miércoles, 11 de octubre de 2017

Individualismo Vs. colectivismo

Habitualmente la puja entre izquierda y derecha es la de la preeminencia de lo social por sobre el individuo o el individuo sobre lo social. También se expresa en la disyuntiva de si debe prevalecer la libertad o la igualdad. La verdad es que todo parece ser una falsa alternativa. Yo me hago dos preguntas fundacionales.
1)    ¿Tiene razón de ser el hombre sino en sociedad?
2)    ¿A quién sirve la sociedad que no tiene en cuenta al individuo?
Analicemos la primera. Nadie quiere a un individuo antisocial. Llámese así a un delincuente, o a un “individualista” extremo, que no vacilará en conculcar cualquier derecho del prójimo para satisfacer sus deseos o ambiciones. No sirve a la sociedad y ella ya se encargó de legislar al respecto intentando garantizar toda suerte de reaseguros que nos pondrían a salvo de estos sujetos.
En cuanto a la segunda cuestión, podemos decir que una sociedad que no garantice al máximo las libertades individuales, estará coartando la capacidad creadora del hombre. No hay creación sin libertad. Potenciar la creatividad del ser humano, individuo al fin, se logra solo con el máximo de las libertades sin arreglo a marcos de ideas preconcebidas. Solo deben establecerse las reglas del juego, cuantas menos mejor, dentro de las que se jugará el gran partido de la construcción social.
El capitalismo y sus detractores
Hasta ahora, en mis escasos conocimientos, no he visto ningún sistema que potencie esa libertad creadora mejor que el liberalismo capitalista. Y con él viene de la mano la creación de prosperidad y riqueza. Oigo a veces proclamar que la pobreza es un requisito del capitalismo para funcionar. Basta mirar la pobreza existente en los países capitalistas y en los que han abrazado doctrinas socialistas (tanto del siglo XX como del XXI), comunistas o marxistas de variado modelo, para que esta afirmación se caiga sola.   
Lo que se llama la “frontera del conocimiento”, los espacios donde verdaderamente se expanden esas fronteras, están en los países capitalistas. Recuerdo haber oído recientemente la frase: «El verdadero poder de USA no está en el Pentágono, sino en sus universidades». Allí se hace un verdadero culto a la libertad de pensar.
La alternativa entonces, es tender a una sociedad que garantice la creatividad individual, la libertad de las conciencias sin ataduras a preconceptos ni a patrones de ideas preestablecidos. Una sociedad que, mediante la libertad para la creatividad, permita desarrollar al máximo los talentos del individuo para que pueda dar lo mejor que el ser humano es capaz de crear. ¿Y darlo a quién sino a la sociedad?
Por otra parte, esa sociedad que yo imagino debe hacer efectivo aquello que nos enseñaron en la escuela primaria: Los derechos de uno terminan donde comienzan los del vecino. Donde cada uno sepa que cada derecho implica también una responsabilidad o un deber. Donde los abusos en que puede incurrir el excesivo individualismo estén limitados para la salvaguarda del resto.
¿Libertad Vs igualdad?
No tienen por qué ser incompatibles estos dos valores. No se trata de igualar empobreciendo a los que no lo son, sino generando más riqueza. Las sociedades que menos declaman su preocupación por los más pobres, suelen ser las que menos pobreza tienen, y a la inversa; los que clamamos permanentemente nuestra irrenunciable causa por los desvalidos, somos, en general, los que tenemos el triste privilegio de tener las desigualdades sociales más enervantes y, en general, tendemos a conservarlas, cuando no a aumentarlas. Creo que a esta altura es ocioso recordar que no hay conquista social que pueda sustentarse sin prosperidad económica y la prosperidad económica va de la mano de las libertades individuales. Y cualquier “conquista social” que se logre sin aumento de la productividad será, inevitablemente, a costa de otro sector social que lo estará subsidiando.
Hay sociedades, del campo de las izquierdas, que han logrado por su parte llevar los beneficios de la educación y hasta cierto punto de la salud para todos, pero no han logrado ese estado de libertad que permite la creación, la innovación permanente, que hace de veras avanzar a la humanidad. ¿Cómo es posible que en una sociedad tan denostada y criticada como la norteamericana sea casualmente la que más innovaciones ha producido en los últimos 150 años? ¿Tan mala es esa sociedad que hace ya más de doscientos años dictó una Constitución que fue ejemplo para el resto del mundo? Podrá criticarse que esa igualdad que proclamaba costó ya doscientos años para que, recién ahora, le llegara a ciertas minorías étnicas. Pero, con idas y vueltas, sus principios rectores se han ido abriendo paso y lo han sido para el resto del mundo. Y nadie puede negar que, luego de haber ganado la guerra contra los gobiernos fascistas de mediados del siglo XX, se retiraron y permitieron a sus derrotados rehacerse y tener instituciones que dieron libertad a sus pueblos. Y no podemos decir lo propio de los pueblos ocupados por los que iban a traer el bienestar a las clases proletarias del mundo. Esos pueblos no pudieron elegir su destino. Esos fueron sofocados a sangre y fuego cuanta vez quisieron rebelarse contra sus opresores (recuerdo los casos de Hungría y Checoslovaquia, aunque, seguramente, habrá más), hasta que sus propios tiranos se derrumbaron víctimas del fracaso de un sistema que no permitió jamás aquella libertad individual y creadora de que hablamos al principio ni la prosperidad prometida. Claro que la gran potencia capitalista tiene sus pecados y muy grandes. ¿Quién no los tiene? Fue la promotora y sustentadora de innumerables dictaduras en nuestro continente, por el solo hecho de que se oponían al comunismo. Pero achacarle todos los males del mundo sin reconocerle lo bueno que ha legado, es de una necedad difícil de explicar.
Queda claro, al menos para mí, que los sistemas colectivistas o de izquierda no han sabido dar esas respuestas de prosperidad que habían vaticinado sus promesas ya centenarias. Cualquier igualdad que se haya podido lograr, ha sido hacia la baja. Pocas innovaciones nos han llegado desde los países comunistas o socialistas. En materia de medicina, en ciencias en general y en la tecnología el gran aporte sigue siendo de occidente.
Mientras tanto, los países capitalistas han progresado notablemente disminuyendo las diferencias sociales fronteras adentro. Seguramente se dirá que ello se debe a la explotación inmisericorde que hacen de los países pobres. Y algo de ello hay, sobre todo en su pasado colonial. Pero ¿es Corea del sur un país imperialista que explota a los subdesarrollados del mundo? ¿No era este país uno de los “explotados” por los imperialismos hace pocas décadas? ¿Son imperialistas Australia y Nueva Zelanda? ¿Qué sistemas políticos y económicos son los que existen en Canadá? ¿Hay en esos países tanta desigualdad social como en la mayoría de nuestros países latinoamericanos? La salida vertiginosa de millones de indios de la pobreza y su ingreso a las clases medias ¿se dio dentro de un régimen de los que cacarean la justicia social y la redistribución del ingreso o fue, precisamente cuando abandonaron los gobiernos socialistas antimercado? ¿O se trata de regímenes que saben, sin pregonarlo todos los días desde un micrófono, cómo hacerlo y simplemente lo hacen? ¿Cuándo comenzaron a crecer los chinos a tasas ídem? ¿No fue cuando dejaron de lado la teoría de la dependencia y comenzaron a trabajar en serio en pos de esos objetivos?
¡Cuántas preguntas que, en nuestros países, parecen no tener respuesta! Mientras tanto, en otras latitudes, se pusieron manos a la obra hace ya décadas.

