domingo, 8 de junio de 2008

Las verdaderas intenciones

Hace algunas semanas, trascendió que el presidente[1] habría dicho “No voy a parar hasta que estén de rodillas”. Confieso que me resistí a creer tan espantosa frase de quien, aunque no nos guste, es un importantísimo dirigente político nacional. Pensé, más bien, que era una intencionada maniobra de prensa para desacreditar la acción del gobierno.

Pero ahora, veo que el mismísimo K, en un acto en la Pcia. d Chubut, ante las cámaras de la TV, ante gobernadores, ante políticos diversos y el público asistente dijo algo así como: “…van a tener que pedir perdón”. Decir esto en público, es totalmente coherente con decir aquello en privado (y no tan privado, ya que trascendió). Aquí ya me acometió el espanto.

Y no es que del lado opuesto no se hayan sentido opiniones gruesas y aún descalificantes, contra la acción o los personajes del gobierno. Pero entendámonos: Cuanto más alta es la jerarquía del dirigente, mayor es su responsabilidad en la resolución del conflicto. En un caso se pudo tratar de un dirigente de una de las cuatro entidades que están en conflicto. Y aquí se trata nada menos que de la opinión de la Presidencia de la Nación (¿o alguien pretende afirmar que la Sra. que ostenta formalmente el cargo piensa de otra manera o tal vez vaya a salir a desautorizar lo dicho?).

Queda claro entonces cuál es la intención del matrimonio con respecto al conflicto: ¿Diálogo? ¡Minga! ¡Solo rendición incondicional!

Ahora bien, esta postura de rigidez e intolerancia no es ciertamente la más apropiada para salir delante de la actual coyuntura con beneficio para el conjunto, aún para los más necesitados, cuyo socorro y protección no se cansan de proclamar. Ciertamente se quiere profundizar el conflicto, de eso ya van quedando pocas dudas.

Ante esta baja calidad de dirigentes, es lícito “pensar mal para acertar”. Y yo digo: si esa es la actitud, algún propósito debe tener… Tanto han proclamado acerca del elevado valor de las tierras cultivables… Con esta desastrosa política, tal vez el fin perseguido es que las tierras bajen de valor… Luego sería fácil adquirir tierras (testaferros para ello sobrarían)… Luego, cambiar la política agropecuaria “para mejorar sustancialmente la producción para mejorar la situación de los pobres”... Si luego las tierras se revalorizan sería un efecto no deseado…

Pero por otro lado sería una recompensa que merecemos, sobre todo si no nos piden perdón”.

¡Pobres! los pobres qué pobres son y que Dios los mantenga pobres, porque ganarán el reino de los cielos, y mientras tanto justificarán nuestros desvelos (y nos darán de comer a nosotros, pero que no trascienda)”.

Las últimas dos entrecomilladas, no son frases que hayan trascendido, pero podría ser ¿no?



[1] Digo presidente porque lo es del partido más (mejor dicho: el único) importante; porque no es inapropiado llamar así a los ex presidentes, y porque en los hechos es, al menos, co presidente.

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