domingo, 14 de mayo de 2023

Mis lecturas

 El liberalismo económico. De Iván Carrino. 

Apretada síntesis de los principios y conceptos generales del liberalismo. A nivel del ciudadano común. Nos explica la demonización que se hace del concepto de liberalismo al definirlo quienes son sus más acérrimos detractores. Muy atinadas reflexiones acerca de que, defender los intereses personales, redunda en beneficio de la comunidad, cosa que los progres jamás aceptarán. Interesante prólogo de Gloria Álvarez.

Los diez principios que dan nombre a la obra son: 1) El valor es subjetivo; 2) Los contratos voluntarios benefician a ambas partes; 3) Los precios son sagrados; 4) La inflación es un fenómeno monetario; 5) Los controles de precios son remedios peores que la enfermedad; 6) El gasto y los impuestos deben ser bajos, el presupuesto equilibrado; 7) El mercado produce y distribuye, no es necesaria la redistribución; 8) El capitalismo es la mejor receta contra la pobreza; 9) El bienestar individual “es amigo” del bienestar social; 10) Las instituciones importan.

El solo enunciado de estos temas ya explica sin mayor esfuerzo el espíritu de la obra. 

No hay que ser demasiado experto para saber que el valor es subjetivo. De otro modo un Picasso no podría valer más que un Jumbo.

Que el capitalismo es la mejor receta contra la pobreza está a la vista en las naciones más prósperas de la Tierra. Pero, si quisiéramos ahondar en este tema, podríamos decir que no hay riqueza que se pueda distribuir sin su previa creación. Y no es cierto que los menos favorecidos se beneficien por un supuesto «derrame” sino por un manifiesto «arrastre ascendente». 

Viajo sola. De Samuel Bjok.

Excelente novela negra, esta vez noruega, pero del mismo tenor que la serie Millenium. Muchas historias que, al principio, parecen aisladas entre sí, pero que finalmente concuerdan en la resolución de un difícil caso de asesinatos en serie de niñas de seis años. Muchos sospechosos que, al final, terminan siendo culpables, pero de cuestiones accesorias. El menos sospechado de todos resulta ser el malvado, como suele ocurrir es obras de este género. 

Por qué fracasan los países. De Acemoglu, D; Robinson, J.

Los autores explican, desde su óptica, los porqués de las enormes desigualdades en el desarrollo y prosperidad que se encuentran entre las diferentes naciones del planeta. Basan su hipótesis en la existencia de instituciones políticas y económicas inclusivas o extractivas. Las primeras, mediante instituciones sólidas y confiables, garantizan la participación en la política de todos los estratos sociales y, también, aseguran los derechos de propiedad y fomentan la iniciativa e innovación privadas, al darle a la población la seguridad de que vale la pena el esfuerzo y de que no serán despojados de los frutos de su trabajo. 

Por su parte, las instituciones extractivas se basan en el dominio de ciertas élites sobre la mayoría de la población mediante estructuras como la esclavitud, la servidumbre y otras formas de sojuzgamiento.

Muestra muchos casos de uno y otro modelo y podemos ver cómo, en la mayoría de los países de África subsahariana, al retirarse las potencias coloniales a mediados del siglo XX, las nuevas autoridades no tardaron en adueñarse y explotar en beneficio propio esas mismas estructuras, llegando en muchos casos a situaciones de mayor pobreza y atraso que en la época colonial.

Es muy interesante también el análisis que hace de la conquista y colonización de América y la enorme diferencia entre las colonias británicas y las españolas. Así fue que, Inglaterra, para fines del siglo XV, cuando Colón llega por primera vez a América, estaba mucho menos desarrollada que España y Portugal. Su flota no se podía comparar con la estas potencias, por eso, cuando se larga a colonizar América, más de un siglo más tarde, solo le quedan los territorios del Norte, notablemente menos poblados y con un desarrollo muy inferior a Centro y Sudamérica. Allí no había suficientes indígenas para explotar ni tampoco abundaban los metales preciosos. Esta razón, y no otra, fue la que obligó a los colonizadores del Norte a labrar ellos mismos la tierra. Ello, sumado al mayor desarrollo de las instituciones inclusivas de Inglaterra, hicieron que rápidamente estos primeros colonizadores se rebelaran contra la autoridad real y declarasen la independencia. Las instituciones creadas fueron de “abajo hacia arriba” y nacieron inclusivas. No ocurrió lo mismo con los estados del Sur que, merced a la importación de esclavos africanos, instalaron un sistema económico extractivo, basado en la mano de obra barata. Este sistema se manifestó como muy inferior al sistema del Norte en cuanto a desarrollo. Los autores citan, con profusión de detalles, los casos de muchísimos países de todos los continentes que confirman sus teorías. Es así que países tan disímiles como Botswuana y Argentina, o Japón y Simbabue y muchos otros más, caen en estos análisis.

Algunas citas:

Los países fracasan hoy en día porque sus instituciones económicas extractivas no crean los incentivos necesarios para que la gente ahorre, invierta e innove. Las instituciones políticas extractivas apoyan a las instituciones económicas extractivas para consolidar el poder de quienes se benefician de la extracción. Las instituciones políticas y económicas extractivas, aunque varíen en detalles bajo distintas circunstancias, siempre están en el origen de este fracaso. En muchos casos, por ejemplo, corno veremos en Argentina, Colombia y Egipto, este fracaso adopta la forma de falta de actividad económica suficiente, porque los políticos están encantados de extraer recursos o de aplastar cualquier tipo de actividad económica independiente que los amenace a ellos y a las élites económicas.

