En este caso, el gobierno cuenta con la 125 vivita y coleando, tan vigente como antes de la intervención del congreso.
Ahora bien, si nos atenemos a lo que dijo nuestra Primera Oradora, que hay que darle más “institucionalidad a la institucionalidad” o “más democracia a la democracia”, o algo parecido, cuando envió su proyecto al congreso; y si consideramos lo que dijo el Presidente en el acto del martes, que “nosotros acataremos lo que el congreso decida”; tendríamos que esperar que se derogue inmediatamente la famosa resolución del finado Lousteau.
A mi sano entender no cabe otra cosa entre gente de honor y buena fe.
En las próximas horas sabremos si tratamos con gente de esas características, o si simplemente este es un juego de fulleros.
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