Como dice el título, aquí podrán encontrar mis reflexiones, anécdotas que nos divierte contar, y algunas ficciones...
sábado, 14 de marzo de 2009
Están pintados
Analicemos: Borocotó llegó a su banca en la lista de Macri. Se supone que adhería a su propuesta –y en esto no hay diferencia con Solá o Cobos- pero se dio vuelta antes de asumir. Diría más: lo hizo antes de que Macri, o el macrismo pudiera haber dado un paso en falso que –a su personal criterio- no se compadeciera con la propuesta votada por el electorado.
No es el caso de Solá o de Cobos, cuyas posiciones –se compartan o no- fueron claramente explicadas en su momento y obedecieron a severas discrepancias con el ejecutivo que poco tuvieron que ver con cualquier proyecto puesto a consideración de los votantes.
Y hay clara constancia de que ambos hicieron esfuerzos para no tener que abandonar el oficialismo.
Por otro lado, si por haber llegado a una banca integrando una lista oficialista el legislador está obligado a votar a libro cerrada cuanta propuesta mande el ejecutivo y sin atender a sus íntimas convicciones, entonces no se entiende para qué mantenemos a decenas de senadores y centenas de diputados. Se podría, con este concepto, votar a un solo legislador por lista. Luego, su voto en la cámara valdrá por cinco, por treinta y seis o por ciento cincuenta y dos, conforme a los sufragios obtenidos en el comicio. Además, recibiría instrucciones directas del ejecutivo o de su partido político, en caso de los opositores. ¡Cuántas dietas, choferes, secretarias, y gastos de representación nos ahorraríamos!
De hecho, así pretendió el Ejecutivo que funcionen sus bancadas, y en gran medida lo han logrado. Proyectos de tanto peso y trascendencia como el de las AFJP o el de Aerolíneas ¿debieron votarse a libro cerrado como los mandó el ejecutivo? O el más reciente del adelantamiento de las elecciones que, sin ser tan trascendente, sí es muy político y polémico. ¡Qué buena oportunidad hubiera sido para que los legisladores oficialistas se lucieran mostrando sus inteligentes puntos de vista.
¿No tienen una pizca de dignidad para hacer aunque sea un debate entre ellos antes de llevarlo y aprobarlo en el recinto? ¿O es que la iluminación del matrimonio y su mesa chica es tanta que toda iniciativa es perfecta?
Aunque más no fuera para justificar sus dietas, podrían haber hecho un simulacro de debate “para la gilada”.
Digo yo ¿no?
lunes, 19 de enero de 2009
¡Y dale con Cervantes!
Sancho Panza
Ateniéndonos a la frase de Sancho, podemos decir que si a esos árboles nos arrimamos, ya sabemos qué tipo de sombra nos cobijará...
También podríamos decir «No con quien naces, sino con quien paces», pero, en fin; «A buen entendedor, pocas palabras»
«Cree el ladrón...»
Hace un tiempo, el ministro Fernández (Aníbal) tildó a Macri de «burro».
Hoy le endilga con «vago e inculto»
Da la sensación de que, cuando no hay argumentos de fondo para la polémica, se recurre al facilismo del agravio personal.
¿O será por aquello que dijo Cervantes: «Cree el ladrón que todos son de su condición»?
viernes, 24 de octubre de 2008
Antes de que el agua nos llegue al cuello...
Anoche vi un programa periodístico en el que el Sr Voudou, presidente de ANSES, explicaba las razones y bondades del proyecto de ley de estatización de las AFJP.
Me pareció una persona muy preparada y convincente, capaz de persuadir a cualquiera.
Entre otros de sus argumentos, a los que adhiero, dijo que “…hoy, el agua nos llega a los tobillos. No debemos esperar a que nos llegue al cuello…”
Eso debería ser una máxima a seguir por todos los gobiernos, y seguramente así sería si estuviesen (los gobiernos) en manos de verdaderos estadistas. De corazón deseo que, de ahora en más, ese sea el hilo conductor con que rijan nuestros destinos.
Pero esa misma afirmación me dejó una duda.
Si realmente todavía el agua está en los tobillos ¿por qué la premura?
¿Por qué, una vez más, salen con un hecho cuasi consumado? Y digo cuasi consumado, porque seguramente, los bloques de legisladores oficialistas saldrán a defender el proyecto tal como se envió.
¿Por qué no llamar a un debate previo antes de darle forma? Así se evitaría, por ejemplo, la angustia de los afiliados a las AFJP y también de paso, las corridas en la bolsa.
Y ya que hablamos de los afiliados ¿Los habrán consultado antes? Porque, si no me equivoco, ellos son los destinatarios de las bondades del proyecto y de los desvelos de la presidente.
Y, si mal no recuerdo, hace poco menos de un año se les dio la posibilidad de pasar a
¿No será que pensaban en un éxodo masivo y no les salió?
Ahora se contraviene flagrantemente esa decisión, sentando un precedente peligrosísimo. Con criterio parecido, mañana, ante una elección adversa, puede desconocerse su resultado y actuar en consecuencia.
martes, 21 de octubre de 2008
ENTRE GALLOS Y MEDIANOCHE
Otra vez. Igual que con la famosa 125.
Entre gallos y medianoche, producto de la elucubración de algún cerebro predestinado, nos quieren hacer tragar, esta vez, que se trata de los jubilados.
¿Nos dirán que es para cerrar otra cuenta social?
No se puede pensar bien cuando uno ve la premura y el secreto con que se manejó la decisión, y la cantidad de dinero que pasarán a manejar, quienes ya nos han demostrado sus capacidades (llámese fondos de Santa Cruz, Skanka, Antonini, tren bala, etc).