Otra:

Marx imaginaba un sistema que generaría prosperidad con condiciones más humanas y sin desigualdades. Lenin y su Partido Comunista se inspiraron en Marx, pero la práctica no podría haber sido más distinta de la teoría. La Revolución bolchevique de 1917 fue sangrienta y no hubo nada de humano en ella. La igualdad no formaba parte de la ecuación, puesto que lo primero que Lenin y su séquito hicieron fue crear una élite nueva, ellos mismos, para liderar el Partido Bolchevique. En este proceso, purgaron y asesinaron no únicamente a elementos no comunistas, sino también a otros comunistas que habrían podido amenazar su poder. Sin embargo, las verdaderas tragedias estaban a punto de llegar: primero, con la guerra civil y, posteriormente, con la colectivización y las frecuentes purgas de Stalin, en las que se pudo haber asesinado hasta 40 millones de personas. El comunismo ruso fue brutal, represivo y sangriento, pero no fue el único. Las consecuencias económicas y el sufrimiento humano eran bastante típicos de lo que ocurrió en otros lugares, por ejemplo, en Camboya en los setenta bajo los jemeres rojos, en China y en Corea del Norte. En todos los casos, el comunismo conllevó dictaduras despiadadas y abusos generalizados de los derechos humanos. Además de la masacre y el sufrimiento humano, los regímenes comunistas establecieron varios tipos de instituciones extractivas. 

El caso de Botsuana:

[Durante los últimos] cuarenta y cinco años, Botsuana se convertiría en uno de los países con crecimiento más rápido del mundo. Hoy en día, tiene la renta per cápita más elevada del África subsahariana, y está en el mismo nivel que países prósperos de Europa oriental como Estonia y Hungría y que las naciones latinoamericanas de más éxito, como Costa Rica. ¿Cómo rompió el molde Botsuana? Desarrollando rápidamente instituciones políticas y económicas inclusivas después de la independencia. Desde entonces, ha sido democrática, celebra elecciones regulares y competitivas y nunca ha experimentado una guerra civil ni una intervención militar. El gobierno estableció instituciones económicas que hicieron respetar los derechos de propiedad, garantizaron la estabilidad macroeconómica y fomentaron el desarrollo de una economía de mercado inclusiva. 

Más:

Existen diferencias enormes en el nivel de vida alrededor del mundo. Incluso los ciudadanos más pobres de Estados Unidos tienen rentas y acceso a sanidad, educación, servicios públicos y oportunidades económicas y sociales que son muy superiores a las disponibles para la amplia masa de la población que vive en el África subsahariana, el sur de Asia y América Central. El contraste entre las dos Coreas, [...] y entre Estados Unidos y México nos recuerda que se trata de fenómenos relativamente recientes. Hace quinientos años, México [...] sin duda era más rico que los Estados del norte, y Estados Unidos no superó a México hasta el siglo XIX. [...] Corea del Norte y Corea del Sur, desde el punto de vista económico, social y cultural, eran un todo indistinguible antes de que el país fuera dividido siguiendo el paralelo 38 después de la segunda guerra mundial. [...] Para nuestra teoría, es crucial la relación entre prosperidad e instituciones políticas y económicas inclusivas. Las instituciones económicas inclusivas que hacen respetar los derechos de propiedad crean igualdad de oportunidades y fomentan la inversión en habilidades y nuevas tecnologías. Éstas conducen más al crecimiento económico que las instituciones económicas extractivas, estructuradas para extraer recursos de la mayoría para un grupo reducido y que no protegen los derechos de propiedad ni proporcionan incentivos para la actividad económica.

La crítica que le hago a la obra es que se extiende demasiado en el detalle de los ejemplos que nos presenta. Por lo demás, es muy recomendable.

Revolución. De Arturo Pérez Reverte

Notable recorrida por los avatares de la Revolución mexicana de principios del siglo XX. En forma de novela, cuenta la historia de un joven español, ingeniero en minas, que se encontraba en México por su trabajo en una compañía minera hispano mexicana se ve atrapado, sin proponérselo, en el bando de Pancho Villa, merced a sus habilidades con explosivos. Los hechos lo van llevando, sin que se opusiera, a una increíble aventura en la que la vida podía perderse a la vuelta de cualquier esquina. Fiel a lo que se espera de él, esta novela de Pérez Reverte, hace honor a sus antecedentes.

