Polarización
En la Provincia de Buenos Aires se vio claramente el
fenómeno de la polarización, habida cuenta de que las dos fuerzas más votadas,
mejoraron su performance de las PASO, a expensas de las restantes agrupaciones
intervinientes. Y es natural que así sea, más allá de cualquier especulación,
porque, en la categoría Senadores Nacionales, al no haber una repartición
proporcional de los cargos, es casi lo mismo que una segunda vuelta para
presidente. El primero se hace con dos senadores, el segundo se lleva uno y el
resto nada. Es fácil de explicar y hasta lógica esa mejora de algunos puntos
porcentuales de Cambiemos y de Unidad Ciudadana. Que uno de las dos fuerzas haya aumentado más que la otra, es cuestión de las preferencias de quienes cambiaron su voto respecto de las PASO.
Clientelismo a la enésima
potencia
El caso de San Luis, da para escribir una larga
historia de la infamia populista, el clientelismo a la enésima potencia, la demagogia
desembozada y el uso discrecional de las estructuras y recursos del gobierno
para beneficio de unos pocos. Y la endeblez que aún padece nuestra democracia.
¿Cómo se explica que en solo dos meses el electorado
puntano haya cambiado tan drásticamente su voto? De perder a manos de Cambiemos
por 20 puntos porcentuales a ganarle por 12 puntos, supone un cambio demasiado
espectalcuar. En el terreno de las hipótesis, podemos pensar en fraude o en
irresponsables promesas de campaña. No creo en la primera hipótesis, al menos
mientras no haya denuncias fundadas al respecto. Pero sí creo firmemente en la
segunda, sobre todo luego de oír el audio donde “El Alberto” hace esas
promesas.
Allí, si escuchan con atención, verán que promete
“todas las obras que se les ocurran”, no las que necesiten, “las que
se les ocurran” a quienes ganen por el doble, pero al mejor posicionado les
hará “el doble de lo que se le ocurra”. No está hablando de hacer lo que
necesiten (y hacerlo en cualquier caso, ganando o perdiendo) sino lo que se
les ocurra. Y enumeró: «Parques, Salones de usos múltiples, cloacas,
canchas de fútbol, lo que se les ocurra», enfatizó.
También vi en un video “al Adolfo”, apretujado entre
la gente, con libreta en mano, anotando necesidades y concediendo gracias y
dádivas diversas y especulando con las necesidades de la gente. ¿Podemos culpar
o tildar de inmorales a quienes cambiaron su voto por un colchón o por un
puesto de trabajo? Yo no los juzgaría; hay que estar en una situación de
necesidad real para saber cómo se reacciona, aunque pueda haber algún vivillo
que aproveche para sacar alguna tajada no necesitándola, desde luego.
Pero sí creo que es absolutamente condenable la
actitud del político que especula con esas carencias. ¿Por qué, si son justos,
necesarios y razonables se acuerda de otorgar esos beneficios cuando la elección
le resultó desfavorable? Allí se comprende con toda claridad por qué los
populistas hablan de la pobreza, pero nunca la combaten seriamente. Es que la
necesidad y la pobreza son su fortaleza política.
Tarifazos
Muchos kirchneristas convencidos se quejan de los
aumentos de tarifas que vendrán luego de las elecciones. Lo que vendrá, lo
veremos; pero en todo caso, creo que se trata simplemente de un sinceramiento
de los precios por los servicios que, durante el gobierno K, se mantuvieron
artificial e innecesariamente bajos como método de maquillar la pobreza y la
inflación. Y eso para no hablar de la terrible injusticia que significó
mantener esas tarifas bajas solo en cierto sector del país. El caso de los
trenes es paradigmático: hemos viajado gratis casi todo el tiempo. ¿Quién lo
pagó? Es obvio que el conjunto de los argentinos, incluyendo a los jujeños y
los santacruceños que, claramente, no disfrutaron de esa ganga, para dar solo
dos ejemplos. Seguramente algún esclarecido nos dirá que gracias a esa
exclusión y, sobre todo, gracias a Cristina, los compatriotas de esas provincias
no tuvieron que padecer la Tragedia de Once.
Por otra parte, hablan mucho de los aumentos de
las tarifas, pero nada dicen de los aumentos en todos los bienes que sufrió el
pueblo merced a la inflación. ¿O es que esos aumentos no impactaban en el pueblo
trabajador? ¡Ah! Pero ahora se acuerdan que hay inflación, después de 12 años
de padecerla, cuando el actual gobierno no lleva aún la mitad de su mandato. ¿O
será que hay inflaciones buenas e inflaciones malas así como también hay muertes buenas y muertes malas?
1 comentario:
Mirta nos dijo: Yo ya no quisiera verla ni hablar de ella.Que pasaria si todos los medios la ignoraran.Creo que es una mala persona,muy habil y una excelente actriz. Es bueno que haya perdido frente a Bullrich el problema es que sigue teniendo fueros.
Publicar un comentario