domingo, 22 de junio de 2008

La Constitución parece que pasó a Retiro.

La Constitución parece que pasó a Retiro.

Y no es solo un juego de palabras. Veamos qué dice nuestra Carta Magna (en todos los casos, lo subrayado es mío, lo que transcribo en itálica, está así en el texto constitucional:

Artículo 4º: El Gobierno Federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del Tesoro Nacional, formado del producto de derechos importación y exportación… y demás contribuciones que equitativa y proporcionalmente a la población imponga el Congreso Nacional …”

Por si esto no fuera suficientemente claro:

Artículo 17º: … Solo el Congreso impone las contribuciones que se expresan en el artículo 4º…”

¿Más claro?

Artículo 29º: El Congreso no puede conceder al Ejecutivo Nacional, ni las Legislaturas Provinciales a los gobernadores de provincia facultades extraordinarias, ni la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna. Actos de esta naturaleza llevan consigo una nulidad insanable, y sujetarán a los que los formulen consientan o firmen, a la responsabilidad y pena de los infames traidores a la Patria.

¡Hay mucho paño para cortar aquí! ¿O no?

Ahí va más:

Artículo 76º: Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso establezca.

La caducidad resultante del transcurso del plazo previsto en el párrafo anterior no importará revisión de las relaciones jurídicas nacidas al amparo de las normas dictadas en consecuencia de la delegación legislativa.”

¿Yo entiendo mal o está prohibido delegar estas cuestiones legislativas al Ejecutivo? Porque la excepción no está prevista para lo impositivo. Y el Ejecutivo jamás esgrimió una emergencia pública ¡Que alguien me responda!

Otra:

Artículo 99º Inciso 3: … El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso, bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.

Solamente cuando situaciones excepcionales hicieran imposible seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o el régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo…”

Según lo afirmado por la propia presidente, no hubo "necesidad y urgencia". Y aunque la hubiese, la norma dice que "no se trate de cuestiones tributarias".

No soy constitucionalista, ni pretendo serlo. Ni siquiera entré alguna vez a la Facultad de Derecho. Lo que quiero decir, con mi óptica de ciudadano común, es que de lo leído más arriba, pareciera ser que la atribución de fijar impuestos o aún derechos de exportación o “retenciones” por parte del Ejecutivo, no es constitucionalmente posible. Al menos, parece advertirse en el texto citado, que la voluntad de los constituyentes era que esa facultad no sea delegable al Ejecutivo. Y se insiste varias veces en ello.

Desde luego que, hecha la ley… Y los adláteres letrados del matrimonio, seguramente le encontraron la vuelta.

Mi intención al citar algunos artículos de la Constitución (después de todo: si D’Elia puede, yo también ¿no?[1]) es que alguien, con más conocimiento que yo, me diga cómo se llegó a esto.

Por qué se llegó a esto es otra cosa: la delegación de facultades es la herramienta perfecta para provocar enfrentamientos entre los argentinos, como quedó demostrado en los hechos, y para eso la utiliza el matrimonio gobernante.

¿Seguiremos con esta delegación de poderes?



[1] Parece que el vocero presidencial no leyó el artículo 21º completo: “Todo ciudadano argentino está obligado a armarse en defensa…” hasta aquí llegó, en su lectura, el asiduo concurrente a palcos oficiales. Pero el texto sigue: “…conforme a leyes que al efecto dicte el Congreso y a los Decretos del Ejecutivo Nacional…”

sábado, 21 de junio de 2008

Sirvió para algo II

Sirvió para algo el nuevo paro del campo. Sirvieron para algo los cacerolazos. Esta vez, la presidente decidió endosarle la responsabilidad al Congreso -mejor tarde que nunca- por supuesto “para dar más calidad institucional” o “para dar más democracia a la democracia”, o algo parecido. En realidad si no cito textualmente, no es con ánimo de tergiversar, si no porque para ello debería indigestarme leyendo los mensajes de la señora.

Pero esto pone al descubierto algunas cositas:

C El triste papel del Congreso en este conflicto. Ahora salen los legisladores oficialistas a decir a los cuatro vientos que están para dialogar, para escuchar todas las opiniones, que esa es su función específica, y varias frases vacuas más. Cuando subrayo ahora es porque me pregunto. Ahora, ¿quiere decir cuando el ejecutivo les dio permiso? ¿Antes no era su función específica?