Los otros muertos. De Carlos Manfroni y Victoria Villarruel

Los autores intentan rescatar la memoria de los hechos terribles cometidos por las organizaciones terroristas en la década de los 70. Lo hacen contando pormenorizadamente el calvario de esas familias destrozadas por la insania de quienes, mesiánicamente, suponían encarnar las virtudes de ese pueblo al que, sin embargo, no se molestaban en consultar. Mesianismo que los llevó a justificar los medios más atroces en aras de ese «sublime fin» al que aspiraban. Aunque el fin resultó darse la gran vida en Europa con el producto de los secuestros extorsivos cuando fueron derrotados en el terreno que ellos mismos eligieron para sus tropelías. Desgarradores relatos donde los propios sobrevivientes de aquellos horrores cuentan cómo vivieron esas luctuosas horas y cómo fueron sus vidas posteriormente. [...] Y, tal como sostengo reiteradamente, la diferencia con los militares del proceso fue solo cuantitativa. Y no solo eso, sino que muchos de sus atentados con bombas mataron a personas (algunos niños pequeños) que ni siquiera formaban parte de sus perversos objetivos. Y no podían ignorar que las bombas no son selectivas en sus efectos. La obra es un alegato reclamando la reconstrucción de una memoria que, claramente, es selectiva y sectaria. La segunda mitad de libro trae una recopilación de todas las víctimas (entre muertos, heridos o secuestrados) con la fecha y la organización terrorista que la efectuó. 

País de las sombras largas. Hans Ruesch

Se suele volver a leer libros que le han parecido estupendos, pero que con el correr de los años uno teme que no le parezcan tanto. No es este el caso. Me pareció tan bueno como la primera vez. El autor nos introduce en las costumbres, en la geografía y en la fauna de las regiones boreales extremas, donde los esquimales han desarrollado una cultura que, tal vez inevitablemente, se va perdiendo, si es que no se ha perdido del todo. Hace gala de unos conocimientos tan profundos de todo lo relacionado a la vida de estos notables personajes, tan perfectamente adaptados a un medio ambiente tan inhóspito, que cuesta creer que sea posible. Lectura para todas las edades.

El marxismo. De Henri Lefebvre.

Mucha filosofía poco comprensible para llegar de golpe a afirmaciones como que, con el comunismo, se terminará con las contradicciones de la sociedad humana o que el devenir «natural» de la sociedad, luego de pasar por los estadios de esclavitud, servidumbre feudal y capitalismo, inevitablemente llevará a ese estado superior que es el sistema marxista. Allí, por arte de encantamiento y de la mano del proletariado (siempre esclarecido y esclarecedor), estaremos en un mundo sin conflictos ni contradicciones, donde las tareas de dirección y planificación estarán en manos de los mejor dotados que, en virtud de una meritocracia no explicada, llegarán –tal vez por decantación natural– a los puestos de mando. El Hombre Nuevo surgirá, generoso y desprendido para ejecutar esa soñada realidad…

Hermosa expresión de deseos totalmente alejada de la realidad observable y que no explica cómo el Hombre Nuevo se despojará de todos sus instintos naturales que la evolución le proporcionó.

Las huellas del mal. De Federico Andahazi

Excelente experiencia por ser la primera lectura que hago del autor. Sin ser una biografía de Juan Vucetich, trae, sin embargo, una reseña cronológica de los avatares de su primera juventud. Pero la historia se centra en la investigación de un doble homicidio cometido en Necochea a fines del siglo XIX. Y es el primer caso en el mundo que se resuelve gracias al sistema dactiloscópico creado por Vucetich. Sobre un caso real, el autor nos regala una ficción muy bien narrada que nos mantiene permanentemente atrapados en su trama. No sabemos a ciencia cierta cuáles de sus pasajes y personajes son reales y cuáles inventados por el autor. Pero, para eso son las ficciones y eso le agrega un condimento adicional; uno sabe que los personajes centrales son reales, pero el resto… 

 



martes, 9 de mayo de 2023

Albert Camus

Algunas frases de Albert Camus, de quien no puede pensarse que sea de derechas o liberal:

Cuando después de Marx, se comenzó a difundir y a fortificar la idea de que la Libertad es un pasatiempo burgués, se trataba ciertamente de una simple confusión de palabras. Y estamos pagando todavía esa confusión en las convulsiones del siglo. 

Otra:

Se ha declarado que primero era necesario la Justicia, y que en cuanto a la Libertad, se vería después, como si los esclavos pudieran esperar obtener Justicia. Intelectuales dinámicos han declarado a los trabajadores, que el pan era lo único que debía interesarles, como si el trabajador no supiera que su pan dependía también de la Libertad.

Hablando del régimen soviético:

Privada poco a poco de la Fuerza que representa la Fe en la Libertad, de la cual se desconfiaba, la revolución perdió aliento, mientras se reforzaba la policía. La esperanza más grande del Mundo fue así esclerosada en la Dictadura más potente del Mundo.

Y sigue:

Si alguien les quita el pan, suprime al mismo tiempo su Libertad. Pero si alguien les quita la Libertad, estén seguros que su pan está amenazado, pues ya no dependerá de ustedes ni de su lucha, sino del arbitrio de un amo. La miseria crece a medida que disminuye la Libertad, y viceversa.

viernes, 28 de abril de 2023

Frases

 

Selección de frases que recopilé y  creo que vale la pena compartir

El crimen de la guerra. De Juan Bautista Alberdi 

El comercio

El comercio, que es el gran pacificador del mundo después del cristianismo, es la industria internacional y universal por excelencia, pues no es otra cosa que el intercambio de los productos peculiares de los pueblos, que permite a cada uno ganar en ello su vida y vivir más confortable, más civilizada, más feliz. [...] Cada tarifa, cada prohibición aduanera, cada requisito inquisitorial de la frontera, es una atadura puesta a los pies del pacificador; es un cimiento puesto a la guerra.

