viernes, 20 de octubre de 2017

Maldonado y Nisman

Todo es confuso y sospechado en el caso Maldonado. Es de esperar que, esta vez, toda la verdad salga a la luz, cosa poco frecuente en nuestro medio.
Mientras tanto, en una actitud muy típica de nosotros, cada uno cree lo que mejor acomoda a su posición política. O fue una desaparición forzada llevada a cabo por Gendarmería con órdenes directas de Macri-Hitler o si no, fue una maniobra orquestada por los militantes de RAM-Cris. No suele haber términos medios.
Analicemos las posibilidades: 1) accidente; 2)  asesinato.
En la variante del accidente, unos pocos podrán creer que la Gendarmería lo detuvo y, por algún tipo de exceso, el infortunado Santiago se murió. Luego, por un instinto de autoprotección el o los gendarmes involucrados lo ocultaron hasta estos días en que, por descuido o intención, apareció el cadáver. Digo pocos, porque quienes suponen a la Gendarmería como culpable (no cabe el tibio “sospechosa”) prefieren que sea por instrucciones precisas de la superioridad hitleriana.
Otros pensarán que simplemente se ahogó o se accidentó fatalmente y  aprovecharon para cargarle un desaparecido al gobierno, que tanta falta les hacía a los maputruchos.
En la segunda variante, ya se contempla un crimen con intención.
Cuesta creer que un gendarme por su cuenta decida asesinar a un militante, habida cuenta de lo que tendrá que enfrentar a posteriori y, si analizamos la posibilidad de que sea siguiendo órdenes del Tercer Reich, es difícil encontrar el beneficio que pueda perseguir este o cualquier gobierno en asesinar y desaparecer a un personaje tan, pero tan insignificante. No estoy menospreciando al infortunado Santiago, cuya vida es tanto o más valiosa que la del que más; simplemente hablo de su significado político. ¿Cuál sería el beneficio de semejante desatino?
Si, en cambio, suponemos que fueron los RAM-K, uno sí puede imaginar beneficio: ¿qué mejor que tirarle un desaparecido (ya desde un principio el inefable “Perro” Verbitsky festejaba el “desaparecido de Macri”) o un muerto unos días antes de las elecciones?
Yo no estoy afirmando ninguna de las opciones, simplemente creo que el razonamiento del “móvil”, se tiene que considerar en cualquier investigación policial.
¿Y qué podemos decir del caso, también poco claro, de la muerte del fiscal Nisman? Allí también, por supuesto, están los que adhieren fervientemente a la teoría del suicidio, más por estar consustanciados con el kirchnerismo que por cuestiones concretas y, por el otro lado, los que no dudan en calificar el caso como asesinato, también por sus previas convicciones políticas. En este caso, también sería útil analizar el móvil y a quién le vino muy bien su triste desaparición… 

1 comentario:

Charles dijo...

Mirta nos dijo:
hola Carlos
Ni idea /ni voluntad de ser blogger pero mi opinion coincide con la tuya solo que todo esta teñido de coincidencias..Me da la impresion que estos "señores"son unos fanaticos y les viene bien echarle la culpa a Macri.(me parece que lo de Hitler fue inapropiado,por decirlo educadamente) ademas estan aprovechando todo el espacio que pueden encontran hasta la ONU que gralmente nos ignora les envio un pesame.El gobierno se movio como nunca lo habian hecho antes que tal si se empiezan mover asi para con Nisman?
Un saludo

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