¿ECONOMÍA LIBRE O CONTROLADA?
Teoría económica
Para las transacciones comerciales y el desarrollo y crecimiento de la economía, siempre asistimos a la polémica entre los que defienden el libre juego del mercado y quienes sostienen que el Estado debe
intervenir, y cuanto más, mejor.
Sobre este tema, no me atrevería a entablar una
dicusión con un economista, de cualquier signo, porque con toda probabilidad,
tendría mejores o más fundados argumentos que yo.
Entonces me atengo a un pensamiento que en mi caso es
asiduamente recurrente: ¿Qué hacen los países a los que les va bien?
Países a los que les va bien
Inmediatamente surgen las siguientes preguntas:
¿cuáles son los países a los que “les va bien”? ¿Cómo se valora ese “irles
bien”?
Una primera aproximación, y sobre todo hablando de
economía, sería analizar el PBI de cualquier país al que quisiéramos poner en
el podio de “irle bien”.
Pero es más que evidente que Luxemburgo (que
intuitivamente pensamos que le “va bien”) jamás podrá tener un PBI que se
acerque a una décima parte del de un país grande como USA, Francia o Japón.
Entonces se nos ocurre recurrir al PBI/h que ya nos
acerca mucho más al meollo de la cuestión. Pero ocurre que aún siendo alto este
guarismo, no garantiza la prosperidad general de su gente; es evidente que hay
en algunos países desigualdades enormes entre unos pocos y la mayoría. Por
ello, queda claro que el PBI/h, siendo una condición necesaria para colocar a
un país en el podio no es condición suficiente.
Para aproximarse aún más es que se desarrolló el
Índice de Desarrollo Humano (IDH), que tiene en cuenta tres aspectos
fundamentales de ese desarrollo, a saber: salud, educación y prosperidad o
bienestar y, mediante unos cálculos matemáticos que exceden el propósito de
esta disquisición, se establece un valor para cada país con el que se cuenten
con datos suficientes.
Este índice es aceptado y adoptado por las Naciones
Unidas como forma de saber, precisamente, cuáles son los países a los que “les
va bien”.
Entonces, si consideramos este último índice, estamos
más cerca de despejar nuestra duda.
Los 10 mejor ubicados respecto del IDH son, en este orden (2016):
Noruega, Australia, Suiza, Alemania, Dinamarca, Singapur, Países Bajos,
Irlanda, Islandia y Canadá y USA que comparten el décimo puesto.
¿Cómo lo logran?
Queda el problema inicialmente planteado de cuál es
la mejor opción, para el bienestar de la mayoría, respecto de la economía; la
libertad de los mercados o la regulación estatal.
Para valorar esta cuestión se desarrolló el Índice de
Libertad Económica (ILE), que valora la mayor o menor intervención estatal en
la economía, así como la mayor o menor complejidad de las respectivas
legislaciones para habilitar las industrias y las transacciones domésticas e
internacionales.
Y vemos que los más liberales son: Hong Kong,
Singapur, Nueva Zelanda, Autralia, Suiza, Canadá, Chile, Estonia, Irlanda y
Mauricio, en ese orden.
Analizando ambas tablas, vemos que cinco de los
países mejor ubicados en su ILE, figuran también en la tabla de IDH entre los
diez mejores. Pero los 5 restantes de la tabla de Libertad Económica, no se
alejan mucho ya que Hong Kong y Nueva Zelanda ocupan los puestos 11 y 12 en
Desarrollo Humano y el que resulta el peor ubicado de ellos está en el puesto 27
del IDH; en términos futboleros, podemos decir que está bastante más arriba de
la mitad de la tabla.
Si volvemos a comparar ambas tablas, pero entre los
peor ubicados, también veremos una gran correlación. Al menos 4 de los diez
peores comparten ambas tablas.
Todo ello me lleva a pensar que hay una correlación importante
entre la libertad económica y la prosperidad o desarrollo humano de los países, aunque muchos de nuestros progres izquierdistas
opinen lo contrario.
Todo lo anterior, son datos objetivos de la realidad
y no cuestión de ideología o teoría económica.
LOS TÉRMINOS DEL INTERCAMBIO
Los popuprogresistas, los socialistas y en general
los amantes de las izquierdas en sus muy variados pelajes marxistas,
leninistas, stalinistas o trotzkistas, en su inveterada porfía de poner siempre
la culpa afuera (“afuera” suele ser el imperialismo yanky [el soviético estuvo
siempre lejos de sus fobias], el capitalismo, el liberalismo, el FMI [nunca
cuando se le pide, pero siempre cuando pretende cobrar lo prestado], las
oligarquías, los cipayos, etc.), nos machacaron hasta el cansancio que la
prosperidad de las metrópolis imperiales o coloniales era a costa de nuestro
subdesarrollo y miseria. Y su instrumento eran “los términos del intercambio”,
que subvaluavan nuestras materias primas y sobrevaloraban sus productos
manufacturados.
Pero cuando ocurrió la crisis del petróleo en los
tempranos 70, que llevó el precio del crudo a las nubes, los países
exportadores no salieron de su atraso ancestral, no obstante el impresionante
vuelco a favor de los famosos “términos del intercambio”. Como subproducto de
ese vuelco, sí sufrieron terriblemente muchos países pobres que no contaban con
petróleo, que tuvieron que pagar los nuevos precios. Estos países, podrían
acusar a Venezuela o los países de Medio Oriente de “imperialistas abusivos”,
pero no lo hicieron.
Un ejemplo más cercano lo tenemos en la pasada década
con el aumento notable del precio de nuestros productos de exportación. Pero no vimos ninguna mejoría en nuestra situación socioeconómica; seguimos
viendo cartoneros por la calle igual que antes, seguimos viendo multitud de
“homeless” buscando refugio en estaciones de Subte, en galerías comerciales y
en recovecos diversos que ofrecen las ciudades. Y, además, seguimos subsidiando
a diestra y siniestra, porque si no lo hiciésemos, la pobreza dejaría de ser “estigmatizante”
para ser “evidente”.
¿Hasta cuándo insistirán con semejantes patrañas?
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