Libertad y riqueza:

La riqueza y la liberad son dos hechos que se suponen mutuamente. Ni puede nacer ni existir la riqueza donde falta la libertad, ni la libertad es comprensible sin la posesión de los medios de realizar su voluntad propia.

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La posmoralidad. Miguel Wiñasky 

El mundo paralelo (el del relato) requiere de la fe de los devotos. 

Los embrujados por el relato prefieren creer a constatar. 

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La virtud del egoísmo Ayn Rand 

Al igual que cualquier otro valor, el amor no es una cantidad estática, disponible que puede ser dividida, sino una respuesta ilimitada y existente que debe ser ganada.

El único fin correcto o moral de un gobierno, es proteger los derechos del individuo: vida, libertad y propiedad.

Para llegar a la ‘virtud de la fe’, hay que abandonar el espíritu crítico.

Elegir entre ser virtuoso o feliz, genera culpa y es a lo que lleva la filosofía del altruismo.

Defender hoy al socialismo ya no se puede considerar un error inocente. Si el motivo es el bienestar del hombre; los resultados horrorizan.

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Libertad: la clave de la prosperidad. Carlos Alberto Montaner 

Ya se sabe, por ejemplo, que no es la riqueza natural lo que explica el éxito de un país montañoso, pequeño y sin acceso al mar, como Suiza; como también puede afirmarse que no es la rapiña imperial lo que ha enriquecido a los países escandinavos o a la remota Nueva Zelanda. Por otra parte, el desarrollo fulminante de los famosos cuatro dragones de Asia (Hong Kong, Corea del Sur, Taiwán Y Singapur), precedido por el fenómeno asombroso de Japón, ha demostrado que el acceso a la prosperidad no constituye un privilegio reservado a los pueblos de origen europeo o de raza blanca. 

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De animales a dioses. Yuval Noah Harari  

No hay ninguna posibilidad de que la gravedad deje de funcionar mañana, aunque la gente deje de creer en ella. Por el contrario, un orden imaginario se halla siempre en peligro de desmoronarse, porque depende de mitos, y los mitos se desvanecen cuando la gente deja de creer en ellos.

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Steve Jobs:

En cualquier etapa de la vida en la que te encuentres ahora, agradece y disfruta al máximo de las pequeñas cosas y atesora el Amor de tu pareja, tu familia y tus amigos, para que cuando llegue el día en que baje el telón, puedas llevar contigo la verdadera riqueza de este mundo.

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Ramón y Cajal. José María López Piñero

De esa obra tomo el siguiente párrafo, cuando este famoso histólogo español opina acerca de la naturaleza humana, a fines de la Primera Guerra Mundial:

Vaya por delante la declaración de que yo tengo muy pobre idea del hombre y de su civilización. Para mí la raza humana solo ha creado dos valores dignos de estima: la ciencia y el arte. En lo demás continúa siendo el último animal de presa aparecido. Y como animal de malos instintos, conjeturo que, cualquiera que sea el resultado de la monstruosa lucha, cambiarán muy poco las normas ideales y morales de la Humanidad… [...] Dentro de veinte o treinta años, cuando los huérfanos de la guerra mundial actual sean hombres, se repetirá la estúpida matanza.

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Anónimo:

Siempre que llovió, paró.




lunes, 17 de abril de 2023

Reflexiones propias y ajenas

Los países más desarrollados del planeta

Algunos de lo países más desarrollados del planeta, a comienzos del siglo XX estaban a la par de Argentina en muchísimos parámetros que se pudieran analizar para medir la prosperidad de un pueblo. 

Sin ir tan lejos en el tiempo, en extremo oriente y en ciertos países de Europa, hace tan solo 70 años, había sociedades muy pobres, con economías agrarias de subsistencia y que ahora muestran situaciones económicas muchísimo más prósperas que la nuestra.

Hoy, si nos comparamos con cualquiera de esos países, tendríamos que ponernos a llorar o, al menos, a reflexionar seriamente qué hicimos tan mal o, lo que es lo mismo, qué es lo que ellos hicieron tan bien.

Corea del Sur, que hace unos 60 años salía de una guerra, pasó de ser un país muy pobre a lo que hoy es, que no necesita mayores comentarios. Ni hablar de Japón o Alemania, literalmente devastados luego de la 2ª Guerra Mundial y que hoy son verdaderas potencias industriales y económicas. No olvidemos que estos tres países copiaron el modelo económico y de independencia de poderes del «Imperio Yanky». Ni qué decir de Japón, rendido incondicionalmente al odiado imperio y, sin embargo, allí los vemos mostrando sus logros y la prosperidad de sus pueblos.

Yendo a ejemplos más cercanos, no creo que hace tan solo medio siglo haya habido en el subcontinente otro país con más logros en lo social, económico y educativo que el nuestro. Lamentablemente, hoy, no podemos decir lo mismo.

Seguramente habrá variadas recetas para salir de la situación en la que nos encontramos, pero es urgente que nos pongamos en camino. Y el primer paso, es reconocer la realidad. Y la realidad indica que no hay soluciones duraderas sin alguna cuota de esfuerzo. La medicina que cura, no suele tener buen sabor.