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¿Comenzaremos algún día a transitar ese recorrido, o seguiremos tropezando con la misma piedra?

1 comentario:

DANIEL PROVERA dijo...

Buenos Dias! En primer lugar debo felicitar a quien efectua los comentarios, ya que siembra la semilla de un apasionante debate, tan viejo como la humanidad misma.
Pero debo decir que si bien comparto alguno de los conceptos vertidos, no creo que se plantee solo entre izquierda o derecha el avance o la evolución de quienes habitamos este planeta. Lamentablemente tantas guerras y tanta discordia no hacen mas que tratar de imponer una forma o estilo de vida sobre otros, y justamente la palabra imponer es la que mas me hace ruido, es mi opinión que ni la izquierda ni la derecha, ambas con sus modos y formas deben "imponer" sus ideas sobre otros, pues hay suficientes demostraciones de los resultados que esa imposición dejo a la humanidad. Por otra parte celebro todos los avances desde el punto de vista tecnológico, humanitario,y de cualquier indole que ha desparramado la derecha en el mundo y tambien celebro todos aquellos logros de igualdad que proclama la izquierda y que fueron en muchos casos mal implementados por quienes ostentaron el poder.
Los humanos debemos saber convivir y esa tarea nos cuesta mucho trabajo y tiempo de evolución, esa evolución no se va a lograr ni por derecha ni por izquierda, esa evolución llegará ( y estoy seguro) cuando todos entendamos que lo que hay al lado nuestro es otro ser humano que piensa, siente y razona de una manera diferente, desde ya que lo que mas nos cuesta es la aceptacion del otro. Debo decir que los metodos conservadores y de corporativismo que la derecha ha implementado a traves de los tiempos no fueron beneficiosos para todos, los paises que han logrado un progreso ( y lease progreso y no evolución) lo han hecho con medidas no muy "santas" .
Creo que la busqueda de nuevos caminos de entendimiento entre todos hará de este mundo un lugar digno y placentero para vivir, mientras tanto seguiremos navegando en aguas turbulentas que no conducen a buen puerto.
Gracias por permitir expresarme.

DANIEL PROVERA

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