C El gobierno se sacó de encima el tema del diálogo. En efecto, ahora hay que dialogar en otra parte, y a ellos que no los jodan. ¿Hacían falta 100 días de incendio? No digo que hubiesen tomado la medida inicialmente por vía legislativa. Eso sería mucha calidad institucional para los métodos K. pero transcurridos cinco o seis días de conflicto ¿no podrían haber tomado esta medida? Claro, para ese entonces nadie contaba con un conflicto tan prolongado ni con dos cacerolazos. Conclusión: Para los K, vale la pena pagar con un parate fenomenal de todo el interior, si el resultado es su triunfo personal y la rendición incondicional del adversario.

C El proyecto de ley, en su artículo primero comienza con. “Ratifícase lo actuado….” O “Ratifícase el contenido de la resolución…” o algo así. Todos sabemos que el Congreso tiene facultades suficientes para rehacer en todo o en parte el proyecto. Que puede legislar todo nuevamente. Pero lo que queda a la vista es la verdadera intención del Ejecutivo. Que sus soldaditos voten todo como está. A decir verdad, tanto si se aprueba a libro cerrado como si se lo veta, el conflicto no se soluciona. Con lo que, una vez más, el Gobierno pone de manifiesto su verdadera intención.

Cada vez la cosa se ve más clara. Es evidente que el Kirchnerismo no quiere solucionar el conflicto. En un principio yo creía que se había tomado una medida equivocada, y que solo se estaba tratando de “buscar la vuelta” para dar marcha atrás sin que se note. En esta hipótesis, me parecía que era sumamente miserable permitir que el conflicto se prolongue tanto (con las nefastas consecuencias que ello implica) solo por no dar el brazo a torcer.

Pero ahora, cuando vemos que el vocero presidencial D’Elía, no se cansa de repetir la consigna de “rendición incondicional”, cuando vemos que está llamando a “armarse para defender…”, cuando vemos que insiste en organizar actos de apoyo; entonces, digo, no caben ya dudas que esto es lo que el matrimonio busca y buscó desde un principio. Esta segunda hipótesis, es muchísimo más miserable que la primera.

Es obvio que el gobierno tiene la capacidad organizativa para realizar actos con mucha gente. Es más que evidente que sus fuerzas de choque podrán dispersar manifestaciones opositoras cada vez que lo deseen. Pero lo que también es evidente es que los 200 o 300 piquetes que se formaron simultáneamente en lugares absolutamente distintos y remotos del país, surgieron de manera muchísimo más espontánea que las marchas de D’Elía y sus matones.

miércoles, 11 de junio de 2008

Sirvió para algo...


Sirvió para algo el paro del campo.

Sirvieron para algo los reclamos ante los intendentes y gobernadores.

Sirvieron para algo las asambleas y los cortes de ruta.

1) Sirvió para instalar el tema de la producción de alimentos. Es evidente que, en un mundo que los requiere cada vez más, es estúpido e inmoral no aumentar dentro de lo posible su producción. Por lo visto con la actual política del gobierno no se está logrando, sino por el contrario se está disminuyendo, para beneplácito de nuestros competidores, que acceden a los mercados que dejamos vacantes, y encima con mejores precios precisamente por esa vacancia. Así, Tabaré Vásquez, estará tan contento con Kristina, que tal vez hasta cierre la pastera de Botnia…

2) Sirvió para instalar el tema de la redistribución de los ingresos. Me parece estupendo que se destinen fondos (cuantos más, mejor) a planes sociales y obras de infraestructura. ¿Quién podría no estar de acuerdo? Pero eso ¿es redistribución del ingreso? Quisiera que algún economista me lo aclare. Me gustaría conocer cuál es, por ejemplo, la participación de los asalariados en el Ingreso Nacional. ¿Es así que se mide el ingreso? ¿Y cuánto creció con la administración de K? Sospecho que bastante, pero, con estas medidas ¿seguirá creciendo?

3) Sirvió para que se discuta acerca de coparticipaciones y federalismo. ¿Esto es federalismo, como se pregona? Por cierto que no, porque aunque destinen el total del dinero a obras en el interior, sigue siendo la Casa Rosada quien decide. Federalismo es que cada provincia por sí, decida cuál va a ser el destino de los fondos que legítimamente le corresponden. Tal vez alguna no necesite tantos hospitales o caminos sino escuelas…

4) Sirvió para lograr que la presidenta se digne informarnos acerca del destino de los fondos. La pregunta es: ¿por qué ese destino de los fondos no estuvo directamente en la redacción de la infortunada resolución 125? ¿No será que lo decidieron ahora, (ahorita mismo, este mismito fin de semana) porque el conflicto resultó mucho más duro de lo que esperaban?