Cito una frase de Lanata: «Creo que el problema de la Argentina es preguntarnos si seremos capaces de trabajar por un resultado que no vamos a ver».

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Reelección, Cristina eterna y alternancia boba

Todos los gobiernos peronistas intentaron (a veces lo lograron) la reelección. Perón en 1952, reforma constitucional mediante. Menem en 1995, otra vez manipulando la Constitución y llegando al colmo de pretender un tercer mandato (Eduardo Menem hablaba de prOscripción a la simple prEscripción constitucional que ellos mismos no solo votaron sino que impulsaron con vehemencia). Y cristina, no llegó a una nueva reforma constitucional porque no repitió en 2013 la elección de 2011. Una de sus incondiconales aplaudidoras abogaba en contra de una «alternancia boba»…

Pero, a los muchachos peronistas, sería bueno recordarles algunas palabras del fundador de su movimiento y líder absoluto. Perón, en el mensaje del 1º de mayo de 1948, se manifestó contrario a la reforma del artículo 77 que establecía la no reelección (cosa que finalmente se hizo en 1949): 

«Mi opinión —dijo entonces— es contraria a tal reforma. Creo que la prescripción existente es una de las más sabias y prudentes de cuantas establece nuestra Carta Magna. Bastaría observar lo que sucede en los países en que tal reelección es constitucional. No hay recurso al que no se acuda, lícito ilícito; es escuela de fraude e incitación a la violencia, con asimismo una tentación a la acción política por el gobierno o los funcionarios. Y si bien todo depende de los hombres, la Historia demuestra que éstos no siempre han sido ecuánimes ni honrados para juzgar sus propios méritos y contemplar las conveniencias generales. En mi concepto, tal reelección sería un enorme peligro para el futuro político de la República. Es menester no introducir sistemas que puedan citar al fraude a quienes supongan que la salvación de la Patria sólo puede realizarse por sus hombres o sus sistemas. Sería peligroso para el futuro de la República y para nuestro Movimiento si todo estuviera pendiente y subordinado a lo pasajero y efímero de la vida de un hombre...» 

A juzgar por lo acontecido después, no resultan sinceras estas tan acertadas opiniones, por el contrario, parecía estar anticipando las mañas y malas artes que él mismo protagonizó.

Palabras de otro líder de los progres de Latinoamérica:

«Nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder. El pueblo se acostumbra a obedecerlo y él a mandarlo, de donde se originan la usurpación y la tiranía». (Simón Bolívar, Discurso de Angostura, 15 de febrero de 1819)

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 En La rebelión de las masas (escrito en 1929, cuando el fascismo de Mussolini estaba en pleno ascenso), Ortega y Gasset nos regala, entre otros aciertos, el siguiente párrafo:

«La forma que en política ha representado la más alta voluntad de convivencia es la democracia liberal. [...] El liberalismo es el principio de derecho político según el cual el Poder público, no obstante ser omnipotente, se limita a sí mismo y procura, aun a su costa, dejar hueco en el Estado que él impera para que puedan vivir los que ni piensan ni sienten como él, es decir, como los más fuertes, como la mayoría. El liberalismo –conviene hoy recordar esto– es la suprema generosidad: es el derecho que la mayoría otorga a las minorías y es, por tanto, el más noble grito que ha sonado en el planeta. Proclama la decisión de convivir con el enemigo, más aún, con el enemigo débil. Era inverosímil que la especie humana hubiese llegado a una cosa tan bonita, tan paradójica, tan elegante, tan acrobática, tan antinatural. Por eso, no debe sorprender que prontamente parezca esa misma especie resuelta a abandonarla. Es un ejercicio demasiado difícil y complicado para que se consolide en la tierra.

»¡Convivir con el enemigo! ¡Gobernar con la oposición! ¿No empieza a ser ya incomprensible semejante ternura? Nada acusa con mayor claridad la fisonomía del presente como el hecho de que vayan siendo tan pocos los países donde existe la oposición. En casi todos, una masa homogénea pesa sobre el Poder público y aplasta, aniquila todo grupo opositor. La masa –¿quién lo diría al ver su aspecto compacto y multitudinario?– no desea la convivencia con lo que no es ella. Odia a muerte lo que no es ella».


domingo, 9 de abril de 2023

Autopercepción, géneros y lenguaje inclusivo


En estos días se discute, acaloradamente casi siempre, acerca de estos temas. Veo que, con demasiada frecuencia, quienes sostienen estas creencias, lo hacen de un modo casi religioso y poco racional. 

"Perspectiva de géneroCreo firmemente que hay solo dos sexos. Con respecto al género, es un accidente gramatical que nuestro idioma reconoce solo dos: masculino y femenino (en alemán, por ejemplo, hay tres porque incluye al neutro). 

Tengamos en cuenta que «la mesa» es sustantivo femenino y «el banco» es masculino, pero ni aquella tiene ovarios ni este tiene testículos así como tampoco están diseñados para reproducirse. Solo cuando se habla de seres animados, suele coincidir el género gramatical con el sexo («el» perro y «la» perra, «el» gato y «la» gata), pero no siempre (la jirafa macho y la jirafa hembra, la ballena, la foca y otros). Y estos sí que están diseñados para reproducirse.