Si la preocupación fuesen realmente los jubilados ¿por qué no se abrió con tiempo un debate serio? ¿Habrán consultado a los afiliados de las AFJP?
¿Por qué se insiste con esta práctica nefasta que ya demostró su capacidad de paralizar al país en ocasión de la 125?
Ahora se pretende que el congreso apruebe una vez más a libro cerrado el producto de la iluminación de algún cerebro.
¿Se conseguirá nuevamente un voto “no positivo”?
miércoles, 17 de septiembre de 2008
¿Qué burbuja?
Nuestra presidente ya nos tiene acostumbrados a sus rimbombantes frases de efecto.
En este caso dijo algo así como que “el primer mundo que nos vendieron como
Más allá de que las burbujas suelen elevarse en el aire y no caer estrepitosamente (como parece augurarle al primer mundo), se entiende claramente cuál es la comparación que quiso usar.
Analicemos:
* ¿Quién nos vendió qué? El primer mundo (esto es una manera de llamar a los países a los que les va bien, que son prósperos, que tienen a su población bien alimentada, bien educada, bien vestida y bien atendida en lo asistencial, para citar algunos ítems) está allí. No parece que lo hayamos comprado. No parece que haya estado en venta. A lo mejor alguien quiso comprar la idea de cómo lograrlo, lo que sería buenísimo. Por lo menos es lo que dicen que piensan hacer todos los líderes nacionales y populares de eso que, también difusamente se denomina tercer mundo. En vez de decir, habría que hacer. Pequeña diferencia.
* ¿Nos imaginamos al primer mundo cayendo estrepitosamente? ¿Nos imaginamos a sus ministros de economía viniendo a Buenos Aires a pedir por favor que les prestemos dinero? Tal vez vendrían a pedirnos que les refinanciemos a tasas razonables. Tendrían piquetes reclamando a sus gobiernos que no nos paguen la deuda usuraria. Y que nuestros organismos de crédito no les auditen las cuentas, así podrán gastar nuestro dinero en trenes bala que tal vez no construirán…
* Cuesta creer que aquellos se caerán y nosotros no. Cuesta creer que India y China, si se caen las economías de occidente, seguirán creciendo y pagando nuestros productos a los precios de los meses pasados. Y con ello, la “ganancia extraordinaria” de los comodities, parece que ya no será tan extraordinaria de cara al futuro inmediato.
* ¿Será tan sólida nuestra economía en un escenario como el que parece avecinarse?
Ojalá yo esté equivocado y no nuestra presidente. En todo caso, la burbuja parece ser el mundo que construyó la lógica K. Solo espero que esta burbuja no estalle…
viernes, 5 de septiembre de 2008
MÁS VALE MALO CONOCIDO…
MÁS VALE MALO CONOCIDO…
(Incendiemos otro tren.)
Los episodios de Constitución, Haedo y algún otro que no recuerdo, no fueron suficientes. Ahora tenemos que lamentar otro episodio de ira acumulada, con la pérdida (por parte de todos nosotros) de varios vagones de tren. Ni qué mencionar las pérdidas del pobre quiosquero cuyo único pecado (tal vez tenga otros, pero quedan reservados al juicio de Dios) fue instalarse en la estación equivocada.
Es, desde luego, más fácil encontrar rapidito algún chivo expiatorio —llámese PO, Quebracho o Mongo Picho— para no hacer ninguna autocrítica.
Yo pregunto: luego de aquellos episodios ¿Se Buscaron soluciones de fondo al diario calvario de quienes viajan a trabajar?
La respuesta oficial parece ser:
“No señores. Eso sería un craso error. Si solucionamos este problema, aparecerán otros con los que tendremos que lidiar, y mejor nos quedamos con este, que ya lo tenemos remanyado. Más vale malo conocido…”
Y más que un desvarío de mi loco cacumen, esta parece ser la política oficial. Si se hiciera un poquitín de autocrítica, tal vez habría que interpelar al famoso Jaime. ¡Más vale que eso no ocurra nunca! Si tuvieran que reemplazarlo, ¡Quién sabe qué nos tocaría en suerte! Quedémonos con lo que tenemos, que: “más vale malo conocido…”
Claro que se han comprado nuevos vagones. Eso está a la vista, y no solo en la línea del oeste. Pero: ¿se cumplen los horarios? ¿Se trata con consideración a los pasajeros? Ante un problema o retraso ¿alguien les da explicaciones? ¿Se los trata (no digo con amabilidad, que sería un lujo) con corrección y profesionalismo? Los baños de las estaciones ¿son acaso de higiene pasable?
Este destrato o maltrato, se me ocurre que sucede porque al concesionario no le importa el pasajero. Y no le importa, porque lo que sí le importa es el subsidio. Desde luego que es bueno viajar barato, pero a la postre, cualquier subsidio, lo pagamos todos. Aún los que no viajamos. Tal vez sería más razonable cobrar menos IVA a la leche, al pan, a la carne, etc. y compensar esa menor recaudación con menor subsidio. Entonces, todos pagaríamos menos por la leche, el pan, la carne, etc. y solo pagarían un poco más el boleto de tren quienes lo usan. Con esto, ganaríamos que al concesionario pasaría a importarle un poco más el pasajero. Digo yo ¿no?
Y el que da los subsidios ¿está interesado en los pasajeros? Parece que sí, porque ya nos ha demostrado sus desvelos tramando la ejecución de un Tren Bala, que solucionará, seguramente, los problemas diarios de millones de trabajadores.
Mientras tanto, nos quedamos como siempre, con lo malo conocido…
Reflexiones preelectorales
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