Es evidente que este rimbombante anuncio, y el pedido de perdón, obedecen a la necesidad de:

  1. Tratar de que no se le disperse la, hasta ahora, disciplinada tropa de intendentes y gobernadores, que parece que comienzan a darse cuenta que están en una encrucijada difícil.
  2. Tratar de recuperar imagen ¿quién podrá oponerse a que el dinero que se quita a los “opulentos” vaya a parar a hospitales, viviendas y caminos?
  3. Como consecuencia de lo anterior, lograr que más gente vea a los productores agropecuarios como los malvados ogros que medran con el hambre y el desamparo de millones.

Analicemos más:

Sí me parece acertado, que la recaudación extra (aunque solo sea en parte) sea afectada específicamente a cuestiones sociales. Ya sabemos que en nuestro país, cuando no se está forzado a un destino específico, pareciera ser que los ingresos tienen carácter volátil. O se van en trenes bala.

¿Es realmente la necesidad de “cerrar la cuenta social y no la cuenta fiscal”? Resulta poco convincente el argumento, porque el 35% de lo recaudado sigue con destino incierto, y solo 7 u 8 puntos irían a tan loables fines. Y esto siempre y cuando no bajen los precios de la soja. O sea, que del total de retenciones, algo así como el 83% (como mínimo) iría a parar al cierre de la cuenta fiscal, y solo el resto (17% como máximo) iría para el noble cierre de la cuenta social.

Yo sueño con vivir en un país donde los problemas se solucionen trabajando en armonía entre los sectores, con consenso y sin fomentar las divisiones. Yo sueño con un país donde los gobernantes sean estadistas (la presidente confesó no serlo), y no astutos ganadores de internas.

Yo sueño con un país donde se dialogue y no se imponga. Aunque la presidente dijo algo semejante, no parece que sea esa su conducta. De otro modo, estas medidas se discutirían antes. Sabiendo que tienen mayoría en el congreso, donde pueden sancionar cuanta ley les plazca ¿por qué siguen con los decretazos? ¿Será tal vez porque así, ni siquiera tienen que pasar por la discusión parlamentaria, y juegan entonces con el factor sorpresa?

Yo sueño con un país, que cada vez me parece más quimérico… ¿Lo veré algún día?

lunes, 9 de junio de 2008

Apocalipsis now

Terrible. A pocas horas de escribir lo anterior, veo en un programa de TV al vocero presidencial Luis D’Elia diciéndole a Biolcati, el vicepresidente de la SRA: “…Ustedes deben presentar la rendición incondicional…” y repitió, casi a gritos y varias veces: “¡Rendición incondicional!”, toda una consigna.

Casi textuales palabras lo que yo había conjeturado.

¿Será que no estoy tan equivocado?

domingo, 8 de junio de 2008

Las verdaderas intenciones

Hace algunas semanas, trascendió que el presidente[1] habría dicho “No voy a parar hasta que estén de rodillas”. Confieso que me resistí a creer tan espantosa frase de quien, aunque no nos guste, es un importantísimo dirigente político nacional. Pensé, más bien, que era una intencionada maniobra de prensa para desacreditar la acción del gobierno.

Pero ahora, veo que el mismísimo K, en un acto en la Pcia. d Chubut, ante las cámaras de la TV, ante gobernadores, ante políticos diversos y el público asistente dijo algo así como: “…van a tener que pedir perdón”. Decir esto en público, es totalmente coherente con decir aquello en privado (y no tan privado, ya que trascendió). Aquí ya me acometió el espanto.

Y no es que del lado opuesto no se hayan sentido opiniones gruesas y aún descalificantes, contra la acción o los personajes del gobierno. Pero entendámonos: Cuanto más alta es la jerarquía del dirigente, mayor es su responsabilidad en la resolución del conflicto. En un caso se pudo tratar de un dirigente de una de las cuatro entidades que están en conflicto. Y aquí se trata nada menos que de la opinión de la Presidencia de la Nación (¿o alguien pretende afirmar que la Sra. que ostenta formalmente el cargo piensa de otra manera o tal vez vaya a salir a desautorizar lo dicho?).