Ciertas mentes perversas o extraviadas cambiaron la semántica de la palabra «género» asociándola con «sexo» persiguiendo fines trastornados y trasnochados que no confiesan. Y otras mentes, menguadas de caletre, creen ese invento.

Cuando se estudia la evolución de los seres vivos, vemos que los más elementales, bacterias por ejemplo, se reproducen por la simple división de la célula madre creando dos hijas genéticamente idénticas. El gran salto en la evolución (esto lo podemos explicar por la teoría de Darwin o si preferimos por una creación divina) fue la reproducción sexual que permite la maravillosa diversidad individual que hoy poseemos. Y los sexos son solo dos y nada más que dos.

El hombre puede encontrar, y de hecho encontró, otras finalidades en el acto sexual que las puramente reproductivas. Y ello por ser una criatura en la que la cultura influye sobre los instintos básicos mucho más que en otras especies animales. Algo parecido ocurre con los alimentos, que en su enorme variedad y complejidad, nos dan mucho más que nutrición. Pero, así como en esa variedad gastronómica siempre ingerimos alimentos, no hay dudas de que, en el sexo, lo natural, es la atracción heterosexual y no homosexual. Si un hombre se erotiza con otro hombre (y está en todo su derecho a practicar el sexo de la manera que le plazca) no deja por eso de ser hombre. Y todos los géneros (infinitos, parece) que estos trastornados inventan, no dejan de ser una ilusión o fantasía. 

La «autopercepción» es otra patraña inconmensurable. Para autopercibirme de cualquier cosa, tengo que tener una idea de cómo es esa cosa. Por ejemplo, si me autopercibo canguro tengo que saber cómo es un canguro (miembros posteriores poderosos, tiene marsupia y se desplaza a saltos). Para autopercibirme mujer, tengo que saber que es un ser humano, que tiene ovarios, caderas más anchas, tiene desarrollo de las glándulas mamarias, distinta distribución del vello corporal y tiene órganos sexuales apropiados para la gestación. Si, siendo varón, no cuento con ninguna de esas características sino las contrarias, pero me autopercibo mujer, estoy tan enfermo como el anoréxico que está piel y huesos y se ve gordo.

El lenguaje «inclusivo» es otro invento que está en sintonía con lo anterior. 

Está claro que el lenguaje no tiene dueños o, mejor dicho, tiene tantos dueños como hablantes hay. Y eso permite a quien se sirve de él a usarlo como mejor le parezca para comunicar sus ideas (ya sean geniales o triviales). Respecto del lenguaje inclusivo, me espantaría que se prohiba su uso, tanto como que se lo quiera imponer desde ciertas estructuras de poder, mediante decretos o leyes. Serán los hablantes, si mayoritariamente lo adoptan, quienes lo impondrán y los diccionarios lo incorporarán. Esto es así y no al revés, como suelen pretender que «La Academia debería incluir este o aquel vocablo».

Pero, aún quienes lo usan, suelen ignorar la lógica del lenguaje. Entiendo que la «E» supuestamente inclusiva es para los plurales que incluyen hombres y mujeres (“todes” en vez de «todos y todas» o el masculino abarcativo «todos»). Pero está fuera de toda lógica decir: «LEs personEs», como he oído a ciertos integrantes de estos estrafalarios «colectivos». Aquí están negando el género gramatical del vocablo "persona", que está totalmente alejado de toda connotación sexual. También oí quejarse a alguien de que se diga «El ser humanO» y no «humanA». Aquí desconocen la concordancia de género entre el adjetivo y el sustantivo, ya que el sustantivo "ser" es masculino. Si habláramos, en cambio, de «la especie», diríamos «humanA» con toda lógica.

