?
Yo respeto a todos aquellos que dejan sus países para mejorar o simplemente para sobrevivir, los que no dudan aceptar salarios irreales.
Este es un tema largo y penoso y lo dejo ahí!
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