Veo en las manifestaciones de hoy (y desde hace muchos años también) una cuota de irresponsabilidad notable, sobre todo que estamos hablando de un sector que, se supone, está a la vanguardia del pensamiento del país. Y me temo que también que hay una cuota también de mala fe.
Acabar con la educación pública no creo que esté en los planes de nadie. Y particularmente, el actual presidente, siendo candidato, hablaba de una distinta modalidad de financiar la educación. Podemos esta o no de acuerdo en que la política de los vauchers sea acertada o un mamarracho, yo no lo sé, pero defender esa variante no implica que se quiera ir contra la educación pública. Sí puede haber diferencias entre los presupuestos otorgados y los pretendidos. El aumento del presupuesto universitario es un reclamo que lleva décadas, pero nunca se han planteado de dónde saldría tal aumento, sobre todo en la muy crítica situación actual en que amplios sectores –entre los que los jubilados son arquetípicos– están sufriendo toda suerte de privaciones. Si se preocuparan con igual empeño en auditar los resultados de las políticas actuales, estaríamos en mejores condiciones. Porque un aumento sin resultados es otra forma de malgastar los escasos recursos de nuestro empobrecido país. Para dar un ejemplo, en países vecinos cuentan con menos alumnos universitarios, pero tienen más egresados. Esto es un auténtico despilfarro de recursos. Algo están haciendo mejor que nosotros nuestros vecinos.
Por otra parte, la gratuidad (sería mejor decir el «no arancelamiento») es una suerte de vaca sagrada que no admite siquiera una leve crítica. Y no vale el argumento de que, arancelando, los pobres no accederían a educación superior. Falso, los pobres YA no acceden aún siendo gratuita, porque el costo de estudiar no es solo el hipotético arancel que se aplique puesto que el sostén de un alumno hasta los 25 o 26 años con sus viáticos más los materiales de estudio ya los dejan fuera del alcance de una familia menesterosa. Además, son proporcionalmente pocos los alumnos que cursan en escuelas públicas que terminan el secundario. Sería, a mi criterio, razonable aplicar un arancel moderado con el que se podría becar alumnos que realmente lo necesitan y merecen.
Pero allí no terminan los inconvenientes del no arancelamiento. Si tuviesen que pagar, aunque sea una módica suma, no veríamos tantos alumnos «crónicos» que asisten para hacer política o simplemente para darle el gusto a papá.
Ni qué decir de la gratuidad para extranjeros no residentes que, no bien terminados sus estudios, vuelven a sus países de origen para aplicar allí lo que les dimos con el esfuerzo de nuestros contribuyentes.
Otra de las sinrazones que suelen tomarse como «conquistas» es el ingreso irrestricto, un verdadero despilfarro de recursos que contribuye poderosamente a la pésima relación que tenemos entre ingresados y egresados y, también, a la existencia de los ya mencionados estudiantes crónicos.
Termino recomendando la nota del siguiente enlace.
2 comentarios:
Daniel nos dijo:
Estimado carlos, lei detenidamente tu columna sobre educación en el dia de las maniestaciones. Me parecio muy acertada tu refleccion y análisis,
De paso te recuerdo un tema que hablamos el apadrinamiento de un alumno por cada recibido por el periodo ordinario e la carrera a fin de los graduados devolver en algo la educación recibida y mejorar la calidad de vida del becado
Por otra parte acerca de los extranjeros he escuchado muchas opiniones, algunas especialmente erróneas o malintencionadas. Cuando un argentino estudia en usa tiene que pagar, igual que un chileno que estudia en chile. Lo de la gratuidad es algo teóricamente interesante pero la exigencia de matricularse no existe por lo que se gastan recursos en gente que estudia crónicamente o no se gradua nunca como mencionaste
Un abrazo y congrats por tus observaciones
MIrta nos dijo:
Gracias por compartir. Es el gran tema del día,dentro de unos días,también?Supongo que muchos de los q votaron a Milei formaron parte de la movilización , eso habrá hecho algo de cosquillas.
Abrazo
Publicar un comentario