viernes, 24 de marzo de 2023

Misceláneas

Hace un tiempo hice estas reflexiones que siguen teniendo actualidad:
Putin y la guerra
Algunos cacasenos redomados salen en defensa de Putin declarando que a Rusia le debemos la libertad porque fueron ellos los que “ganaron la Segunda Guerra Mundial y no los gringos”. Sin negar el papel de la entonces URSS en el desenlace de la contienda, nadie en su sano juicio puede negar el rol que también jugaron las potencias de Occidente. Y, desconocer que no era la URSS precisamente la que iba a traer libertad a los pueblos, es otra tamaña estupidez. Dicen: “Fueron los soviéticos quienes nos dieron la independencia…” Habría que preguntarle a los polacos, checos, eslovacos, húngaros, estonios, letones, lituanos y a los propios ucranianos, entre otros, qué es lo que opinan de la independencia que lograron con los soviéticos. 
Pero, aun si toda la patraña que declaman fuese cierta, no alcanza para reivindicar la figura de Putin.
Parece que son varios los que deben estudiar más…
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La reiteración del fracaso
Hace algunos meses un conspicuo funcionario dijo que lo único que dejó la generación del 80 fue el teatro Colón. Solo un descerebrado o un perverso puede afirmar semejante dislate. Parece que no tomó nota de la enorme alfabetización que posicionó a la Argentina entre los primeros países en el mundo en erradicar el analfabetismo. No tuvo en cuenta que, en aquellos años, venían de Europa legiones de trabajadores buscando aquí, los salarios que allá no se pagaban, salarios que les permitieron progresar luego de algunos años de esfuerzo y sin planes del gobierno. Tampoco vio esa enorme Planta potabilizadora de agua que hay en Palermo, que nos permitió y permite aún hoy, tener agua de red que es segura, cosa que pocos países, fuera del primer mundo, pueden ofrecer. Y tantas cosas más.
En fin, esta mentalidad, que no es patrimonio exclusivo de ese funcionario, sino que prevalece entre la mayoría de nuestros dirigentes, es la que nos lleva al estado de postración y atraso en todos los órdenes, que padecemos actualmente.
Es así que insisten, por ejemplo, en regular los alquileres: obligan al locador a hacer beneficencia. ¿Por qué esa insistencia en que un particular haga favores? Sería bueno que la misma ley mande a los legisladores a que, antes de votar normas que obligan a terceros a hacer filantropía, la hagan ellos mismos con su patrimonio.
También insisten en controlar la adquisición de divisas. Veamos: si se pincha un caño de agua, podemos tapar la pérdida con el dedo o con un chicle. También podemos cerrar la llave de paso. Pero está claro que ninguna de ellas soluciona el problema. También es evidente que la culpa no es del agua, a la que no podemos acusar de malvada ni caprichosa. Uno debe garantizarle al vital elemento un cauce seguro y natural por donde fluir de modo que no se le ocurra tomar caminos inconvenientes.
Parece ser que, en Uruguay, además de buenos plomeros, hay mejores políticas económicas, porque a nuestros vecinos no se les ocurre traer sus ahorros a la Argentina. Tampoco los veo desesperados tratando de comprar dólares a pesar de que, libremente, se venden por doquier. También da para pensar que los técnicos que asesoran a nuestro gobierno son de los que creen que el problema se soluciona con el dedo o el chicle en la pinchadura.
Y también son adictos al control de los precios: el equipo económico se embarca en cruzadas de controles de precios que nos llevarán a tropezar, no por segunda, si no por enésima vez con la misma piedra. No importa que, ya en época de los romanos, se intentara este tipo de intervención en la economía (se llegó hasta aplicar la pena de muerte a quienes contravenían esta disposición) con resultados desastrosos. No importa que, en épocas más recientes de nuestro país, se hayan aplicado políticas semejantes con iguales resultados. Total, ante el previsible fracaso, fácilmente se encontrarán responsables entre los especuladores, agiotistas, capitalistas, cipayos y vendepatrias de siempre. Controlar, un poquito, aunque sea, el gasto o la corrupción hubiese sido imprevisible.
Y colorín colorado, esta historia no ha acabado.
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Algunas reflexiones de Steve Jobs:
«No hace falta un estudio de mercado previo; la gente no sabe lo que quiere, hasta que se lo mostramos». […] «Graham Bell no anduvo investigando si la gente quería o no un teléfono».
Y también citó una frase atribuida a Henry Ford: «Si les hubiera preguntado a mis clientes qué querían me habrían contestado: “¡Un caballo más rápido!”».
Ante este tipo de cuestiones, él pensaba que su trabajo consistía en averiguar qué van a querer los clientes antes de que lo sepan. Toda una definición.
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¿No hay trabajo?
Lo que sigue no es de mi autoría sino que lo encontré en la red: "Buscás un pintor y te viene un paraguayo, comprás las verduras y te atiende un boliviano, buscas un albañil y te viene un formoseño de varios años, viviendo en Buenos Aires, decidís salir a cenar y te atiende una camarera colombiana, llamás al médico y te cae un ecuatoriano, el celular te lo arregla un peruano, los lentes en la playa te los vende un africano. La picada se la compras al chino. PERO OJO PARA LOS PIQUETEROS NO HAY LABURO".
Algo estamos haciendo mal. ¿Verdad?
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La comparaciones suelen ser odiosas
A los que, airadamente, reclaman en Chile o en cualquier país por la desigualdad social, como si ese fuese el verdadero problema, yo les preguntaría qué prefieren; ¿ser pobres en Bangladés o en Canadá?
Bueno es que sepan que la desigualdad social canadiense es mayor que la bengalí: los canadienses son el país número 57, mientras que los asiáticos están en un honroso puesto Número 39. Tengamos en cuenta que Canadá tiene un PBI/h de U$S 49.700, mientras que Bangladés apenas llega a 4.600. ¿Qué pobres la pasarán peor? ¿es la desigualdad el problema?
Y, si hablamos de desarrollo humano, Canadá está en el puesto nº 13, mientras que Bangladés ocupa el 135. Y pongo estos dos países como un ejemplo, pero hay muchísimos más.
Entre los países con mayor igualdad en el ingreso, están muchos de los más desarrollados, aunque eso no quiere decir que mayor igualdad signifique necesariamente mayor prosperidad.
Pero vayamos más cerca: es cierto que Chile tiene un grado de desigualdad muy alto, superior al nuestro (ocupa el puesto Nº 136 mientras que de este lado de la cordillera exhibimos el Nº 112). Pero Chile, a pesar de esa desigualdad mayor que la nuestra, tiene aproximadamente un 15% de pobres, mientras que nosotros… mejor lo dejamos ahí. Pero, peor todavía quedamos si nos comparamos con la situación de hace unas pocas décadas; mientras ellos, con políticas de apertura de mercados lograron salir de uno de los puestos más miserables de América Latina a ser hoy el mejor ubicado en cuanto parámetro se pueda medir la prosperidad; nosotros, con políticas progres y mucho peronismo, no hemos parado de retroceder.
Podríamos acuñar un dicho: «Dato empírico mata teoría», pero, como decía Einstein: «Es más fácil destruir un átomo que un preconcepto».
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24 de marzo
Condolerse por las víctimas del Terrorismo de Estado es una obligación de cualquier persona de bien. Tener ese tipo de opiniones no equivale a que uno tenga que apoyar o estar de acuerdo con lo actuado por los grupos terroristas ni viceversa, si uno condena a los que asesinaron y mataron sin misericordia a muchos compatriotas no quiere decir que uno avale lo actuado por la dictadura.
Veo con lastimosa frecuencia que, quienes pretenden reivindicar a unos muertos, terminan justificando los victimarios del otro bando. La diferencia entre unos y otros fue cuantitativa; unos lograron más poder y por tanto hicieron más daño.
Por eso, la memoria de hoy, deber ser muy amplia y condenar para siempre la violencia de cualquier signo. Condenar asimismo a cualquiera que, amparado en unas supuestas buenas intenciones, pretenda tomar el poder por la elocuencia de las armas o del apriete descarado.
Los «jóvenes idealistas» luchaban por su causa y no dudaban en matar para ello, aunque murieran inocentes. Los responsables del terrorismo de estado, ¿no perseguían también ciertas ideas y tampoco dudaban en tratar a sus enemigos como si no fueran humanos?
Todo ello, entiendo, deriva de la perversa creencia de que «el fin justifica los medios».
No podemos matar al asesino, ni torturar al torturador, ni violar al violador sin convertirnos en lo mismo que queremos condenar.



