miércoles, 4 de octubre de 2017

¿Es verdad o es mentira?

Todos tenemos derecho a votar a quien nos parezca, sin tener que dar explicaciones a nadie, más que a uno mismo.
No está mal votar con el corazón, pero el corazón deber ser convencido con un mínimo de argumentos del cerebro.
A quienes aún piensan votar al kirchnerismo (y, reitero, están en todo su derecho), no se les puede argumentar con hechos de corrupción, porque:
A No creen en los manejos fraudulentos de los fondos de Santa Cruz.
A No creen en la complicidad de la expresidente y su finado esposo con tantos hechos de corrupción.
A No creen que sus familiares, amigos, socios o testaferros, enriquecidos en forma miliunanochesca, lo hayan hecho con conocimiento y al amparo de la pareja presidencial;
A No creen que el revoleo de millones en un convento haya sido parte de algo habitual; sí creen, en cambio, que era un hecho aislado y no conocido por sus superiores.
A No creen en ninguna de estas cuestiones porque creen que todo es una maniobra de las oscuras fuerzas de la oligarquía, hábilmente pergeñada por Clarín.
Contra ese creer y descreer a ciegas, no hay argumento que valga.
Entonces, dejando de lado la corrupción comprobada o sospechada, yo pregunto:
A ¿Es verdad o es mentira que en 12 años de gobierno K no terminaron con la pobreza y la exclusión?
A ¿Es verdad o es mentira que los cartoneros siguieron transitando nuestras calles durante la venturosa década?
A ¿Es verdad o es mentira que el precio artificialmente bajo de las tarifas por los servicios era solo un maquillaje para ocultar la pobreza y la inflación?
A ¿Es verdad o es mentira que esa irresponsable política de precios nos llevó a una crisis y a la pérdida del autoabastecimiento energético?
A ¿Es verdad o es mentira que la tibia y postrera “revolución ferroviaria” encarada por el exministro, hoy candidato disidente, se hizo luego de más de cincuenta muertos y varias catástrofes previos?
A ¿Es verdad o es mentira que la inflación y el narcotráfico crecieron notablemente durante ese período?
A ¿Es verdad o es mentira que se apropiaron de los fondos de los aportantes a las AFJP, luego de que ellos habían decidido quedarse en ese sistema?
A ¿Es verdad o es mentira que esa apropiación incluyó un pagadiós fenomenal por quedarse el gobierno con títulos de su deuda que ya no irán a manos de los jubilados?
A ¿Es verdad o es mentira que la calidad educativa bajó en forma alarmante en ese nefasto período?
A ¿Es verdad o es mentira que hemos perdido importantes mercados de exportación de nuestros productos agrícolas con el infantil y mentiroso argumento de “cuidar la mesa de los argentinos”?
A ¿Es verdad o es mentira que el pago de una deuda millonaria al FMI fue solo una bravata para la gilada, que solo nos llevó a tener que pedir prestado al chavismo a tasas mucho más altas?
A ¿Es verdad o es mentira que la estatización de Aerolíneas Argentinas fue en realidad la transferencia al Estado de una empresa quebrada?
A ¿Es verdad o es mentira que la estatización de YPF, que no solo “no nos iba a costar nada, sino que ellos tendrían que pagarnos a nosotros”, nos terminó costando una millonada?
A ¿Es verdad o es mentira que la persistente necesidad de la AUH es la demostración más evidente del fracaso del “modelo”?
A ¿Es verdad o es mentira que nos mintieron en la cara con el INDEC, con la pobreza, con la inseguridad (solo una sensación), con la inflación y otras cositas más?

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Esos son algunos de los argumentos que habría que discutir con un kirchnerista convencido, para tratar de entender lo inentendible.

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