Queda claro entonces cuál es la intención del matrimonio con respecto al conflicto: ¿Diálogo? ¡Minga! ¡Solo rendición incondicional!

Ahora bien, esta postura de rigidez e intolerancia no es ciertamente la más apropiada para salir delante de la actual coyuntura con beneficio para el conjunto, aún para los más necesitados, cuyo socorro y protección no se cansan de proclamar. Ciertamente se quiere profundizar el conflicto, de eso ya van quedando pocas dudas.

Ante esta baja calidad de dirigentes, es lícito “pensar mal para acertar”. Y yo digo: si esa es la actitud, algún propósito debe tener… Tanto han proclamado acerca del elevado valor de las tierras cultivables… Con esta desastrosa política, tal vez el fin perseguido es que las tierras bajen de valor… Luego sería fácil adquirir tierras (testaferros para ello sobrarían)… Luego, cambiar la política agropecuaria “para mejorar sustancialmente la producción para mejorar la situación de los pobres”... Si luego las tierras se revalorizan sería un efecto no deseado…

Pero por otro lado sería una recompensa que merecemos, sobre todo si no nos piden perdón”.

¡Pobres! los pobres qué pobres son y que Dios los mantenga pobres, porque ganarán el reino de los cielos, y mientras tanto justificarán nuestros desvelos (y nos darán de comer a nosotros, pero que no trascienda)”.

Las últimas dos entrecomilladas, no son frases que hayan trascendido, pero podría ser ¿no?



[1] Digo presidente porque lo es del partido más (mejor dicho: el único) importante; porque no es inapropiado llamar así a los ex presidentes, y porque en los hechos es, al menos, co presidente.

martes, 3 de junio de 2008

ALUMNO AVENTAJADO


Un niño japonés llega a Estados Unidos y el papá lo inscribe en una escuela.
El primer día de clase, la maestra presenta a Suzuki, hijo de un empresario japonés, a los chicos de sexto grado.

Luego la maestra les dice a los alumnos :
—Empecemos repasando un poco de historia de América del norte y del sur..

¿Quién dijo Denme la libertad o denme la muerte?
La clase se quedó callada, excepto Suzuki :

—Lo dijo Patrick Henry,1775
—Muy Bien! —dijo la maestra y agregó:—¿Quién dijo el gobierno del pueblo, para el pueblo no debe desaparecer de la faz de la tierra?.
De nuevo, ninguna respuesta de la clase, salvo Suzuki:

—Abraham Lincoln, 1863.

La maestra asombrada, les dice:
—Chicos, debería darles vergüenza. Suzuki que es nuevo en nuestro país, sabe más de nuestra historia que ustedes.
La maestra alcanza a escuchar un susurro:

—¡A la mierda con los malditos japoneses!.

—¿Quién dijo eso? —preguntó la maestra.
Nuevamente Suzuki levanta su mano y dice:

—General Mc Arthur, 1942.

La clase queda muda y uno de los chicos alcanza a decir:
—Voy a vomitar.

La maestra trata de ver quién fue el alumno irrespetuoso:
—¡Ya está bien! ¿quién dijo eso?
Y Suzuki dice:

—George Bush padre, al Primer ministro japonés, 1991.

Uno de los alumnos, furioso, le grita al japonés desde el fondo:
—¡Chupame ésta!
Ante la nueva pregunta de la maestra, Suzuki, casi saltando en su silla, le dice a la maestra:

—Bill Clinton a Mónica Lewinsky, en 1997.

El que era el número uno de la clase gritó:
—¡Yo estaba primero hasta que llegó este japonés de mierda!
Sin esperar la intervención de la maestra, Suzuki Contesta:

—Mario Vargas Llosa, elecciones peruanas 1990.

La clase entra en un estado de histeria. La maestra se desmaya. Cunde el caos. Mientras los chicos se arremolinan alrededor de la desvanecida maestra, uno de ellos exclama:
—¡Mierda, la cagamos, ¿ y ahora como salimos de este desastre?....
Y Suzuki responde:

—Néstor Kirchner, Buenos Aires, marzo de 2008

Aclaro que no soy autor del texto anterior, para que no me acusen de plagio.


Los años 70

Los montoneros y otras agrupaciones terroristas nunca tuvieron vocación democrática ni estuvo en sus planes el cuidado de la república. Por ...