viernes, 3 de febrero de 2023

Patriarcado y machismo

Se tiende a confundir una cosa con la otra, y lo primero que habría que hacer es definir ambos conceptos. Y lo anterior tiene una gran importancia para debatir los temas.

Machismo

El término viene con una semántica absolutamente negativa y, realmente, creo que lo es si nos atenemos a las definiciones de la RAE:

1. m. Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres.

2. m. Forma de discriminación sexista caracterizada por la prevalencia del varón.

Ninguna de esas acepciones resulta razonable en las sociedades contemporáneas, y su erradicación debiera ser un objetivo a lograr en cualquier organización social, teniendo siempre en cuenta que la meta a conseguir es, siempre, la igualdad ante la ley. 

Su contrapartida sería el término «feminismo» al que, por el contrario, se le suelen asignar significados nobles. 

1. m. Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.

2. m. Movimiento que lucha por la realización efectiva en todos los órdenes del   feminismo.

No hay ninguna duda de que el feminismo, en sus orígenes, fue una causa nobilísima, que logró, entre otras cosas, el derecho a elegir y ser elegidas, así como la posibilidad de administrar sus bienes y la equiparación ante la ley.

Las que no parecen ser ni razonables ni justas son algunas actitudes de las feministas actuales que ven al varón más como enemigo que como compañero de ruta en la vida y se manifiestan con violencia y repudio al otro sexo. Y, en sus luchas, emplean métodos del más rancio estilo machista, que tanto critican. Se llega así a situaciones en las que logran imponer una supuesta igualdad, pero no ante sino mediante la ley. No otra cosa es el famoso «cupo femenino» en diferentes ámbitos. Se ataca a los detractores de tal cupo diciendo que «se oponen a que la mujer acceda al 50% de los cargos legislativos», cuando en realidad lo que se critica es que la mujer «tenga que tener» dicho porcentaje. La preeminencia masculina en estos ámbitos no se debe a que se imponga algún impedimento a las mujeres, sino a distintas preferencias predominantes en cada sexo. Es por este tipo de razones que hay menos mujeres que hombres que estudian ingeniería sin que nadie les impida el acceso a dichas carreras. Y lo contrario ocurre en disciplinas como medicina, veterinaria o humanidades.

Patriarcado 

Por su parte, este término se refiere a una organización social o familiar que no tiene por qué ser intrínsecamente mala y que viene de tiempos ancestrales en que estaba directamente relacionada con los roles de cada sexo. Y estos roles no se originan en cuestiones culturales, sino biológicas. Y, cuanto más retrocedemos en el tiempo, más importante en esta asignación de roles es lo biológico.

Teniendo en cuenta el notable éxito que, como especie animal, ha tenido el ser humano, no podemos menos que aplaudir esa organización patriarcal tan denostada hoy. Está claro que, esa rémora cultural, no se puede borrar de nuestras conductas de un día para otro, pero siempre tenemos que valorar el legado que el patriarcado dejó a la humanidad. Hoy, desde luego, lo podemos discutir, pero entiendo que es una cuestión más familiar que social. Cada familia se puede organizar según sus preferencias y no hay, o no debe haber jamás ninguna disposición legal que lo impida.

Reflexiones preelectorales

Esto lo dije hace unos años, pero, con algunas modificaciones, viene bien a cuento ahora. Ya sé que copiar es plagio, pero no creo que yo mi...